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Contagios por el virus ébola: España versus EEUU

La contagiada de Dallas acudió al centro donde había trabajado y se la aísla en 90 minutos

Contagios por el virus ébola: España versus EEUU
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Entre el caso de Teresa Romero y la sanitaria infectada con ébola en Estados Unidos hay numerosas similitudes, pero también notorias diferencias. Aunque la familia de la profesional sanitaria de Dallas ha pedido privacidad sobre la paciente, lo cierto es que ya ayer se sabía que es enfermera, falta por aclarar si es o no auxiliar de enfermería como Teresa. En ambos casos, las pacientes, tras estar en contacto con un enfermo con ébola (ambos, tanto el religioso Manuel García Viejo como Thomas Eric Duncan, fallecieron), se automonitorizaron en casa para comprobar si tenían o no fiebre, el primer síntoma claro de esta enfermedad que ya se ha llevado la vida de 4.033 personas. Asimismo, una persona muy «cercana» a la paciente estadounidense (que podría ser su pareja) ha sido aislada y está siendo monitorizada de manera exhaustiva, tal y como se hizo en España con el marido de Teresa, Javier Limón, que continúa ingresado en el Carlos III.

Pero mientras la auxiliar de enfermería española antes de ser trasladada al Carlos III va a su centro de salud y después la remiten al hospital de su zona, el de Alcorcón, la paciente de Estados Unidos, que llevaba dos días sin ir al trabajo, se fue directamente al servicio de urgencias del Hospital Presbiteriano de Salud de Texas nada más detectarse la fiebre la noche del pasado viernes (en EE UU). Es decir, se fue al mismo centro donde se trató a Thomas Eric Duncan, la primera persona que murió de ébola en Estados Unidos. Esto reduce por tanto la posibilidad de contagio en otros centros hospitalarios y lo más importante para la salud de un infectado, se gana tiempo. Y es que la paciente de Texas, una vez en el centro presbiteriano «fue aislada y le hacen la prueba del test», tal y como informa en un comunicado el Departamento de Servicios de Salud de Texas. De hecho, la de Dallas fue aislada a los 90 minutos, y no se esperó por tanto a los dos test que le hicieron a Teresa cuando todavía estaba en el Hospital Fundación de Alcorcón, centro en donde ingresó en la madrugada del 6 de octubre y del que no salió con dirección al Carlos III hasta pasadas las 00:00 horas del día siguiente, a pesar de las múltiples solicitudes que hizo el médico de guardia que la atendió, el doctor Juan Manuel Parra.

Falta saber cómo se pudo infectar la paciente de Dallas. En el caso de Teresa Romero todo apunta a que pudo tener un descuido y tocarse la cara.

Un desliz de una «heroína»

Allí, hablan de un desliz en el protocolo. De hecho, el doctor Tom Fieden dice que la exposición pudo ser por «un único desliz involuntario». Pero mientras allí la enfermera es tratada de heroína, aquí ese adjetivo no se ha usado en ninguna ocasión en relación con Teresa.

También, y a pesar de la polémica, hay diferencias sobre quién anuncia la noticia. Mientras que en España lo hace la ministra de Sanidad Ana Mato, allí no lo comunica la máxima autoridad, a pesar de ser el primer caso de contagio en Estados Unidos. En concreto, informan de ello en una rueda de prensa el juez del Condado de Dallas, el alcalde y el doctor Daniel Varga, comisario del Departamento de Servicio de Salud de Texas.

Por contra, mientras en Texas ya han procedido a la descontaminación del coche y el exterior de la vivienda de la paciente de Dallas Marquita Avenue, aquí todavía no han limpiado el garaje del edificio de Teresa. Lo harán hoy.

En cualquier caso, en ambos países los ciudadanos se están quejando de la falta de información y los errores de los políticos. Y eso que las autoridades estadounidenses han ido puerta por puerta dejando información a los vecinos de Dallas Marquita Avenue. En cuanto a los errores, si aquí desde Moncloa se mandó un comunicado en el que se afirmaba que Teresa lleva diez días ingresada (no hace ni una semana), allí el alcalde dijo que la paciente infectada con ébola vivía en un bloque, cuando era en otro.

También existe una similitud que es a su vez una diferencia, ambas profesionales sanitarias tenían perro. Pero mientras las autoridades estadounidenses no se plantean, al menos por ahora, el sacrificio del can de la enfermera de Texas, Excalibur, está ya incinerado. Por último, mientras aquí se está pidiendo el cese de diversos cargos políticos, allí, al menos aún, no se ha pedido que ruede ninguna cabeza.