Trabajo

Victoria Prego: «El periodismo no puede seguir tan infravalorado»

Victoria Prego: «El periodismo no puede seguir tan infravalorado»
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Se presenta el jueves como candidata a la presidencia de la APM con el claro objetivo de dignificar la profesión

Totalmente recuperada de su enfermedad, recibe a LA RAZÓN en su casa, desde donde nos explica las razones por las que se postula presidenta a la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) contra Carmen del Riego. Mejora y dignificación de la profesión, así como un eterno agradecimiento al servicio médico son algunas de las claves.

– ¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones de la APM del 19 de noviembre?

– Por una razón personal, y es que yo sufrí un cáncer de pulmón y la APM se ha portado conmigo maravillosamente y ahora quiero devolver lo mucho que he recibido. La razón profesional es porque quiero defender y recuperar la dignidad de la profesión, que está muy devaluada. La APM tiene que amparar a los periodistas y a su ejercicio profesional que es la única profesión civil que está amparada por la Constitución. Es un pilar esencial de la democracia y no puede estar tan machacada e infravalorada.

– ¿Cuáles son los puntos fuertes de su programa?

–Respecto al tema del servicio médico, que es excelente, queremos encontrar un acuerdo estable. También intentaremos mejorar el servicio jurídico encontrando algún bufete de abogados que nos proporcione asesoría laboral. Por último, hacer de la APM un centro de debate de temas de actualidad y liderar los debates políticos. Siempre bajo los principios de dignificar al periodismo.

– En el programa se habla de una modernización y un respaldo a los jóvenes. ¿En qué consistiría?

– Queremos que los jóvenes dejen de vernos como algo antiguo y escucharles. La mayoría son «freelance» y están abandonados y expuestos a ser víctimas de cualquier abuso profesional. También queremos defenderles, ya que están pagados por debajo del salario mínimo interprofesional y a los que incluso se les pide que trabajen gratis. Están proletarizados y eso no se corresponde con la función social que debe cumplir el Periodismo en España.

– ¿Qué va a hacer la APM?

– Protestar, hacer que su voz de escuche e intentar que las cosas cambien. Entiendo que con la crisis ha habido que ajustarse el cinturón, pero estamos saliendo y nos conviene adaptarnos al nuevo sistema. Tenemos que salir sin dejar a la profesión maltrecha en un rincón de la Historia.

–¿Cómo se va a ayudar a los mayores de 50 años?

–Están echando a la calle a un montón de profesionales que cuentan con mucha experiencia. Nosotros no podemos buscarles trabajo, pero sí ofrecerles cursos sobre nuevas tecnologías. Hemos propuesto un programa que se llama «Vasos comunicantes», en el que los jóvenes enseñan a los mayores a manejarse en las redes sociales y los mayores les aportarán experiencia y conocimiento.

– ¿Cuál es el proceso desde que se presenta candidata hasta que se celebran las elecciones?

– Me presento junto a veintidós periodistas de gran trayectoria como Jesús Maraña, Casimiro García-Abadillo, Sónsoles Ónega y María Fernández Rey. Con ellos, con su esfuerzo y entusiasmo nos hemos puesto a trabajar, hemos elaborado un programa y colgado en las redes. El jueves son las elecciones y nosotros hemos hecho lo que debíamos hacer. Yo estoy contentísima con el trabajo de mis compañeros y satisfecha del mío. Lo demás es responsabilidad de los asociados. Hemos puesto mucho empeño en las redes sociales, porque el periodismo tradicional se queda pequeño.

– Actualmente, ¿cuál es la función de la APM, un colegio profesional?

– Primero nos centraremos en defender al profesional y a que el periodismo recupere su valor. El tema del la colegiación es un debate abierto y son los asociados los que deciden. Yo estoy abierta al debate, pero esto implicaría una titulación específica y el periodismo es una actividad muy abierta donde no entrarían, por ejemplo, los reporteros gráficos. Además si se crea un colegio de periodistas, como ya dijo en su día Esperanza Aguirre, perderíamos el servicio médico y sería una pena.