Violencia de género

De una en 2016 a casi veinte en 2019: ¿Por qué se propagan las "Manadas"?

La psicóloga de Clínicas Origen habla sobre este fenómeno y su evolución.

Ángel Prenda, uno de los miembros de la Manada
Ángel Prenda, uno de los miembros de la Manadalarazon

La psicóloga de Clínicas Origen habla sobre este fenómeno y su evolución.

Muchos son los indicadores sociales que animan a la desesperanza. Quizá debería ser al revés y que el tiempo revertiese lo que un día parecía imposible. Pero no. Hoy mismo se ha registrado una acusada bajada en la afiliación de la Seguridad Social y un aumento notable de desempleo; cerca de 1.400.000 menores viven bajo el amparo de la pobreza severa, y algo más de 2.000.000 coquetean con el alto riesgo de sufrirla; ya son siete los asesinatos machistas en los 39 días de 2019. Sobre esto último gira un fenómeno trágico: desde el año 2016 que se registrase la primera agresión sexual en grupo en San Fermín por la denominada "La manada"ya son veinte los mismos hechos registrados por grupos de cuatro a diez hombres con tres años de diferencia.

¿Por qué sucede esto? La psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde, trata de buscarle una explicación a este hecho, y apoya su tesis en la cultura de la imitación. Ciertos grupos masculinos creen ejercer poder sobre la mujer, y consideran que "el hecho de que se haya comunicado la ausencia de consideración de agresión ha podido reforzar ciertas falsas creencias en las que la mujer ha sido consentidora".

Pero el foco no puede ponerse sólo sobre los medios de comunicación. El machismo parece estar más vivo que nunca entre los hombres, y el hecho de que algunos de estos sufran carencias de autoestima se traduce en una sensación de dominio sobre la mujer a través de la manipulación y la violencia. El hecho de hacerlo en grupo da una sensación de protección: cada uno piensa que la responsabilidad se reparte entre todos y, además, creen que disminuye el impacto de la gravedad de sus actos. Según la psicóloga, son personas que "necesitan sentir que son más poderosas y que pueden realizar actos vejatorios sin sufrir consecuencias".

Otro hecho relevante del que habla la especialista versa en torno a las grabaciones de las violaciones. Para ella, existe una necesidad de demostrar que se está por encima de las consecuencias negativas: "creen que son indestructibles, que están por encima de la ley y que no les va a suceder nada. Por otro lado, les gusta revivir la vejación cometida, lo que refleja placer en la ejecución del acto, así como conservar recuerdos de la hazaña realizada y presumir de la misma", afirma Pilar Conde.

¿Es posible una reconducción de estas personas? Para la psicóloga, los antecedentes personales de cada individuo por separado amén de las señales externas de culpa o arrepentimiento son fundamentales para su integración social. Sin embargo, "resultará muy difícil si se percibe en ellos una frialdad afectiva o falta de empatía".