Malformación congénita

Crecen en China los bebés nacidos con los órganos al revés

Algunos médicos relacionan este curioso suceso con el incremento de casos de coronavirus en el país desde finales de 2022

Una mujer intenta proteger de la covid a un niño con un impermeable en Wuhan en abril de 2020
Una mujer intenta proteger de la covid a un niño con un impermeable en Wuhan en abril de 2020Ng Han GuanAgencia AP

Hay una rara enfermedad congénita, que afecta a menos de una persona por cada 25.000 nacidos como media, que ha sido objeto de atención de manera sorprendente en los últimos días. Y, además, en dos ocasiones bien distintas. En la primera la han protagonizado los medios de la prensa del corazón. En la segunda ha saltado a las más prestigiosas publicaciones científicas. Su nombre es situs inversus, y consiste en la inversión de algunos órganos no simétricos del cuerpo. Por ejemplo, un niño puede nacer con el corazón a la derecha o con el hígado a la izquierda.

La prensa rosa ha conocido sobre el asunto gracias a Enrique Iglesias, probablemente la personalidad más famosa de nuestro país que padece esta condición. En su caso, según se ha conocido recientemente, desde su nacimiento su corazón está alojado al lado derecho del pecho. No es nada que le impida realizar una vida absolutamente normal, aunque en los casos más agudos (cuando son varios los órganos que han modificado su emplazamiento de modo especular) puede llegar a tener que ser necesaria una intervención quirúrgica.

Además, durante estos días esta patología ha adquirido una relevancia extraordinaria, y es que, según ha publicado el «New England Journal of Medicine», varias instituciones sanitarias de China han comenzado a detectar un inexplicable aumento de nacimientos de niños con situs inversus. Hasta julio de este año (momento del que se disponen los últimos datos oficiales) la ratio de bebés con los órganos vitales desplazados de su lugar natural es cuatro veces mayor que la habitual.

El anuncio se basa en datos obtenidos de grandes hospitales obstétricos de las localidades chinas de Shanghái y Changsha desde enero de 2014 y hasta julio de 2023. Los registros confirman que desde 2014 a 2022 el número anual de nacimientos con la patología congénita se encontraba entre 5 y 6 por cada 10.000 bebés. No obstante, en 2023 la ratio ha saltado a 24 casos por cada embarazo.

Cuando analizaron el número de casos en función del mes de nacimiento, los investigadores hallaron que el pico de sucesos comenzó en abril de 2023. Desde enero a julio de este año, de 23.746 mujeres embarazadas sometidas a diagnóstico por ultrasonidos, 56 portaban en su vientre un feto con al menos uno de sus órganos desplazado de lugar. En la mayoría de los casos, el diagnóstico fue evidente entre las semanas 20 y 24 de gestación.

La primera aclaración que realizan los doctores que han analizado la estadística para «New England Journal of Medicine» es que no se ha producido ningún cambio en el criterio diagnóstico de la patología. En muchas ocasiones, los datos de prevalencia de una enfermedad pueden verse modificados durante varios meses tras una mejora en la tecnología de observación, un ajuste más fino de las pruebas de laboratorio o un cambio en los criterios de los umbrales a partir de los cuales salta la alarma de una enfermedad. Pero la comunidad médica internacional sigue utilizando las mismas herramientas y criterios que hace años para evaluar el situs inversus.

¿Qué es entonces lo que está provocando este aumento espectacular de malformaciones? Aunque no existe una explicación confirmada, el estudio sugiere que existe una relación entre el pico de bebés con la patología y el aumento de casos de la enfermedad de la Covid-19. En China, las infecciones de coronavirus crecieron de manera espectacular a finales de 2022, cuando las autoridades empezaron a relajar su política de Covid cero.

Desde esa fecha, se cree que cerca de 1.400 millones de ciudadanos chinos (el 80 por 100 de la población) entraron en contacto con el virus. El momento de mayor cantidad de contagios llegó entre diciembre de 2022 y febrero de 2023. Pocos meses después, se ha comenzado a detectar el aumento de casos de situs inversus.

Relacionar la eclosión de la pandemia con el nacimiento de niños con esta condición extraña es altamente especulativo. Pero los editores de la prestigiosa revista médica británica consideran la teoría lo suficientemente interesante como para ser estudiada con detenimiento.

Lo cierto es que a día de hoy no disponemos de datos sobre cuántas de las mujeres embarazadas analizadas han pasado la Covid ni en qué grado. Además, a pesar de que el aumento de situs inversus es considerable, ésta sigue siendo una patología muy rara y no se han observado explosiones similares en otros lugares y durante otras olas de SARS CoV-2.

Pero los expertos que se han manifestado al respecto recuerdan que el situs inversus congénito está unido a una distribución aberrante de factores morfogenéticos y celulares durante las primeras semanas del embarazo, que conducen a una lateralización incorrecta de las vísceras durante el desarrollo del feto y que una infección grave en esa fase fetal puede desencadenar el fenómeno.

No está claro que puede producirse un contagio vertical de Covid entre la madre y el feto. Todavía se está debatiendo en la comunidad científica si una mujer embarazada puede transmitir la enfermedad al futuro bebé. Pero sí se conocen mecanismos que podrían provocar daños en el nonato a partir de la respuesta inflamatoria de la madre con Covid.

Los ocho doctores del sistema sanitario chino que firman este provocador informe proponen que siga investigándose la conexión genética entre la infección materna y el desarrollo de la lateralización del bebé, y que se abran otras vías de estudio para comprobar si este extraño aumento de casos puede tener su origen en otros factores ambientales.