Redes sociales

El 67,7% desconfía de Facebook o Twitter

Los más jóvenes son, con el 85%, los más predispuestos a aplicar unas leyes más restrictivas en internet

Nuestro rastro en internet y las redes sociales permanece más allá en el tiempo de lo que nosotros quisiéramos
Nuestro rastro en internet y las redes sociales permanece más allá en el tiempo de lo que nosotros quisiéramoslarazon

Los más jóvenes son, con el 85%, los más predispuestos a aplicar unas leyes más restrictivas en internet.

Y si lo sabemos... ¿por qué caemos una y otra vez? ¿Por qué nos exponemos a los amigos ...y a un cúmulo de desconocidos –personas, organismos y empresas– que pueden utilizar nuestros datos personales para sus provecho económico o personal con todo tipo de consecuencias para nuestra vida? En Internet, nuestra actividad deja un rastro muchas veces mayor que el que dejamos en el mundo físico. Lo sabemos, pero no hacemos gran cosa para evitarlo. De hecho, el 62,6% de los encuestados por NC Report está convencido de que en las redes sociales se trafica con nuestros datos. Una cifra que alcanza el 66,7% entre los más jóvenes, precisamente el colectivo que más utiliza Instagram, Twitter o Facebook. Además de los datos personales que aportamos voluntariamente en servicios como redes sociales o de compra online, y de los datos que otros pueden publicar sobre nosotros en sitios web, en ocasiones, incluso sin nuestro conocimiento, al navegar por Internet dejamos un rastro que puede pemitir identificarnos. Por todo ello no es de extrañar que hasta el 85% de los consultados –precisamente los más jóvenes–, apoye que el Gobierno defienda una legislación más dura para hacer frente a los abusos de los grandes conglomerados tecnológicos que, como se ha visto, comercian con nuestros datos personales o nuestros gustos. Algo muy apreciado por terceros ante quienes somos clientes potenciales. Sólo el 33% opina que esos datos están debidamente protegidos. Algo que, a la vista de las últimas informaciones, sobre la conducta de empresas como Facebook se ha caído por su propio peso. Por el peso de nuestros datos en su balanza.