Con la llegada del verano y las temperaturas que superan los 35 °C en gran parte del país, muchos hogares españoles se refugian en el aire acondicionado para soportar el calor. Pero, ¿cuánto cuesta realmente mantenerlo encendido durante una hora? Y más importante aún, ¿cómo repercute en la factura de la luz?

Un cálculo medio: entre 0,20 € y 0,50 € por hora

El coste depende de varios factores: el tipo de aparato, su eficiencia energética, el uso que se le dé y la tarifa eléctrica contratada. En promedio, un equipo doméstico tipo split con una potencia de 3,5 kW (unas 3.000 frigorías) consume entre 1 y 1,5 kWh por hora.

Con los precios actuales de la electricidad en España —que rondan los 0,20 a 0,35 €/kWh en tarifa regulada (PVPC), y pueden ser mayores en el mercado libre—, el coste de una hora de aire acondicionado oscila entre 0,20 € y 0,50 €.

El impacto mensual: hasta 120 € en los meses más calurosos

Si un hogar usa el aire acondicionado unas 8 horas al día, durante un mes puede consumir 240 a 360 kWh adicionales, lo que supone un gasto extra de 48 € a 120 € mensuales, dependiendo del consumo y la tarifa contratada. Para muchas familias, esto puede duplicar o incluso triplicar su factura habitual de verano.

Factores que aumentan el coste

• Equipos antiguos o sin etiqueta energética eficiente (tipo A o superior).
• Mal aislamiento térmico en la vivienda.
• Uso del aire a temperaturas demasiado bajas (20 °C o menos).
• Uso prolongado en horarios de mayor coste (en el caso de tarifas por tramos horarios).

Cómo reducir el gasto sin pasar calor

• Fijar el termostato entre 24 y 26 °C, una temperatura confortable y eficiente.
• Mantener cerradas ventanas y persianas durante las horas más calurosas.
• Usar ventiladores como apoyo para reducir el tiempo de uso del aire acondicionado.
• Programar el apagado automático durante la noche.
• Limpiar los filtros del aire acondicionado para garantizar su rendimiento.

El aire acondicionado es una solución efectiva para el calor extremo, pero su uso intensivo puede elevar considerablemente las facturas eléctricas. En un contexto de precios de energía aún inestables, es clave hacer un uso responsable y eficiente del aparato. Así, se puede lograr un equilibrio entre confort térmico y sostenibilidad económica.