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Donjuanismo: seducir y pasar página
Su autoestima crece al mismo ritmo que su lista de ligues y no hay mujer que se les resista, pero si se les resiste... pierden los papeles. Así es como los psiquiatras definen a las personas que padecen el donjuanismo, que tienen como máximo reto seducir y pasar página en busca de la siguiente conquista para reafirmar su hombría.
A los 20 años intenta ligar con cinco chicas en una noche, a los 25 su meta son las top-model, a los 30 no hay nada más estimulante que acostarse con la mujer de su mejor amigo y a los 40 es el amo de los intercambios de pareja.
Cualquier momento y lugar es bueno para anotar otro punto en el cuaderno del cortejo.
Las personas que padecen donjuanismo son incapaces de crear vínculos estables ante su imperiosa necesidad de perseguir nuevas aventuras sentimentales, tal y como explica la presidenta de la Sociedad de Psiquiatría de Madrid, Marina Díaz, en una entrevista con Efe.
Sus retos "tienen que ver con la cantidad y la calidad de sus conquistas, pero no lo definiría como algo patológico. Su máxima motivación es seducir, al igual que otras personas aspiran a ganar mucho dinero o meter muchos goles", considera el psicoterapeuta Luis Muiño.
Para el psicólogo y sexólogo Esteban Cañamares, los adictos a la seducción se preguntan constantemente "si son lo bastante hombres"y necesitan demostrarse a sí mismos que son capaces de seducir a una persona para combatir su inseguridad.
¿Y qué pasa con las mujeres? "En una sociedad sexista parece que la única conquista posible es la del hombre, pues aún se entiende que ellos seducen y ellas se dejan seducir", precisa Muiño. De hecho, los chicos siguen presumiendo de ligues mientras las chicas tienden a disimular.
Esto no significa que no haya "súper seductoras"que alimentan su autoestima con la cantidad de hombres que se llevan a la cama. "El donjuanismo se da por igual en hombres y mujeres: las discotecas están llenas de los dos ejemplos", sostiene Cañamares.
"La seducción es tan femenina como masculina pero seguimos siendo machistas", ratifica Muiño.
La psiquiatra, en cambio, destaca que la obsesión por conquistar es más propia de hombres de entre 20 y 30 años que de mujeres: "la testosterona induce un aumento de libido, lo que se traduce en más deseo sexual", matiza.
La adolescencia es una etapa clave: "gran parte de la autoestima depende de ligar o no ligar, pero la mayoría va madurando con la edad", apunta Díaz.
Si algo caracteriza al Don Juan es el miedo al compromiso. Según el sexólogo, la dependencia emocional asusta a unos seductores que "sufren y hacen sufrir, porque muchas personas se ilusionan con ellos para nada".
Como curiosidad, el psicoterapeuta destaca que "los Don Juanes más entregados a la conquista no son especialmente disfrutones en el sexo"porque les pasa lo mismo que a los futbolistas: "cuando consiguen un título ya están pensando en el siguiente".
Muchos de los pacientes de Muiño admiten que se irían a dormir cuando están de camino a casa de su ligue. "Si encuentran una excusa, se escaquean del sexo".
En la consulta de Cañamares predominan las personas que se derrumban cuando fracasan en su conquista y lo pasan muy mal por la falta de "lazos afectivos dignos de interés". Muchos se refugian en el alcohol o en las drogas para calmar esa ansiedad.
"Hay que conseguir que la satisfacción no dependa de la conquista y ayudarles a establecer vínculos más duraderos", concluye la psiquiatra.
Por su parte, Muiño insiste en que el donjuanismo es una simple motivación "tan legítima como cualquier otra"que está sometida a una valoración moral. "Ligar con muchos chicos es malo y meter muchos goles es bueno... ¿Por qué?", se pregunta.
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