Truco casero

Una cremallera rota no es el final. Recupera tus prendas favoritas con la "técnica del tenedor"

La calidad de la cremallera es un elemento crucial en la producción textil. Tanto es así, que la empresa más fiable es la que produce el 90% de las cremalleras del mundo

La técnica del tenedor es el método más socorrido y efectivo para arreglar las cremalleras
La técnica del tenedor es el método más socorrido y efectivo para arreglar las cremallerasMabel AmberPixabay

Hay dos personas que se pueden llevar el mérito de haber inventado la cremallera. En primer lugar, está el estadounidense Whitcomb L. Judson, quien diseñó el “sujetador de candado de cadena”, un mecanismo de cierre para botas y zapatos; que consistía en unos pequeños ganchos que se engarzaban en unos agujeros realizados en el calzado, llamados 'ojos', que permitían su cierre. El sistema era efectivo, pero tenía el inconveniente de que requería bastante tiempo y atención al usuario.

En segundo lugar, está Gideon Sundbäck, un emigrante sueco asentado en Canadá, que trabajó desde el año 1906 en la mejora del cierre diseñado por Judson y que, tras muchas pruebas, en 1914 solicitó la patente de un nuevo cierre. Estaba compuesto por dos trozos de tela que en sus bordes tenían una serie de dientes metálicos que trababan o destrababan según se pasara un deslizador en sentido de apertura o cierre.

Hombre subiéndose la cremallera de la chaqueta
Hombre subiéndose la cremallera de la chaquetaLa Razón

Al principio, la cremallera solo se utilizó para ropa de bebés y para cerrar las bolsas de tabaco. Habría que esperar 20 años para que su uso se extendiera a otras prendas de vestir, empezando por los pantalones. Su compañía todavía existe hoy como “Talon, Inc.” y todavía produce cremalleras que usan algunas marcas como “Brooks Brothers” o “Uniqlo”.

Pero en la actualidad, el mercado de la cremallera está prácticamente copado por la empresa japonesa Yoshida Kogyo Kabushikikaisha (YKK). Esta compañía, fundada en 1934 en la ciudad japonesa de Kobe, produce el 90% de todas las cremalleras del mundo. De hecho, lo más seguro es que si el lector hecha un breve vistazo a su armario, seguramente sea capaz de contar varias prendas que incluyen cremalleras con las siglas “YKK”.

Estamos hablando de que la producción anual de esta compañía se estima en más de dos millones de kilómetros de cremalleras, lo que vendría a ser cinco veces la distancia que hay entre la Tierra y la Luna. Además, todos los aspectos del proceso de fabricación se llevan a cabo internamente, desde la fundición del metal hasta el envasado del producto terminado.

El éxito de esta empresa se debe a que los fabricantes entienden el riesgo que supone para su marca incluir una cremallera de mala calidad en alguna de sus prendas. Si la cremallera de un bolso de 400 euros se rompe, el cliente no culpará al fabricante de la cremallera, sino al fabricante del bolso. Y es que, cuando esto ocurre solemos dar la ropa por perdida. Pero, ¿y si hubiera una alternativa?, ¿y si fuera posible recuperar esas prendas que ya hemos dado por perdidas?

En la actualidad, el mercado de la cremallera está prácticamente acaparado por la empresa japonesa YKK.
En la actualidad, el mercado de la cremallera está prácticamente acaparado por la empresa japonesa YKK.larazon

La técnica del tenedor

Las cremalleras se rompen típicamente de tres formas diferentes. La causa más común es que se haya atascado al haber pinzado algo de tela. En este caso, lo que hay que hacer es, con mucho cuidado, tirar del cursor en un sentido y de la tela en el sentido contrario. Otro de los problemas típicos con las cremalleras es que el cursor haya dejado de moverse por falta de lubricación. Si este es el caso y el cursor no puede ni subir ni bajar… el arreglo no puede ser más simple. Basta con aplicar algún aceite (del estilo del 3 en 1) sobre los dientes. Pero, ¿y si lo que ha ocurrido es que nos hemos quedado con el cursor en la mano?

La técnica del tenedor es muy oportuna en estos casos. Consiste en colocar el cursor entre las púas del tenedor, de forma que quede fijo y podamos manipularlo con facilidad. Después cogeremos los extremos de la cremallera y trataremos de introducirlos de nuevo en el cursor de forma simultánea. Puede parecer algo un poco difícil, pero no lo es en absoluto. En unos segundos habrás conseguido que el cursor vuelva a circular de nuevo por el recorrido de los dientes de la cremallera.