Granada
El abogado del padre Román niega los hechos y pedirá las costas al denunciante
El letrado Javier Muriel, que representa al padre Román, ha dicho que la Fiscalía ha demostrado en su escrito de acusación provisional la misma "objetividad e imparcialidad"que ha mantenido desde el inicio de la causa.
El abogado del padre Román, el único acusado en la causa conocida como los Romanones y para quien la Fiscalía ha pedido hoy nueve años de prisión por un delito de abuso sexual con acceso carnal, ha negado hoy los hechos y ha adelantado que pedirá que la víctima pague las costas judiciales. El letrado Javier Muriel, que representa al padre Román en la causa por abusos sexuales a un menor en Granada, ha dicho a Efe que la Fiscalía ha demostrado en su escrito de acusación provisional la misma "objetividad e imparcialidad"que ha mantenido desde el inicio de la causa, que se investiga desde octubre de 2014.
Muriel, que cree que la Fiscalía cumple con su "jerarquizada labor", ha vuelto a negar "rotundamente"los hechos que se narran en el escrito de acusación provisional y que incluyen un acceso carnal a la víctima, calificación a la que el letrado se opondrá. Ha adelantado además que solicitará la libre absolución del padre Román y que pedirá la "expresa condena en costas"al denunciante por su "nefasta mala fe procesal".
Muriel ha detallado además que cuando este proceso acabe iniciará "de forma contundente"las acciones legales necesarias contra "todos los testigos que han colaborado con sus falsos testimonios". El abogado encargado de la defensa del único acusado en la causa ha hecho estas consideraciones después de que la Fiscalía haya calificado los hechos y haya anunciado su petición de penas.
La Fiscalía pedirá nueve años de cárcel para el sacerdote y el pago de una indemnización de 50.000 euros a la víctima, cuantía de la que responde de manera subsidiaria el Arzobispado de Granada. En el relato de los hechos apunta que "no consta"que el acusado y el grupo de sacerdotes con los que convivía formaran una corriente o cualquier otra forma de asociación sacerdotal con entidad legal.
El escrito de acusación recalca que el acusado mantenía "propósitos de contacto sexual"con la víctima que, en 2004, llegó incluso a pernoctar en la casa parroquial por su "vinculación emocional"con el padre Román, que se intensificó "mucho más". Subraya además que el acusado aprovechó la "ascendencia moral"que tenía sobre la víctima para hacerle "tocamientos con propósito sexual"y para obligarle a actos sexuales.
Según la Fiscalía, estos actos se repitieron desde 2004 a 2007 hasta que la víctima abandonó la convivencia y el contacto con el grupo de sacerdotes tras una discusión entre ambos cuando el acusado descubrió que la víctima mantenía una relación sentimental con una compañera del instituto.
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