El 46,2% tolera que los agentes lleven tatuajes

Casi siete de cada diez encuestados (68,3%) piensan que los uniformados no pierden autoridad por tener la piel tintada.

La denuncia de una psicóloga madrileña que fue excluida de las pruebas de ingreso a las Fuerzas Armadas por tener un tatuaje en el pie, solo visible con uniforme femenino, provocó una controversia por entender que hubo discriminación. El desenlace fue que el Ministerio de Defensa ordenó repetir parcialmente las oposiciones y readmitir a las candidatas apartadas, además de modificar la normativa para que solo los tatuajes no ocultos con el uniforme común a hombres y mujeres (pantalón y zapato cerrado) estén prohibidos. Los resultados globales de la encuesta de NC Report sintonizan en buena medida con la positiva reacción del departamento que dirige Margarita Robles para subsanar una disfunción indeseable. Una mayoría del 46,2% respalda que los miembros de los distintos cuerpos armados del Estado puedan tener tatuajes, aunque el 43,4% entiende que no es conveniente. Es significativo la tremenda divergencia en las opiniones según la edad de los preguntados. Hasta el 73,7% de los jóvenes no ponen reparo alguno a esa clase de estética en los agentes, mientras que el 60,9% de los mayores de 55 lo rechaza por completo. Los porcentajes son más acentuados cuando se pregunta si los grabados provocan una pérdida de autoridad. Casi siete de cada diez españoles (68,3%) piensa que en absoluto. Solo el 23,8% considera que puede haber consecuencias en ese sentido. No obstante, también aquí la edad marca diferencias considerables en el sentido de las respuestas. En cuanto a la discriminación, el 64,4% defiende que sí se perjudicaba a la mujer cuando no se tenía en cuenta que su uniforme (con falda) era distinto. Felizmente, esa situación ha sido enmendada.