Criminalidad
Cuando es la familia la que tiene que hallar los restos de Antonio Ortega
Su hermano y su tío regresan a la Sierra de Alhaurín y encuentran de nuevo partes de su cuerpo. Denuncian la descoordinación entre la Guardia Civil y la Policía en este caso.
Su hermano y su tío regresan a la Sierra de Alhaurín y encuentran de nuevo partes de su cuerpo. Denuncian la descoordinación entre la Guardia Civil y la Policía en este caso.
Una cadena de errores que se repite en demasiadas ocasiones y que urge subsanar. Así podría describirse el caso de Antonio Ortega, el joven de 32 años que desapareció el pasado 22 de enero. Cristóbal, su hermano, fue el pasado sábado a la Comisaría de la Policía Nacional de Málaga para interponer una denuncia contra el citado cuerpo y contra la Guardia Civil, y a llevarles parte de la anatomía de su hermano.
«Fuimos los familiares, los amigos y los voluntarios los que conseguimos encontrar parte de su cuerpo el pasado 18 de agosto en la Sierra de Alhaurín porque desde finales del pasado mes de abril o principios de mayo la Policía Nacional no estaba realizando batidas para buscarle».
«Pensábamos que tras encontrarle en la sierra, los agentes estaban buscando el resto de su anatomía, pero sólo habían hecho la prueba del ADN y varios trámites administrativos. Cuando me enteré, gracias a que soy letrado, que no constaba actuación alguna de búsqueda del cuerpo de mi hermano por parte de la Guardia Civil ni de la Policía Nacional decidimos salir a buscarle de nuevo». No sólo porque es su hermano, sino por «una promesa a mi madre».
El sábado, él y su tío, que le había prometido a su hermana que encontraría a Antonio, regresaron a la sierra de Alhaurín. «Salimos a las 09:00 de la mañana y en menos de una hora localizamos diferentes partes de su anatomía». Estaban «a dos metros de dónde habíamos encontrado su cuerpo la primera vez». Tras 42 días de espera, confiando en que los agentes estaban buscando los restos de Antonio, han vuelto a ser sus seres queridos los que le han encontrado y a sólo «cinco minutos» de donde se halló su cuerpo.
Imagínense por un momento que Antonio es su hermano, su hijo, su sobrino o un amigo suyo. Esa rabia, esa frustración, ese sentimiento de desamparo, todo eso es lo que sintió Cristóbal, que no entiende cómo puede ser que ni la Guardia Civil ni la Policía Nacional hayan ido a la sierra a buscarle a pesar de que su cuerpo no estuviera completo.
«Mi hermano fue encontrado sobre unas rocas en una zona perfectamente visible y a unos cuatro kilómetros de su domicilio, así como a no más de tres kilómetros del lugar donde apareció su perro Smokey meses atrás lleno de heridas. Los restos no estaban en una zona peligrosa o que requiera de una barbaridad de medios. Pero si le hemos encontrado mi tío, de 66 años que va con un bastón, y yo que peso 120 kilos...», asegura Cristóbal, que precisa que «la espina dorsal fue encontrada debajo de uno de los matorrales en los que encima se encontraba una cinta (el precinto) de la Guardia Civil»
Tanta rabia le dio, que cogió los restos humanos de su hermano, los metió en la mochila que llevaban y se presentó en comisaría. «Me han llegado a decir que cómo había hecho eso, como si estuviera cometiendo un delito».
Dicho y hecho, tal y como consta en el atestado, él y su tío «hacen entrega de una mochila», «conteniendo lo que parecen ser restos óseos pertenecientes supuestamente a Antonio Francisco Ortega Urbano: espina dorsal, coxis, 12 vértebras, mandíbula inferior y un hueso que pudiera parecer el radio. También hacen entrega de un calcetín dentro de la mochila».
«Sigue faltando el cráneo», nos dice Cristóbal por teléfono. Y hasta que no encuentren toda su anatomía no van a cesar en su búsqueda. «Tras 42 días, el sábado por la noche le dijimos a mi madre que habíamos encontrado gran parte de los restos de Antonio».
Pero, ¿qué ha pasado para que sea la familia la que tenga que hallar los restos humanos por segunda vez?
Antonio salió con su perro Smoky aproximadamente a las 11:00 de la mañana el pasado 22 de enero de la casa de sus padres en Torremolinos. Aquella vez fue la última que le vieron con vida. «Se fue sin cartera, sin llaves, sin documentación», recuerda Cristóbal. El perro fue encontrado 13 días después lleno de heridas. La clave para que la familia encontrase a Cristóbal la dio una senderista. «Se puso en contacto con la familia al reconocer a Antonio en uno de los muchos carteles que habíamos puesto. Nos dijo que el día 21 de enero, Antonio le había preguntado sobre qué rutas se podían hacer por esta sierra y que estaba segura de que era él porque habían estado hablando unos 45 minutos». Esa pista permitió que la familia lograra hallar a Antonio en la Sierra de Alhaurín, que es demarcación de la Guardia Civil.
Es entonces cuando los errores se multiplican. La desaparición de Antonio era competencia de la Policía Nacional, pero una vez encontrado el cuerpo en el monte se supone que ya es competencia de la Guardia Civil. «Cada episodio que hemos vivido ha sido más de traca. Todavía no me lo termino de creer».
«Quiero denunciar lo que nos ha pasado a nosotros –prosigue– con el objetivo de que le sirva a alguien. No hay derecho que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no cooperen, no se llamen para saber quién tiene que continuar con la búsqueda simplemente porque la demarcación competa a uno u a otro. No es una denuncia a todo el cuerpo. Mi abuelo era guardia civil y nos sentimos hijos del cuerpo como se suele decir, pero está claro que algo falla en la organización del sistema. Todas las confusiones han venido porque ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil colaboran entre ellos por una cuestión de competencias y de méritos», denuncia Cristóbal. De hecho, nada más poner la denuncia, no paró de recibir llamadas de ambos Cuerpos explicándole que pensaban que le estaban buscando los otros y viceversa.
Máxime cuando «todavía falta por determinar la causa del fallecimiento. Si no han terminado de recuperar el cuerpo difícilmente van a conocer la causa de la muerte. La hipótesis más razonable es que ha sido un accidente. A mi hermano le gustaba mucho caminar, aunque solía hacerlo por la playa, no por el monte, yo creo que era la primera o la segunda vez que iba a la montaña. Pero oficialmente no hay ninguna hipótesis principal sobre su muerte», explica Cristóbal.
Fuera o no un accidente, fuentes policiales consultadas por este periódico explicaron que «hay que buscarlo. Si es por accidente por descontado que hay que buscarlo, a menos que esté en una zona muy peligrosa. Por ejemplo, en un atropello de tren hay que recuperar todo para que el forense dictamine si es accidente o no. Por muy evidente que sea, hay que buscar, hay que despejar cualquier duda».
La actuación que han tenido en el caso de Antonio Ortega es «incalificable», afirma la familia. No sólo no lo localizaron al joven, sino que tampoco procedieron al «levantamiento del cadáver, dejándose la mitad de sus restos en la Sierra de Alhaurín » y causando a sus seres queridos un dolor irreparable. Por esta concatenación de errores, hoy sus familiares siguen sin poder despedirse de Antonio. Pero sin duda lo lograrán gracias a que ellos, al menos, no van a parar hasta conseguirlo.
Hoy, a las 08:30, las FCSE buscarán el cráneo de Antonio
A partir de las 08:30 de la mañana de hoy, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado buscarán los restos que faltan de Antonio. «Al poner la denuncia me llamaron tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil para decirme que el lunes van a poner en marcha un importante dispositivo para buscar el cráneo de mi hermano». «Nosotros, la familia, desde luego vamos a seguir buscando los restos de Antonio. El sábado que viene vamos a volver a subir a la Sierra salvo que nos aseguren que han localizado todos los restos de Antonio. Ya he avisado que como volvamos a ser nosotros los que encontremos el resto de su anatomía se lo llevo y se lo pongo en la mesa a la subdelegada del Gobierno, que ni ayer ni el sábado me llamó», denuncia Cristóbal. «Seguro que -hoy- llevan hasta helicóptero para tratar de contrarrestar tal cúmulo de errores. Han llegado a decir que hicieron el mayor número de batidas para localizar a mi hermano. Pero no dicen que aunque la denuncia la pusimos el 22 de enero por la noche, la primera batida no se hizo hasta pasados diez días. Y eso que mi hermano tenía un problema de esquizofrenia leve»; un dato a tener en cuenta para hacer más urgente, si cabe, la búsqueda.
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