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«Morirás»
La Guardia Civil investiga los tuits del menor de 17 años detenido por presuntamente matar a su madre a golpes y navajazos en Córdoba.
La Guardia Civil investiga los tuits del menor de 17 años detenido por presuntamente matar a su madre a golpes y navajazos en Córdoba.
Estudios confirman la cercana relación entre la familia desestructurada y los problemas psicológicos de hijos adolescentes. Inestabilidad emocional, autoimagen alterada o trastornos obsesivos pueden marcar la vida de estos jóvenes para siempre. Sólo bajo el análisis de un escenario tan complejo se descifra el macabro suceso que tiene consternada la localidad de Montilla, en la provincia de Córdoba, donde un chaval de 17 años fue detenido y será hoy puesto a disposición del Fiscal de Menores por el presunto asesinato de su madre el jueves.
Una discusión familiar acabó con el «ensañamiento» del menor con el cuerpo de María del Carmen Raya a base de golpes y heridas de arma blanca. Una demostración de violencia extrema, que según los expertos consultados podría ser producto de un «rechazo a la autoridad». María acababa de cumplir 47 años, residía en las afueras de Montilla con sus dos vástagos después de una relación tormentosa con su marido, en prisión en la actualidad, por la que mantenía una orden de protección. Una vida difícil con un desenlace dramático, pues las Fuerzas de Seguridad tratan de averiguar si el asesinato fue premeditado a raíz de la aparición de unos tuits amenazantes que el presunto parricida, muy activo en redes sociales, como tantos adolescentes, redactó la pasada semana.
«Tus días están contados», «Morirás como viviste; mala persona y egoísta. No se hacen perrerías a quien te lo da todo» o «Si alguien muere no será mi culpa, es de aquellos que se empeñan en apoyar algo sin razón e inmoral» fueron sus mensajes antes de que el jueves un vecino lo encontrara «nervioso» y le confesara que su madre estaba muerta en el interior de la vivienda. Posteriormente, y ante la Guardia Civil, incriminaría a su propio hermano, de 21 años, en el crimen, aunque familiares situaban a éste en la Costa del Sol, donde la familia tiene un apartamento. En la tarde de ayer, una vez localizado, le tomaron declaración.
En un ambiente familiar inadecuado, el presunto parricida encontró su vía de escape en «la familia ‘‘edurnista’’», un grupo de fans de la cantante Edurne a la que llegó a seguir toda una gira el verano de 2015. Su historial en las redes refleja su verdadera obsesión, hasta el punto de recorrer 863 kilómetros desde Montilla a San Miguel de Maruelo (en Cantabria) para oírla cantar. «Hoy se cumple un año del día más feliz de mi vida», se puede leer en Instagram, texto apoyado con una imagen en la que se ve cantando juntos sobre el escenario al joven con Edurne, quien premió de esta forma su fidelidad.
«Algunos de los que tienen una obsesión tienen el impulso de responder de una manera determinada. Es posible que necesite detener a otros que interfieren en la relación», relata un psicólogo juvenil a este diario. El tuit fijado en su perfil, resulta revelador: «Cuando te dicen que si suspendes una no ves más a @Edurnity (observen la diferencia del primer al segundo trimestre)», acompañado de una imagen de las notas del curso pasado, reflejando cómo de tres suspensos había pasado a acumular notables y sobresalientes. Un historial en la redes que refleja su carácter inestable, incluso depresivo. «Hoy me siento un estorbo», escribe, mientras otro día muestra un tatuaje con la frase: «La felicidad es algo que se multiplica cuando se divide». La foto del retrato antiguo de una mujer y el mensaje «Gracias por todo MRD» (iniciales que coinciden con las de su madre) figura en una entrada de Instagram del 10 de octubre.
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