Salud

Educación sanitaria

La Razón
La RazónLa Razón

- ¿Cuál es la diferencia entre este estudio y los que se hacen previos a la comercialización del medicamento?

–Este estudio no se centra en los efectos secundarios que puede tener el medicamento en condiciones de salud normales, sino en aquellas en las que el paciente presenta determinadas patologías. Ya se sabía que un consumo excesivo podía provocar problemas renales, por ejemplo, o que está contraindicado para personas que tengan problemas estomacales, como úlceras, o hipertensión.

- ¿Qué podemos extraer como conclusión del estudio?

–En primer lugar, que España es un país en el que el ibuprofeno se utiliza muchísimo, y en dosis más altas que en otros países europeos. Aunque se recomienda el de 400 miligramos, el más consumido es el de 600 sea cual sea el tipo de dolor que se quiera tratar. Entonces, lo que podemos extraer es que el ibuprofeno de 400 miligramos va a darnos la misma efectividad con menor riesgo, pero que un consumo regular no entraña ningún riesgo.

- La comunidad médica lleva muchos años advirtiendo sobre los peligros de automedicarse. ¿Hay formas de limitar el consumo de ibuprofeno?

–La educación sanitaria de la sociedad es algo fundamental. Es importante que los médicos y los farmacéuticos den la información necesaria a los pacientes cuando solicitan un medicamento, sobre todo uno de uso tan habitual como éste, y aconsejar la dosis de 400 miligramos.

- ¿A cuánta gente afectará realmente?

–Con esto ha ocurrido algo similar a lo que pasó con el omeoprazol hace un tiempo, que también hubo un poco de alarma porque se dijo que su consumo estaba ligado al déficit de vitamina B12, o con el paracetamol, que recomendamos que se consuma el de 650 miligramos en lugar del de un gramo. Al final, la población se conciencia pero, como digo, quienes han de tener especial cuidado son aquellos que ya sufren una patología previa.

*Presidente de la Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen)