Suecia
Ola Sigvardsson: «Suecia disfruta de una transparencia única en el mundo»
Defensor del lector de Suecia
Durante su reciente visita a Madrid para participar en un seminario en ESADE sobre transparencia, Ola Sigvardsson, Defensor del Lector de Suecia, explicó en una entrevista a LA RAZÓN cómo la autorregulación es el mejor antídoto contra las amenazas a la libertad de prensa.
-¿Cómo surgió la creación del Defensor del Lector (Ombudsman) en Suecia en 1969?
-Esta institución no depende del Gobierno, sino de la de Prensa misma. En Suecia, el periodismo está enmarcado alrededor de cuatro pilares: el Club de Prensa, el Consejo de la Prensa, el Código Ético y el Defensor del Lector, cuya función es velar por la estabilidad y la credibilidad de los medios. La libertad de prensa es mu amplia, no hay nada prohibido. Disfrutamos de una transparencia única en el mundo. Prácticamente todos los documentos oficiales son de acceso público. En el Parlamento, surgió el debate de si la prensa usaba esa libertad de manera correcta y los políticos amenazaron con reducirla, por lo que el sector debió iniciar su propia autorregulación.
-¿La autorregulación es mejor que cualquier tipo de legislación?
-Es preferible una escasa regulación pública, pero resulta necesario que los medios sean ambiciosos para usar su libertad en la buena dirección. De lo contrario, surgirían restricciones legales. Suecia tiene una amplia ley de transparencia. Los medios suecos han asumido con bastante éxito sus responsabilidades éticas, incluido en el ámbito de la publicidad.
-¿Los medios asumen fácilmente las críticas que llegan al Ombudsman?
-Generalmente, se ve positivamente el hecho de que se presenten reclamaciones ante el Defensor y el Consejo de la Prensa. Cuando nosotros criticamos a un medio, éste tiene que publicar en sus páginas que actuó incorrectamente. Si no se cumplieran nuestro código ético, aumentaría la legislación. Estas críticas sirven para favorecer el debate en las redacciones de los medios.
-¿Cuál es la queja más común de los lectores?
-Lo más frecuente es que alguien acuda a nosotros porque se ha escrito algo hiriente o denigrante en un medio, sobre todo cuando se le atribuye algo ilegal. En los periódicos no hay anónimos, pero los diarios cuentan con muchas pistas de que los vecinos que viven cerca de esta persona lo conocen. Las mayores reclamaciones son por publicar testimonios anónimos que dan demasiados detalles.
-¿Los criminales también tienen derecho a la intimidad?
-Si se ha producido un crimen importante y hay un sospechoso, lo correcto, según el Código Ético, es publicar su nombre. Cuando fue asesinada la ministra de Exteriores Anna Lindh y un sospecho fue detenido por la Policía, el principal diario sueco, "Dagens Nyheter", publicó su identidad. Meses después de ser condenado, el asesino presentó una queja ante el Ombudsman porque el diario había publicado su nombre antes de que comenzara el proceso judicial. Nosotros creemos que el público tiene derecho a conocer quién está en prisión acusado del asesinato de la ministra de Exteriores, independientemente de si es culpable o inocente. En cambio, en el caso de agresiones como las violaciones el Código Ético considera que no es correcto publicar nombres por dos razones. Primero porque la violencia entre dos personas, aunque sea de índole sexual, no es de interés general. Segundo porque se corre el riesgo de victimar al agredido y los medios deben proteger a la víctima.
-¿Su ámbito de actuación sólo incluye a los medios impresos?
-Los diarios impresos y a aquéllos que sólo se difunden en internet y han solicitado unirse a nuestro sistema de control. Suman alrededor de una docena actualmente.
-¿Existen más quejas contra los diarios electrónicos?
-No especialmente en los medios acogidos a nuestra supervisión. Pero sí existe una creciente violencia en los blog y comentarios que abundan en la Red.
-¿Además del general, los periódicos cuentan con su propio Defensor del Lector?
-Alguno sí lo ha tenido durante un tiempo, pero no es habitual. Eso sí, es frecuenta que los diarios tengan su director de calidad. No existe la necesidad de defensores locales porque existe uno para toda la industria en su conjunto.
-¿Cómo está siendo la transición del papel a la era digital en Suecia?
-El principal reto no es mantener la versión en papel de los medios sino una redacción común en la que los periodistas de ambas versiones discutan y creen juntos. Lo que temo es que los beneficios de la era digital sean más bajo y se resienta la relación entre el director y la redacción. El lado positivo es que los costes más importantes de editar un periódico desaparecen. En los diarios tradicionales, la edición y distribución suponen el 75% del presupuesto.
-La consecuencia de esta revolución tecnológica es la creciente proletarización de los periodistas...
-Los periodistas que pierden su trabajo afrontan una difícil situación porque la vida de un "freelance"en Suecia es muy complicada. Los diarios y la mayoría de las revistas sólo utilizan a sus redactores y pocas veces recurren a firmas externas. La situación laboral de los profesionales que permanecen en las redacciones no ha cambiado mucho en comparación con hace unos años, pero ahora tienen más carga de trabajo. La reducción de la redacción de un periódico supone necesariamente que el medio hace menos que lo solía hacer.
-¿Cómo se vive en Suecia la guerra con Google para que reconozca el "derecho a ser olvidado"en la Red?
-Google debe permitirlo a la gente. Pero el problema es que el artículo de la web de un diario puede permanecer para siempre en la Red. Recibimos muchas quejas de personas que quieren ser olvidadas, pero debemos rechazar la mayoría porque sólo podemos actuar en lo publicado en los últimos tres meses.
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