Las claves del éxito del FesTVal

Después de una semana intensa en la que se han podido ver todas las novedades de la televisión para la próxima temporada, Joseba Fiestras ha sacado un hueco para atender a LA RAZÓN y desgranar lo que supone el FesTVal para él, para la ciudad y para el mundo de la pequeña pantalla.

–¿Qué esperabas del FesTVal cuando empezasteis a prepararlo?

A mí me gusta la televisión y disfruto con lo que hago. A partir de ahí puedo tener claras una serie de cosas que quiero en el festival, pero lo que he descubierto en estos cinco años es que la televisión, como medio, tiene vida propia y te va llevando. Cuando empezamos no me podía imaginar el éxito que iba a tener ahora los programas de cocina, por ejemplo. Evidentemente si lo están, y vivimos en una ciudad donde la gastronomía es excelente, buscamos crear sinergias con rutas de pinchos y llegar a potenciar eso. Vete a saber lo que está de moda el año que viene. Las propias cadenas te hacen propuestas, la mayoría de ellas originales. Cada año pretendemos desde el festival que haya cosas nuevas, distintas a la edición anterior. Tenemos la fortuna de que el medio abarca muchos contenidos.

-En cinco años al frente del festival, ¿qué es lo que más te sorprende en la evolución de la televisión?

La velocidad a la que se producen los cambios. En cinco años nos ha tocado vivir la parte más veloz. Cuando empezó la tele, evolucionaba pero a un paso mucho más lento, La aparición de las nuevas tecnologías, de internet y todo lo digital. Antes una persona para rodar una cinta o un corto necesitaba comprar película y materiales que eran muy costosos, y que hacía que hubiera muy pocos que pudieran llegar a hacerlo. Eso ha cambiado. Pero no ya solamente por este tema sino por los cambios internos que se generan en la industria televisiva de este país. Cuando empezamos yo tenía que reunirme con cada una de las cadenas por separado. De repente, con las fusiones, hay una serie de cambios que te sorprenden, pero creo que los hemos llevado bien y, sobre todo, en el tema de las tecnologías, pretendemos estar muy ojo avizor de lo que vaya a pasar porque esto no es un festival del televisor sino de televisión.

- ¿Qué convierte a Vitoria en el referente de la televisión de nuestro país?

Porque a veces das en la diana. Acertamos en lo que propusimos. A veces lo obvio está por descubrir. Nadie había pensado en darle a la televisión el protagonismo en un festival de estas características. Nosotros surgimos en un momento en el que España estaba sobresaturada de festivales de cine y todos buscaban una forma de diferenciarse y se especializaban en algo. Antes hacíamos un festival de cine pequeñito y nos machacaban. En un momento dado tras seis años dejamos de hacer ese festival y surgió la idea a los que nos gusta la televisión: vamos a hacer un festival de cine pero sin cine. Vamos a tener todos los elementos habituales de estos eventos, pero no hay cine, sino que está dedicado a la televisión. Y nos encontramos con que teníamos un hueco fantástico, y todas las cadenas apostaron por nosotros y depositaron su confianza en nosotros. Poco a poco han ido creciendo sus aportaciones y quieren estrenarlo todo aquí. También es importante que las fechas son claves, logísticamente para la organización es terrible. Trabajar en agosto es horroroso, es como trabajar tres veces más. Pero es el inicio de temporada para los medios.

-La gente se siente muy a gusto en Vitoria

Creo que eso es fundamental, es una de las claves del éxito del festival. Y trato de transmitírselo a todo mi equipo. Se trata de generar que los invitados se sientan a gusto. La mayoría de los que vienen aquí están trabajando. Siempre vamos a intentar que sea lo más agradable posible porque acaban convirtiéndose en embajadores. Hay gente de la televisión que le cuesta mucho salir, dejarse ver y venir a este tipo de actos. Pero nosotros hemos conseguido que este año venga Andreu Buenafuente, el primero Javier Sardá, el tercero Matías Prats, y se van encantados y nos recomiendan. Sabemos que a su entorno les cuentan que es un gran festival y que se trata bien a la gente. Trato de que la gente que viene se sienta como en casa.

-¿Cuales son las dificultades del FesTVal?

Lo más difícil es el equilibrio. Hay mil problemas pero lo complicado es mantener ese equilibrio entre las cadenas, el éxito del festival es que estén todas. Somos conscientes de que hay una competición bárbara entre ellas y desde el principio hemos intentado ser Suiza. Cada cadena quiere llevarte a su terreno y destacar un poco por encima de las otras, y tenemos que estar atentos. A veces acertamos y otros fallamos; afortunadamente gozamos de su confianza. Cada vez más vienen a presentar cada una su producto, pero miran de reojo lo que está haciendo el otro.

-¿Cuál es la importancia del apoyo institucional?

El FesTVal vive por el ayuntamiento de Vitoria, si no sería absolutamente imposible organizarlo. Con la que está cayendo y apostar por nosotros es para estarles agradecido. También es cierto que para la ciudad es una bomba gracias a en lo que se está convirtiendo. Durante toda esta semana Vitoria aparece en el mapa. Salimos en todas las cadenas, y por motivos positivos. El ayuntamiento en nosotros desde el primer año y con equipos políticos diferentes. Echamos de menos el apoyo del Gobierno vasco. No entiendo porque no lo hacen. Ha habido años que han aportado un poco, este año nada. Creo que no sólo es bueno para la ciudad, sino también para el País Vasco. Ese apoyo si lo echo de menos. Cuando nos llamó Barcelona Mobile World Capital, lo que plantearon es un hermanamiento de festivales y estamos hablando de un evento espectacular. Ellos me pedían que si podíamos ir de la mano en el tema de las nuevas tecnologías. Les dije: necesito que me patrocinéis. Es otra de las asignaturas pendientes del festival: buscar financiación privada para lograr un poco más de independencia.

-¿Cuál es el cierre perfecto para el festival de este año?

Sería que de nuevo todas las cadenas volvieran a depositar en nosotros su confianza. Que salieran más o menos contentas del resultado porque no me importa recibir un par de críticas, porque seguramente me las merezca, pero que en general apuesten por la sexta edición.