Televisión

Los chefs se comen la noche

La parrilla apuesta fuerte por el formato y afianza los espacios culinarios

La Razón
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Hasta comienzos de este curso televisivo (cuando laSexta lanzó «Pesadilla en la cocina»), la franja de máxima audiencia no había acogido ningún tipo de espacio culinario. El «prime time» era coto privado de series, concursos, «realities» y demás formatos alejados de la gastronomía. Los chefs tenían destinados horarios algo más secundarios en los que, por norma, siempre ofrecían resultados decentes. Esto explica el perenne éxito de Karlos Arguiñano (ahora en Antena 3); la buena acogida de las recetas de Sergio Fernández en «La mañana de La 1», que le ha llevado a tener su propio programa, «Cocina con Sergio» (La 1); éxitos anteriores como el de Darío Barrio y José Andrés; y, por supuesto, la fama que adquirió la pionera en mezclar televisión y cocina en los años 80, Elena Santonja. Todos ellos han pasado por las mañanas, la hora del aperitivo o las tardes, e incluso en el «late night» podemos encontrar «Un país para comérselo» que, de la mano de Imanol Arias y Juan Echanove, nos enseña los fogones de toda España.

La evolución del formato

Con estos antecedentes llegó Alberto Chicote al «prime time» de laSexta con «Pesadilla en la cocina», donde consiguió, aparte del éxito entre el público, salvar 10 de las 12 empresas que le fueron asignadas; tal fue el recibimiento que TVE no dudó en seguir la misma línea y apostar por la gastronomía con «MasterChef» (La 1). Samantha Vallejo-Nájera, jurado del «talent show» de la pública y chef de Canal Cocina, justifica el desembarco de los fogones en la parrilla por «una moda brutal hacia la cocina y porque la gente se ve reflejada, ya que el cocinar es algo que hay que hacer en la vida sí o sí». Hasta el momento, los datos de audiencia que han dejado los dos espacios justifican las posturas adoptadas por sus respectivas cadenas. Tras una primera temporada con una media de 2.413.000 espectadores, laSexta estrenó el jueves la segunda etapa del cocinero madrileño en la pequeña pantalla, y el público demostró seguir respaldándole con un 11,6 de «share» en un día en el que comparte horario con dos pesos pesados: «Cuéntame» y «Gran Hermano». Por su parte, «MasterChef» ha ido de menos a más, ya que, tras dos primeros programas algo flojos de audiencia, en su séptimo episodio logró llegar a los 4.438.000 televidentes. «Un programa redondo», como lo califica Samantha Vallejo-Nájera, que junto a Pepe Rodríguez y Jordi Cruz forman el jurado de «MasterChef», que destaca por su dureza. Y más, después de ver la cara, mucho más distendida, que muestra la cocinera en su espacio de Canal Cocina, y que justifica de esta manera: «Soy exigente profesionalmente y el trabajo en la hostelería es muy serio, pero se me reconoce más en ''El toque se Samantha'', donde se me puede ver cantar y bailar». Además, en la casa en la que conviven «sólo disponen de elementos para cocinar, hay días que se quedan hasta las 05:00 de la mañana deshuesando un pollo», explica Samantha.

El triunfo de «Pesadilla en la cocina» y de «MasterChef» confirma una tendencia que venía despuntando desde hacía varios años: el concepto clásico de programa de cocina, en el que el chef se presenta frente a la cámara y desarrolla su receta, ha sufrido una evolución total. Un giro que, sin embargo, no ha extinguido estos programas «básicos», que siguen contando con la fidelidad del público, pero que sí ha enriquecido los espacios culinarios y gastronómicos de la parrilla.

El formato comenzó a romperse con Darío Barrio en 2005 y su «Todos contra el chef» (Cuatro), donde la audiencia era la protagonista. Más tarde (2006) llegaría Eva Arguiñano con «Hoy cocinas tú» (laSexta), un espacio didáctico para aprendices. Ya en 2008, Antena 3 mezcló telerrealidad y cocina con «Ven a cenar conmigo»(el segundo programa que más dinero generó en 2012 en Europa), en el que cinco personas competían por ser el mejor anfitrión. Tras estos llegarían «Bares qué lugares» (laSexta) y «Un país para comérselo». El formato mixto llegará pronto de la mano de Atresmedia y «Top Chef».

Un liderazgo de veinte años

Karlos Arguiñano (en la foto) se ha convertido en un fijo de la televisión tras más de dos décadas ofreciendo recetas desde su cocina. El chef de Beasáin (Guipúzcoa) comenzó en la ETB, y luego pasó a TVE para sustituir a Elena Santonja y su «Con las manos en la masa». Alternó durante unos años la pública y Telecinco, hasta que en 2010 llegó a Antena 3, donde a día de hoy está al frente de «La cocina de Karlos Arguiñano» consiguiendo desde el primer día los mejores resultados. Gracias al aporte del carisma del cocinero y su particular formato, la cadena lidera la mañana con un 18% de audiencia debido al dato de su programa (20,5%).