Nostalgia en 3D

Al igual que el TBO marcó época –y consiguió que personajes como Anacleto, la familia Cebolleta, Superlópez, Carpanta y Zipi y Zape permanezcan imborrables en el recuerdo de muchos españoles–, los dibujos animados también han ayudado a conformar el imaginario colectivo de varias generaciones. Junto a aquellas hombreras y cardados eléctricos que imponían los designios de la moda, nada garantiza el regreso a la juventud como las historias de «Heidi», «Tom y Jerry», «Los Picapiedra» o «La abeja Maya». «Hay un reconocimiento de marca que es importante para el triunfo del producto. ''Las Tortugas Ninja'', por ejemplo, es una serie que funciona y está testada con éxito en el pasado. Los personajes no pasan de moda: hablan de héroes, de villanos, y tratan temas fundamentales en el mundo infantil, como el valor de la amistad para superar cualquier problema», explica Joana Carrión, vicepresidenta editorial de Nickelodeon Iberia, Grecia y Turquía. Esta cadena ha sido una de las responsables del resurgir de algunos de los personajes más exitosos de la pequeña pantalla. Con una peculiaridad: ahora se prodigan en el impactante mundo del 3D.

«Los volúmenes vienen dados por el uso de mallas matemáticas. Aunque tecnológicamente hay diferencias, la forma en la que se desarrollan los dibujos animados es la misma que antes, sólo que en los 90 había dibujantes donde ahora hay animadores», explica José María Castillejo, productor de «Pocoyó».

Las nuevas generaciones, moldeadas en el universo informático, se han convertido en espectadores muy exigentes en cuanto a estética visual se refiere. «No es indispensable que se produzcan adaptaciones, pero a veces es recomendable», asegura Carrión. El resultado, desde luego, ha convencido a los espectadores: las remozadas «Tortugas Ninja» se convirtieron en el mejor estreno de Nickelodeon en EE UU durante los últimos dos años; y «La abeja Maya» –en cuya adaptación se invirtieron 10 millones de euros– ya ha superado, en la primera semana de su estreno, el 20% de audiencia.

Para los creadores, sin embargo, la estética no lo es todo. «Son modas. Ahora hay una herramienta nueva que permite usar la visión 3D, pero no dejaremos de encontrar formatos dos dimensiones. Son tecnologías que surgen y que van marcando diferencias en el ojo humano, pero se trata de buscar tu propio lugar en esas tendencias», explica Castillejo. Para el productor del exitoso «Pocoyó», la recuperación de muchos de estos personajes que triunfaron en otras décadas tiene que ver más «con la situación económica mundial que con la tecnología». Y es que, con las Navidades a la vuelta de la esquina, salta a la vista que en muchas cartas de los Reyes Magos los muñecos son una de las peticiones fundamentales. «Se corre el menor riesgo posible y, en cuestión de ''merchandising'', prefieren darle la oportunidad a un personaje que triunfó hace 15 años que a uno nuevo», comenta Castillejo.

Reforzar lazos familiares

Pero más allá del intrincado universo de los mercados y la tecnología, hay una poderosa razón para que se recuperen glorias pasadas. «La nostalgia forma parte de la vida, sobre todo en tiempos de crisis», explica María Jesús Mardomingo, presidenta de honor de la Asociación Española de Pisquiatría del Niño y del Adolescente. Un argumento en el que todos coinciden: «Lo que viste en tu infancia se te queda en tucorazón y tu cabeza y es más fácil abrir el baúl de los recuerdos que intentar colocar emociones nuevas», comenta Castillejo. «Cuando uno ha tenido en su infancia experiencias bonitas quiere transmitirlas a sus hijos y a los niños les da seguridad pertenecer a algo que permanece y dura», añade Mardomingo. Y es que, pese a todo, Maya siempre vivirá, como dice la canción, en un país multicolor. Y, ahora, en tres dimensiones.