Intoxicación alimentaria

Consumo confirma cuatro casos de botulismo grave

A falta de conocer los resultados de las investigaciones, dos cadenas de supermercados han retirado de la venta las tortillas de patatas

Un pincho de tortilla de patata
Un pincho de tortilla de patataPixabay

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Consumo, ha emitido un comunicado a través del cual confirma el aumento de casos de botulismo en nuestro país. Así, el número de casos detectados por el Sistema de Alertas de Salud Pública asciende a cuatro confirmados (dos en Valladolid, uno en Galicia y otro en Asturias), según ha indicado también el Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias (CCAES) en su informe de hoy sobre el brote. Además, hay otros tres casos que están siendo investigados (en Madrid, Andalucía y la Comunidad Valencia), para confirmar que la intoxicación hubiera sido causada por la ingesta de alimentos contaminados.

Quien primero dio la alarma fue Italia, ya que el pasado día 11 de notificó, a través del Sistema de Alerta Precoz y Respuesta de la Unión Europea (EWRS), dos casos de botulismo en una mujer de 23 años y su padre de 61 años, que habían consumido en España uno de estos alimentos el 30 de junio y que empezaron a tener los primeros síntomas entre el 1 y el 2 de julio, cuando ya estaban de regreso a su país.

«Los casos se han producido en varias comunidades autónomas y se ha informado a los servicios de salud pública de las comunidades y ciudades autónomas a través de la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, para reforzar la detección precoz en caso de aparición de nuevos casos con sospecha de botulismo si llegaran a producirse», recoge el comunicado. De esta forma, se confirman dos casos más de los que ayer adelantaba LA RAZÓN.

Aunque hasta la fecha no se ha establecido evidencia, ni en los productos ni en los procesos, que relacionen el aumento de casos con una causa determinada, el vínculo común de todos ellos podría estar en el consumo de tortilla de patata envasada adquirida en diferentes cadenas de supermercados, como AhorraMas, Eroski o Carrefour. «Al menos en tres de los casos confirmados y en uno de los probables, la empresa que elabora las tortillas es la misma», apunta la Aesan en su comunicado. Se trata de una conocida empresa especializada en la producción de chorizo, pizzas, tortillas, platos preparados y repostería que envasa estas tortillas como marca blanca para dichos supermercados.

AhorraMas ha sido la primera compañía que, aplicando el principio de precaución y ante la falta de certidumbres o conclusión de las oportunas investigaciones de seguridad alimentaria, decidía retirar de la venta las tortillas de patatas Alipende con cebolla y sin cebolla, en espera de que las investigaciones avancen. Hacía pública su decisión el pasado martes. Esta cadena ha ofrecido a los consumidores el reembolso del importe con la presentación del ticket de compra y ofrece un teléfono de atención al cliente (900 113 213) para que cualquiera pueda plantear sus dudas. Eroski ha seguido sus pasos. Las fuentes consultadas han asegurado que, «a instancias de la administración competente», retiraba de forma cautelar «todas las referencias de tortilla de patata que suministra el proveedor Palacios».

Fuentes del Grupo Palacios consultadas por LA RAZÓN, aseguran que «no se ha demostrado de manera científica que esos casos tengan que ver con el consumo de nuestros productos». La empresa afirma haber analizado, dentro de sus autocontroles, 87 muestras de diferentes lotes de tortillas de patata, sin detectar ningún agente patogénico. No obstante, ha manifestado su interés en colaborar con las autoridades para proteger de manera preventiva a los consumidores y recuerda que «los tratamientos térmicos a los que se deben someter este producto antes de su consumo consiguen controlar este tipo de incidencias».

Botulismo por mala manipulación alimentaria

La primera tarea de los investigadores será identificar la clase de botulismo que tienen los casos sospechosos. Y es que, existen varios tipos de botulismo y cada uno está relacionado con diferentes formas de exposición a la toxina botulínica. El botulismo alimentario es el tipo más común de botulismo y ocurre cuando una persona ingiere alimentos contaminados con la toxina botulínica. Esta toxina se produce cuando las bacterias Clostridium botulinum se desarrollan y producen toxinas en alimentos mal procesados o enlatados, como conservas caseras, vegetales enlatados, carnes, pescados y productos lácteos. El botulismo alimentario puede afectar a una sola persona o a un grupo de personas que hayan consumido el mismo alimento contaminado.

Pero existe también el botulismo por heridas, el cual se manifiesta cuando la toxina botulínica entra en el cuerpo a través de heridas o lesiones abiertas. Las bacterias Clostridium botulinum pueden estar presentes en el suelo y en el polvo. Si se introducen en una herida, pueden multiplicarse y producir la toxina.

Además de estos, existen otros tipos de botulismo. Todos ellos corresponden a una enfermedad grave que puede afectar el sistema nervioso y causar síntomas neurológicos severos.

Cuidado con las temperaturas de conservación

Según Aesan, las investigaciones que se están llevando a cabo tratan de identificar algún producto en el mercado que no sea seguro o de que existan desviaciones en los procesos de producción, distribución, almacenamiento o transporte que justifiquen la existencia del riesgo. Sin embargo, otra de las hipótesis que barajan es la intoxicación se haya producido por una mala manipulación del producto.

El organismo también recordado a los consumidores la importancia, mayor en esta época del año por el calor, "de conservar los productos alimenticios a las temperaturas de conservación indicadas en el etiquetado y seguir las instrucciones de uso indicadas por los fabricantes, ya que garantizan la seguridad de los productos para los que se establece una fecha de caducidad. El caso de las tortillas de patata envasadas es especialmente importante, ya que puede tenerse la falsa sensación de que son como las conservas, que tienen estabilidad térmica, y mantenerlas sin refrigeración a la temperatura ambiente actual puede derivar en problemas de salud tras su consumo".