Barcelona

Jordi Évole: «El periodismo de calle es muy higiénico»

Vuelve hoy a la carga con la nueva temporada de «Salvados» en laSexta a las 21:30 y entrevistará a Arturo Pérez-Reverte

El presentador reconoce que a veces echa de menos la autocrítica en su programa
El presentador reconoce que a veces echa de menos la autocrítica en su programalarazon

Jordi Évole tiene como máxima no regodearse en el pasado. Un pasado que, en su caso, está trufado de premios y el apoyo que la audiencia le otorga a «Salvados». «Cuando empiezo una temporada siempre tengo la sensación de que lo que se ha hecho anteriormente no sirve de nada», afirma. Pero no se arredra. Hoy regresa a laSexta, a partir de las 21:30, para seguir haciendo una radiografía del presente político, económico y social con su particular estilo. «Lo único que pretendemos es explicar una historia de la manera más pormenorizada posible con un lenguaje si se quiere poco ortodoxo periodísticamente pero que es sencillo, asequible, que llegua al espectador, que lo puede entender mi madre, en definitiva», explica. La actualidad marca el ritmo informativo de «Salvados», por lo que estarán presentes los titulares que aparecen un día sí y otro también en los periódicos y en los programas informativos de radio y televisión y cómo le afectan al ciudadano. Por eso Jordi Évole y el equipo de «Salvados» porfían por fomentar el periodismo de calle. «Mira, la realidad es que sales de la redacción con unas ideas y llegas a los barrios y lo que te dice la gente te descoloca. Y tengo que decir que es muy higiénico. Ellos cuentan lo que les está pasando en primera persona: que no pueden pagar la hipoteca, ni el comedor de sus hijos. Su testimonio puede parecer crudo, duro, pero es su realidad».

Autocrítica

En «Salvados», las críticas que los ciudadanos lanzan a los poderes políticos y económicos se suceden, pero, ¿dónde queda la autocrítica? «Bueno, a veces se echa de menos, no es sólo echarle la culpa a otro. En el primer programa entrevistamos a Arturo Pérez-Reverte y dice: ''Si aquí hubiese una revolución, lo primero que haríamos es salir al balcón para ver si nos han quemado el coche''. Es su opinión». Évole es consciente de que tiene la etiqueta de ser de izquierdas, «pero creo que por suerte el programa tiene transversalidad porque los testimonios que se ofrecen abarcan todo el abanico político y social. Es fundamental si se ve de qué pie cojeas, al final pierdes credibilidad. Y me consta que hay mucha gente que vota a la derecha que ve el programa».

En esta entrega, «Salvados» no sólo va a abordar la crisis económica. Anticipa algunos de los contenidos que se tratarán en esta temporada: «Bajo el título ''Camino de corrupción'' investigaremos qué mecanismos utilizan para intentar corrompernos; hablaremos con personas que han cedido a esa tentación y con otras que se han resistido. También tenemos un programa preparado sobre esa masa social heterogénea que vive en la precariedad y en otro plantearemos si nos espían y cómo lo hacen». A Évole, éste último le parece muy interesante porque «estamos muy expuestos con los teléfonos móviles, internet, las redes sociales como Facebook y Twitter... Creo que es importante saber qué riesgos estamos corriendo».

Público joven

Aunque de unos años a esta parte el programa se centra en la realidad doméstica, «Salvados» también ha salido al exterior. En otras temporadas, Évole se trasladó a la frontera de México y Estados Unidos para mostrar la realidad de los «espaldas mojadas», a Israel y a Palestina..., «pero a partir de 2010, cuando la crisis ya era una realidad, pensamos que lo que pasaba aquí era más trascendente».

El periodista es consciente de que es muy seguido por la gente joven, algo que agradece, aunque le «aporta mucha presión. Los halagos están bien, pero siempre tengo presente algo que me dijo David Trueba: ''A ti, ahora lo más fácil que te puede pasar es que decepciones''. Igual tiene razón, que un día deje de gustarles. Pero seguimos trabajando en los reportajes, echándoles muchas horas e intensidad».

Évole no vive los índices de audiencia de «Salvados» como una espada de Damocles, pero admite que le preocupan. «El lunes me despierto inquieto». Esa inquietud de la que habla le acompaña también la noche del domingo, durante la emisión. «Intento ver el programa como espectador, pero se me enfrían las manos. Supongo que es producto de los nervios. Hay días que el programa me gusta más y otros menos». Eso sí, no duda en testar su acogida a través de las redes sociales. «Me importan mucho los comentarios espontáneos de la gente mientras se está emitiendo». Si esto es así, no es difícil imaginarse la estampa del presentador esta noche con la mirada dividida entre la televisión y su Ipad.

Respuestas en «Villa desahucio»

El programa de hoy se grabó en un barrio de Barcelona conocido popularmente por ser uno de los que más desalojos tiene de España. Pérez-Reverte realizará una aproximación al ciudadano español y su miedo al cambio: «La gente está esperando a que acabe la crisis para hacer lo mismo que hacía antes: comprarse otro coche con una hipoteca».