Actores
Kerry Washington, ¿sabe hacer algo más que sufrir?
La protagonista de «Scandal», tan guapa como limitada en sus registros interpretativos.
La protagonista de «Scandal», tan guapa como limitada en sus registros interpretativos.
No es una advenediza de la interpretación que ha llegado a lo más alto por su cara bonita –que la tiene y mucho–, pero tampoco es una actriz a la que hay que rendir pleitesía por la calidad de su interpretación en «Scandal». La primera impresión no siempre es la que cuenta, ya que su aparición inicial en este culebrón político de alta gama dejó a muchos boquiabiertos. Ahí estaba una mujer de ébano de labios carnosos que se manejaba con soltura en la contención gestual. A los actores de esa estirpe se les adjudica el atributo de expresar lo máximo con lo mínimo. Sin embargo, el caso de Kerry Washington es distinto.
Episodio tras episodio el espectador avezado descubrió que existía la posibIlidad, que luego se convirtió en certeza, de que sólo tenía ese registro. Puede ser que fuese por exigencias del guión, como argumentaban las actrices del destape, pero le podría decir a la todopoderosa Shonda Rhimes, la creadora de la serie, que le diese unas líneas de guión menos intensas, en las que se pudiese relajar. Es más, cuando se ríe –si eso ocurre porque ni siquiera practica esa buena costumbre después de consumar una relación sexual– no es creíble. Quizá sea por la fuerza de la costumbre.
Es cierto que su personaje Olivia Pope no lo tiene fácil para ser feliz. No habrá hombres en Washington DC, que se tiene que enamorar del presidente de Estados Unidos, interpretado por el apuesto Tony Goldwyn como si se tratase de una Monica Lewinsky cualquiera. Es una relación boomerang en que la madera siempre le da en la frente, bien sea porque un divorcio en la Casa Blanca no está bien visto o cualquier otra menudencia doméstica.
Ella, en vez de otear varones sin tantas complicaciones insiste en el error. Se podría decir que es una historia de amor genuina, sin embargo más bien se trata de una masoca. Su trabajo también es lo más parecido a acariciar con la yema de los dedos cada día un cable de alta tensión, ya que se encarga de gestionar los escándalos de cualquier naturaleza y dar esplendor a la imagen sus clientes, pertenecientes a la élite de su país. Cuando Kerry no está con cara de perro y alza las cejas pone morritos de disgusto y llora amargamente, eso sí, sin moquear. Y ahí acaba su catálogo interpretativo. Lo suyo no es precisamente la ductilidad.
La propia Washington ha criticado al personaje que le ha dado todo. «Siempre he pensado que es un engaño cuando la gente me dice que Olivia es su modelo a seguir. Porque está teniendo una aventura con un hombre casado, que es el Presidente de los Estados Unidos. Y un asesino», afirmó para luego meter la pata diciendo que sí se la puede admirar por su fondo de armario, ante el que, por cierto, tampoco sonríe de satisfacción.
Referente estético
Lo que sí ha conseguido es convertirse en un referente estético para millones de mujeres, ya que la serie le ha enseñado a vestir bien, según afirma. Por lo pronto, los bolsos que lleva Olivia Pope se agotan en las tiendas de la firma Prada. Es más, declarada feminista –en todas las entrevistas incluye un párrafo bien engrasado del discurso sobre el empoderamiento de la mujer que llega a ser cansino por obvio– mantiene que la Primera Dama tiene que vestir de diseñadores estadounidenses.
Entre sus distinguidos admiradores están los Obama, Bill Clinton, Lena Dunham y Oprah Winfrey, más por su proyección mediática que por su trascendencia como actriz. Lo mismo ocurre con su cotización. En 2016, la lista «Forbes» la situó como la sexta actriz mejor pagada. Entre su salario por «Scandal» y lo que cobra por las campañas publicitarias, ingresó 15,3 millones de dólares. A medio plazo no se augura un declive, sobre todo si insiste en el drama, aunque puede que haga un triple salto mortal y protagonice una comedia. Eso sí, por lo que pasará a la historia es por ser la primera protagonista negra de una serie dramática en más de cuarenta años.
✕
Accede a tu cuenta para comentar