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Crossfit: sufrir está de moda

Los centros dedicados a esta práctica han crecido más de un 450% en cuatro años y unos 40.000 españoles están enganchados. ¿Dónde está el secreto de su éxito?

«Volteo» de rueda de camión, lo que ejercita brazos y piernas
«Volteo» de rueda de camión, lo que ejercita brazos y piernaslarazon

Los centros dedicados a esta práctica han crecido más de un 450% en cuatro años y unos 40.000 españoles están enganchados. ¿Dónde está el secreto de su éxito?

Hace más de 40 años, el universitario Greg Glassman era un habitual de los gimnasios del sur de California. Entonces comprobó que los ejercicios no eran eficientes: demasiado tiempo sudando para tan escasos resultados. Poco a poco fue ideando un método de entrenamiento de alta intensidad que cristalizó a mediados de los noventa con el nombre de «CrossFit». Su clientela inicial congregaba a policías, bomberos, marines y demás profesiones que precisaban de una gran condición física. Veinte años después, hay abiertos en todo el mundo alrededor de 12.450 «boxes», término para denominar a estos centros. Y eso sólo en lo que respecta a los centros oficiales, que pagan un canon anual para poder utilizar el término CrossFit, una marca registrada. Sólo en España, a día de hoy hay unos 280; hace cuatro años, apenas había medio centenar, lo que supone un crecimiento cercano al 450%. Y el número de participantes ha ido parejo: se estima que entre 35.000 y 40.000 españoles lo practican con regularidad. Así, estamos a la par que nuestros vecinos europeos.

La moda ha llegado para quedarse. Desde Velites Sport, compañía especializada en productos para entrenamiento de fitness, creen que aún pasarán tres o cuatro años hasta que el mercado del CrossFit toque techo. ¿Dónde está el secreto de esta «fiebre»? Primero, la cuota de un «box» es asequible. «España es de los sitios más baratos, con una media de 70 euros al mes. En Francia son 100 euros, en Inglaterra unos 130...», afirma Matías Hernández, CEO de Velites Sport. Segundo, es efectivo. «Notas mejoras y cambios físicos en muy poco tiempo, genera una sensación de progreso que engancha: al ser humano le gusta progresar por naturaleza, es algo que llevamos innato», añade. Tercero, es una actividad social: el equipo que entrena unido, sufre unido. «Se crea una comunidad. Y el sufrimiento es un ecualizador del vínculo emocional que se crea. Antes tenías tu grupo de amigos; ahora, con los que sales es con los que haces CrossFit. De hecho, lo potencian en Facebook, que es su red social estrella». ¿Conclusión? Los policías, bomberos y guardias de seguridad ya no son los únicos usuarios. «Según va creciendo el concepto, no es extraño ver a un informático haciendo halterofilia», dice Hernández.

Prueba de ello es el CrossFit Gran Vía de Madrid, un centro de deporte multidisciplinar. Se abrió hace tres meses; hoy cuenta ya con más de 200 socios. Hace cinco años, su director y entrenador jefe, Arturo Martín, hablaba del concepto de CrossFit cuando nadie sabía lo que era. «La mayoría de los usuarios es gente que viene de probarlo todo. Ven que con otras actividades, como el “spinning”, no mejoran, no adelgazan, se sienten estancados... Es gente entre 25 y 45 años, proactiva en sus trabajos, que les gusta moverse... y también gente mayor, con problemas articulares», dice Martín. Y cada vez hay más mujeres. «En nuestro centro llegan casi al 50%. Ellas tienen una fidelización y compromiso brutal».

Martín coincide en señalar los conceptos de comunidad y sufrimiento como ingredientes de la exitosa receta del CrossFit. Porque, que nadie se engañe: «Esto no es pilates o zumba, donde sudas y ya está. Aquí entrenas duro y acabas muerto», dice Roberto Molina, gerente del Zyam Sport Center en Cobeña (Alcalá de Henares) y el más destacado atleta de CrossFit de nuestro país. Y es que esta práctica cuenta con varias competiciones, nacionales e internacionales, en las que Molina siempre ha estado en el «top ten». Conoció esta práctica hace cinco años, a través de vídeos de YouTube. «Todos empezamos para estar en forma, no porque vayamos a competir. Después, te engancha porque te saca todo lo que tienes, luchas hasta el máximo. Siempre quieres más».

Pero, ¿qué se encuentra el neófito que quiere empezar a iniciarse en el entrenamiento de alto rendimiento? Las sesiones duran en torno a una hora, se repiten unas tres veces por semana y los grupos pueden constar de hasta 16 personas.

De acuerdo con Molina, el CrossFit cuenta con tres disciplinas: halterofilia, movimientos gimnásticos y cardio. A partir de aquí, los términos anglosajones se hacen recurrentes. El calentamiento –o «warn up»–, muy básico, estará orientado a lo que será el trabajo del día –o WOD, siglas de «Workout Of the Day»–. Las tres disciplinas se mezclan en una sola sesión, en una suerte de exigente «gymkana»: en la halterofilia, se pueden levantar «barras» de entre 15 y 20 kilos en varias repeticiones, o hacer 10 «pesos muertos»; los movimientos gimnásticos van desde las sentadillas hasta las anillas, pasando por las dominadas –o «pull ups»– y los fondos –o «burpees»–, todos ellos alternándolos en series; y en cuanto al cardio, las carreras de 800 metros se entremezclan con los ejercicios de remo y los saltos a la comba. Los WOD dependen del entrenador, pero también hay diferentes tipos. Uno de los más conocidos es el llamado «tabata»: ocho rondas en las que se realizan 20 segundos de ejercicio intenso seguidos de 10 segundos de descanso. «Hay desde chicos de 11 años hasta personas de 70. Es algo que puede hacer todo el mundo, empezando desde cero, pero dependiendo también de las ganas que tengas. Te va a exigir, pero si lo pruebas y aguantas un par de clases, sigues adelante», señala Molina.

El aumento de fuerza y potencia muscular, la pérdida de grasa y el incremento de resistencia cardiovascular son los principales beneficios de esta práctica. ¿Pero cualquiera puede hacerlo? Estudios científicos han alertado de sus riesgos. Un trabajo del Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI) de EE UU previene de que un 73,5% de los usuarios sufrían lesiones tras los entrenamientos, mientras que un 7% requería intervención quirúrgica.

«Uno de los grandes mitos es que es una práctica muy lesiva, y para gente muy iniciada. Y se debe a los vídeos viralizados de los atletas. Y eso es un error. Es como si me comparo con Usain Bolt cuando corro los 100 metros», explica Arturo Martín. «El CrossFit tiene un abanico de adaptaciones. Hay además una planificación deportiva global, en la que la habilidad del entrenador está en encontrar las adaptaciones necesarias para que nadie se quede fuera, aunque sea un grupo heterogéneo. La técnica prevalece por encima de la fuerza, por lo que el índice de lesiones es bajo. Y la fidelización es enorme», añade. Dicho esto, ahí está el reto. ¿Quién se atreve?

La dieta Paleo se asocia al CrossFit pero, según Roberto Molina, «pocos la siguen porque tiene muchas carencias nutricionales». El término procede de la época del Paleolítico, que se remonta a hace 2,85 millones de años. El «truco» está en comer sólo lo que se tenía al alcance en aquella era, y que se obtenía a través de la caza, la pesca y la recolección. La agricultura no existía, por lo que las legumbres y los granos –cereales, pasta, pan...– están excluidos, mientras que la verdura, la fruta, la carne y el pescado están permitidos. Así, los carbohidratos quedan prácticamente vetados.

1 ►Un grupo de científicos de la Universidad de Kennesaw State en EE UU ha analizado los ejercicios predominantes de este deporte. Han determinado que al completar una de sus rutinas de 20 minutos se queman 261 calorías.

2 ►Las dominadas son una de las claves del CrossFit. Dentro de la tabla de 20 minutos se incluyen cinco de ellas. Se debe agarrar una barra y elevar el cuerpo hasta que el pecho quede a la altura de la barra. Aguantar la postura y bajar.

3 ►Las flexiones de brazos también forman parte de estos ejercicios. Se deben realizar 10 seguidas. Para ello, debe colocarse en posición de flexión, bajar el pecho hasta rozar el suelo. Detenerse ahí y volver a la posición inicial.

4 ►El siguiente ejercicio es la sentadilla. Se deben hacer 15 seguidas. La posición inicial es de pie con las piernas separadas, inclinar la cadera hacia atrás y bajar el cuerpo. Regresar a la posición inicial.

5 ►Esta es la serie que marca «Men’s Health» y que se debe repetir tantas veces como sea posible en los 20 minutos de tiempo marcado. A este set se suma una serie de ejercicios pliométricos que refuerzan los abdominales.

6 ►Son dos series que combinan saltos. 20 segundos sobre el pie derecho y otros 20 sobre el izquierdo. Siempre aterrizando sobre los talones. A ellos se pueden sumar, tras un breve descanso, series de «burpees».