Alumnos
El cole en casa: educación sin ley
Los expertos piden un marco jurídico que ampare a 2.000 familias que siguen el modelo
Cerca de 2.000 familias educan a unos 5.000 menores en casa, es lo que se conoce como «homeschooling», una forma de enseñar cuestionada por los tribunales y por las administraciones educativas que sin embargo gana adhesiones entre los expertos. Es lo que quedó patente durante la inauguración, ayer, del Congreso Nacional de Educación en Familia. El presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez, fue el primero en pronunciarse a favor de establecer un marco jurídico que regule el «homeschooling» para conseguir que el aprendizaje se realice con las máximas garantías.
«No hay que cerrarse a ningún sistema porque la educación institucionalizada no es la solución para algunos sectores», aseguró. Otro factor a tener en cuenta es que las nuevas tecnologías van a permitir un cambio radical en la forma de escolarización de los alumnos. El hasta hace poco Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, apuntó la necesidad de una regulación que permita marcar unos mínimos imprescindibles que garanticen que los alumnos que estudian en casa con sus padres adquieran el mismo nivel educativo que los que están escolarizados en centros. También destacó la necesidad de que la Administración haga un seguimiento periódico de las familias que optan por este sistema y se mostró partidario de que se ponga en marcha algún tipo de censo que permita conocer exactamente cuántos menores reciben la formación académica en su casa.
Canalda puso sobre la mesa que, entre las principales objeciones al «homeschooling», se encuentra la incertidumbre que puede plantearse sobre la adecuada preparación pedagógica que pueden tener los padres para enseñar a sus hijos y los problemas de socialización que pudieran sufrir los menores por no acudir a un centro con más niños. Sin embargo, Canalda aseguró que hay estudios que concluyen que el 80 por ciento de estos menores no tiene problemas para establecer relaciones con otros, aunque el hecho de que haya un 20% que sí los tiene genera dudas sobre este modelo de enseñanza.
Hay organizaciones como Hazte Oír que defienden este modelo porque piensan que «el reconocimiento de la escolarización en casa no es más que la aceptación de la pluralidad educativa que debe caracterizar una sociedad avanzada y democrática». EE UU es uno de los países en los que el «homeschooling» está más implantado, ya que se permite a las familias elegir en los cincuenta estados. En el Reino Unido, se permite un sistema intermedio ,ya que obliga a los menores a asistir a algunas clases, mientras que en la vecina Francia sólo se contempla esta opción para niños que sufren alguna enfermedad. Alemania y España son, sin embargo, los países europeos que muestran más recelos a la hora de reconocer este sistema.
Los expertos consideran que el «homeschooling» está dentro de un limbo jurídico, no es legal, pero tampoco ilegal. Con todo, los partidarios de la educación en casa cuentan con una importante «traba» judicial que podría poner en peligro sus planes. Se trata de una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) dictada en 2010. Ante la petición de unos padres malagueños que reivindicaban este derecho, el TC consideró que «la facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema» por «motivos de orden pedagógico» no está «comprendida en ninguna de las libertades constitucional reconocidas».
Dos años después de aquella sentencia, la última palabra aún no ha sido dicha. Dos ejemplos ilustran la confusa situación. La Audiencia Provincial de La Coruña falló este año a favor de unos padres que habían sido denunciados por un delito de abandono de la familia -contemplado en el artículo 226 del Código Penal y penado con hasta seis meses- al escolarizar a sus hijos, de 8 y 9 años, en su propia casa.
Mientras, y también en Galicia, Ana Rosa López estuvo a punto de convertirse en la primera madre condenada por educar a sus hijos en casa. Así, fue acusada por la Fiscalía de un delito de abandono, enfrentándose además a una multa de 1.260 euros. Finalmente, Ana Rosa fue absuelta.
✕
Accede a tu cuenta para comentar