Asturias
¿«My teacher» sabe inglés?
Padres e hijos ya están listos para dar el pistoletazo de salida del nuevo curso. Los primeros se han ocupado de comprar todo el material necesario, mientras los niños llegan con los cuadernillos de verano completos. Pero ¿y los docentes?, ¿Están listos para todos los nuevos centros bilingües? La pasada semana, casi todas las consejerías de Educación, especialmente las de Madrid y Andalucía, anunciaban la apertura de nuevos colegios con enseñanza combinada de inglés y castellano. Sin embargo, para ser maestro de Infantil o Primaria en un centro público no hay que superar una prueba específica de inglés. En las oposiciones de ninguna comunidad se incluye una prueba oral o escrita que valide el nivel del docente. Sólo, tras aprobar el examen, se exige para aquellos que quieran impartir clases en un centro bilingüe un nivel intermedio-alto (B2). Con un certificado que lo avale es suficiente. Salvo en Madrid, donde existe un periodo de habilitación (de enero a abril) durante el cual los profesores madrileños pueden acreditar un nivel C1 (avanzado) o pasar un examen tanto oral como escrito.
El tirón de orejas que nos da cada año la Unión Europea con respecto al nivel de formación de los alumnos en Lengua Extranjera ha sido el desencadenante de convertir cientos de escuelas públicas en bilingües donde los menores de Primaria dan tres asignaturas en inglés. «Es un objetivo muy loable porque el nivel de nuestros alumnos no es muy elevado, pero se ha hecho sin contar con el profesorado que no está formado», asegura Jesús Pueyo, secretario general de del Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE). Y es que, para conseguir el nivel que exige cada comunidad para poder dar clases, los docentes tienen que hacer cursos adicionales a la asignatura de Inglés que tienen a lo largo de los cinco años que cursan de grado. Así, en los centros privados y concertados, a los que representa Pueyo, los profesores españoles que quieren optar a uno de los nuevos centros tienen la desventaja, con respecto a la enseñanza pública, de que la contratación es libre y, por tanto, muchos «coles» optan por fichar a un nativo. «Esto está ocurriendo –apunta Pueyo– aunque no sabemos en qué porcentaje».
Madrid cerró agosto anunciando la apertura de 30 nuevos centros bilingües. Así, la capital cuenta con más de 400 –entre colegios e institutos–, mientras Andalucia ha anunciado que incorpora 29 a los más de 800 con los que ya contaba. Castilla y León también ha sumado más centros y ya llega a 444. Algo más de 200 tiene Asturias que impartió clases bilingües a más de 26.000 alumnos el pasado curso. «Sabemos que el bilingüismo es necesario y no nos podemos quedar fuera del mercado europeo, pero debe ser un recorrido a medio-largo plazo y empezar por cambiar los planes de formación. Una determinación que el Ministerio aún no ha tenido», sugiere Adrián Vivas, responsable del área de Educación del sindicato CSI-F. Educación. Sin embargo, les traslada el balón a las universidades porque «son ellas las que determinan planes de estudio que, más tarde, aprueba la Aneca», la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. En lo que se refiere a la incorporación de una prueba específica de inglés en las oposiciones, el Ministerio que dirige Wert también se desmarca: «Son las comunidades las que determinan el modelo de cada uno».
Número de horas insuficiente
Fernando Galván, presidente de los rectores de Madrid y que dirige la Universidad de Alcalá de Henares, insiste en la importancia de «reforzar la formación de los maestros». Y es que, a día de hoy, el grado de maestro cuenta con 240 créditos, de los que 210 están fijados por orden ministerial y sólo quedan 30 que se destinan a las denominadas menciones, es decir, la especialización que puede ser en inglés, en educación especial, etc. Así, aunque se incluya una asignatura de inglés, «el número de horas es insuficiente; el Ministerio debería plantearse un grado de Magisterio en inglés», añade el rector.
Las estadísticas dan fe de ello. Sólo en Cataluña, el 80 por ciento de los profesores no tiene el nivel exigido por la Generalitat para dar clases de inglés. En Murcia han sido los alumnos, a través de la Federación Regional de Estudiantes Murcianos, quienes han solicitado a la Consejería de Educación que exija a los profesores de los centros bilingües que tengan un nivel C1 y no el actual B2, el que corresponde a un alumno de 2º de Bachillerato.
Virginia Jiménez, de 32 años, es una de las profesoras que se han incorporado a este modelo bilingüe y coincide en la falta de formación que se imparte al profesorado. «Tuve que prepararme los exámenes oficiales aparte porque con el nivel que se imparte en la carrera, no llegas al avanzado que exige la Comunidad de Madrid». Ella es una de tantos docentes interinos que aguarda la llamada de la Consejería para ofrecerle una plaza para este año. «El curso pasado me avisaron el 15 de septiembre. A ver si éste vuelvo a tener suerte», dice.
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