
Verano
He dejado una botella de agua en el coche caliente: ¿Es seguro beberla?
Esto es lo que dice la ciencia sobre beber agua de botellas expuestas al calor

Las altas temperaturas del verano convierten los coches en auténticos hornos. En este contexto, muchas personas se preguntan si es seguro consumir agua embotellada que ha permanecido dentro del vehículo durante horas o incluso días. Aunque pueda parecer una cuestión trivial, la ciencia ha estudiado los efectos del calor en el plástico y en el contenido de estas botellas, y sus conclusiones revelan riesgos microbiológicos y químicos que conviene conocer.
¿Qué ocurre al dejar una botella de plástico en un coche caliente?
En días soleados, el interior de un coche cerrado puede alcanzar más de 60 ºC. Esta temperatura afecta directamente a los materiales de las botellas de plástico y al agua que contienen, favoreciendo tanto la proliferación de bacterias como la liberación de compuestos químicos.
Riesgos microbiológicos: proliferación rápida de bacterias y moho
Si la botella ha sido abierta previamente, el interior puede contener bacterias introducidas desde la boca, las manos o el ambiente. Según un estudio de 2013, en botellas parcialmente consumidas y almacenadas a 25 ºC durante dos semanas crecieron bacterias, mohos y levaduras. A temperaturas más altas, como las que se alcanzan en un coche cerrado, este crecimiento puede acelerarse en solo unas horas.
La neurocientífica Jaime Ross, de la Universidad de Rhode Island, advierte que bacterias como "Staphylococcus aureus", relacionadas con intoxicaciones alimentarias, pueden multiplicarse en este tipo de entornos. Aunque no siempre causan enfermedades, su presencia representa un riesgo que no debe subestimarse.
El calor y el plástico: una combinación química potencialmente peligrosa
La mayoría de las botellas de agua de un solo uso están fabricadas con tereftalato de polietileno (PET). Cuando este material se expone a altas temperaturas o a la radiación solar directa, puede liberar compuestos como bisfenol A (BPA) y ftalatos, según explica Nicole Deziel, epidemióloga ambiental de la Universidad de Yale.
Estos compuestos son considerados disruptores endocrinos , ya que interfieren con el sistema hormonal del organismo. Aunque las autoridades sanitarias, como la FDA, mantienen que los niveles actuales en envases alimentarios son seguros, existen estudios que vinculan su exposición continuada con patologías como asma, alergias y diabetes tipo 2.
No obstante, la afirmación popular de que las botellas calientes liberan dioxinas sustancias químicas cancerígenas no tiene respaldo científico, según la propia Deziel.
Microplásticos: posible agravamiento por el calor
El agua embotellada en plástico suele contener microplásticos. Un estudio global de 2018 detectó partículas plásticas en el 93 % de las muestras analizadas. La luz ultravioleta, que también penetra en los vehículos, puede acelerar la descomposición del plástico y aumentar la liberación de estos fragmentos al agua, explica Beizhan Yan, geoquímico de la Universidad de Columbia.
Aunque aún no se conocen con certeza los efectos de los microplásticos sobre la salud humana, investigaciones recientes han hallado restos de estas partículas en órganos como el hígado, los riñones y el cerebro de personas fallecidas.
¿Se puede o no se puede beber?
No hay una respuesta tajante, pero los expertos coinciden en que beber agua de una botella de plástico expuesta al calor, especialmente si ha sido abierta, no es recomendable. La posible proliferación de bacterias y la liberación de sustancias químicas hacen que consumir este agua suponga un riesgo, aunque sea bajo. En caso de duda sobre su seguridad, lo más prudente es desecharla.
Recomendaciones para evitar riesgos
- Evita reutilizar botellas de un solo uso: no están diseñadas para soportar el calor ni el paso del tiempo.
- Opta por materiales más seguros: las botellas de acero inoxidable o vidrio son más estables frente a la temperatura.
- No dejes agua embotellada en el coche: si es inevitable, que esté cerrada herméticamente y protegida del sol.
- Descarta el agua si la botella fue abierta: el calor favorece la proliferación de bacterias.
- Lava con frecuencia las botellas reutilizables: especialmente en verano, para evitar la aparición de moho y microbios.
No es favorable
El agua embotellada no es invulnerable a las condiciones extremas del verano. El calor puede favorecer tanto la contaminación microbiológica como la liberación de sustancias químicas y microplásticos. Por precaución, no se recomienda beber agua que haya permanecido en una botella de plástico expuesta al calor, sobre todo si ya fue abierta. Ante la duda, lo más seguro es desecharla y optar por alternativas más estables y reutilizables.
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