Literatura

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José Apezarena: «Si la información no es buena, la gente no es libre»

Firma «Los periodistas del pisotón», en el que rinde homenaje a la redacción que dio las mejores exclusivas de la Transición, Europa Press.

José Apezarena
José Apezarenalarazon

Firma «Los periodistas del pisotón», en el que rinde homenaje a la redacción que dio las mejores exclusivas de la Transición, Europa Press.

Ni se acabará el periodismo en papel. Ni, mucho menos, el papel del periodismo. Sobre todo, si lo ejercen personas como José Apezarena. La información es el requisito básico para tomar decisiones e imprescindible para que haya democracia. Y Europa Press dio las mejores exclusivas durante la Transición. La agencia fue valiente, se jugó el pellejo y contó lo que otros querían ocultar. Apezarena, en su nuevo libro, rinde un homenaje a los compañeros con los que en su día compartió redacción y ahora ha convertido en «Los periodistas del pisotón» (Eunsa).

El flash «Franco ha muerto, Franco ha muerto» constituye el momento informativo más brillante de Europa Press, pero no el único....

–Dimos la exclusiva de esa muerte, de los Pactos de la Moncloa, del cese de Arias Navarro, del nombramiento y dimisión de Suárez, de la legalización del Partido Comunista... La apuesta fue contar lo que otros no querían por peligro. Europa Press arriesgó y se hizo imprescindible.

–¿Marcó estilo?

–Sí, el de llamar, ir a los sitios, buscar fuentes... Veníamos de una época de falta de libertad de información. Contábamos las noticias claramente, no andábamos con circunloquios. Fue una escuela.

–¿Cuáles son las condiciones del buen periodista?

–Que le interese todo, cualquier tema. Hay que buscar información, no conformarse, correr. Debemos trabajar con responsabilidad, respetar la palabra, ser valientes y no tener miedo a quedar mal. Si es verdad y relevante, hay que contarlo, moleste a quien moleste. Los periodistas somos unos servidores de la sociedad. Damos los datos para que ellos sean libres y decidan. Si la información no es buena, la gente no es libre.

–¿Quiénes son los periodistas del pisotón?

–Los de Europa Press. El pisotón es la exclusiva. Veníamos de una época en la que resultaba más plácido no meterse con nadie. Pisamos noticias a redacciones con cientos de periodistas y éramos 15 o 20.

–¿Ha dejado el periodismo de vivir de las exclusivas?

–Está acomodado. Nosotros, en El Confidencial Digital, con una redacción próxima a la docena de personas, tenemos informaciones propias. El periodismo no vive de la exclusiva, se ha burocratizado.

–¿Dónde se hacen las mejores fuentes?

–Con internet se puede contar todo, pero sin aportar nada. La información está en la calle.

–Y en los bares...

–También. Hay que tener interés y olfato. La actualidad nunca es vieja, siempre es nueva.

–¿Cómo debe ser la relación con las fuentes?

–Se deben dar garantías de juego limpio. Hay que defenderlas y protegerlas, quedar con ellas, verse las caras y ganarse su confianza.

–Se dice el pecado, pero no el pecador...

–Al director, siempre. Para publicarlo necesito garantías. Si no sé quién es la fuente, no lo publico. Hay periodistas que saben muchas cosas, pero no las publican.

–Y que valen más por lo que callan que por lo que cuentan.

–El periodista tiene que callar poco.

–¿Qué papel desempeñó el periodismo en la Transición?

–Importantísimo. Informó con serenidad de grandes cambios. Existía el riesgo de dar un mensaje de alarma y de que la población se asustara. Pero no se hizo.

–¿Y ahora?

–Tengo dudas de que la gente sepa lo que está pasando. A veces escenificamos cosas y damos sensaciones que son falsas.

–¿Sin periodismo no hay democracia?

–De ninguna manera. La libertad consiste en poder decidir, y para ello se necesitan datos. La información es el requisito básico para tomar decisiones. El periodismo es imprescindible, el cuarto poder.

–¿Hubo censura durante la Transición?

–Presiones las ha habido y las habrá. El poder quiere controlar la información, pero el control ha cambiado. En España, algunos gobiernos han hecho grandes favores a grupos de comunicación, y luego son correspondidos.

–¿Cuál ha sido el principal cambio del periodismo en los últimos años?

–Echo de menos información valiente. El periodismo padece planteamientos excesivamente mercantilistas. Los medios deben ser rentables, pero hay que tener cuidado con convertirlos en negocios. Si lo más importante es ganar dinero, estamos perdidos. El primer objetivo debe ser informar. El ciudadano tiene que ser un poco más dueño de los medios. Algunos cierres son amputaciones de libertad por maniobras económicas.

–¿Se acabará el papel?

–No absolutamente. Debe ser más lento, tranquilo y de reposo. No tiene que intentar competir con la exclusiva de última hora. Debe trabajar con exclusivas únicas para cuando queramos leer algo con un poco más de calma. Sin embargo, las futuras generaciones nunca han leído en papel. La amenaza son los hábitos.

Pero no el papel del periodismo...

–Nunca. Es decisivo. Si somos valientes, seremos imprescindibles.

–Pues no es ésta una profesión de alabanzas.

–Nunca lo ha sido. Pocas veces te llaman para felicitarte, pero sí para echarte en cara algo. Esto es así, y no lloremos. No estamos para recibir medallas, sino para contar cosas que muchos no quieren oír. La profesión necesita una regeneración.

¿Profesión o forma de vida?

–Para los periodistas de verdad es una forma de vida. Pero a algunos les da igual que se caiga el mundo. El periodismo verdadero no tiene horas, y eso conlleva un coste personal y familiar. Un periodista es alguien que cuando oye un ruido se vuelve a ver qué pasa y pregunta. El periodista de verdad nunca está de vacaciones.