Galicia
El abuelo de Asunta: «Alfonso es inocente. Temo un veredicto incorrecto»
Ramón Basterra llava dos años sin hablar con su hijo, aunque le ha enviado más de 3.000 euros
Ramón Basterra llava dos años sin hablar con su hijo, aunque le ha enviado más de 3.000 euros
Dos años después, la pesadilla comienza de nuevo. Le toca recordar. El juicio contra Rosario Porto y Alfonso Basterra, acusados del asesinato de Asunta, su hija adoptiva, comienza el martes. Un total de 84 testigos pasarán por la Audiencia Provincial de La Coruña a partir del próximo viernes. Entre ellos estarán dos hermanos del acusado, pero no Ramón Basterra, su padre. Recuerda que, cuando se halló el cadáver de Asunta, drogada con Orfidal y posteriormente asfixiada, él se encontraba en Burgos, donde vive actualmente. «Dio la casualidad de que en aquella fechas cogí una bronquitis muy fuerte. Me tuvieron que ingresar en el hospital, me dieron oxígeno masivamente. Fue más o menos cuando lo de Asunta. Prefiero ni acordarme. Es tan desagradable, espantoso... No tiene ni pies ni cabeza», afirma a LA RAZÓN en una conversación telefónica que «quiere olvidar». Sólo los más allegados, los que le ven todos los días por el barrio, le preguntan, se preocupan y le dan ánimos. «Pero no puedo, es imposible. De alguna forma, sigo vinculado al tema». De hecho, estará atento a las evoluciones del juicio. No en vano, sigue lo que se dice en algunos programas de televisión. El otro día, escuchó en uno de ellos que «nunca se sabrá lo que ha pasó». Y es una afirmación que parece compartir.
Sin embargo, tiene la certeza de que su hijo no hizo nada malo. «Creo en su inocencia. Conozco a Alfonso. Es una buena persona, que se ha equivocado en algún momento». Por ejemplo, en su primera declaración ante el juez. «No fue muy claro. Se equivocó completamente. Debió decir: “Yo no estaba, yo no fui...”». Y aquí tocamos un punto en el que prefiere no pronunciarse demasiado: la implicación de Rosario Porto. «En esta vida hay que decir la verdad, cara a cara y duela a quien duela, aunque sea tu propia esposa y quieras protegerla», dice, aunque luego corrige: «Pero ya no era su esposa». Y es que, en su opinión, cree que Alfonso pudo ser «liado» en el asunto. «Siempre he dicho que Rosario Porto no tenía que estar en la cárcel, sino en un psiquiátrico. Cuando se casaron eran muy felices, ella era una chica muy culta...», recuerda.
Siempre ha mantenido, «aunque se me echan encima», que quizá, la muerte de Asunta «no fue un asesinato, sino un homicidio involuntario. Y hace poco, en la televisión, una presentadora dijo lo mismo que yo: ¿quién te dice que una persona que está desequilibrada le ha dado diez pastillas en vez de una? Pero es sólo una suposición mía». Un aspecto que sería decisivo: Basterra y Porto se enfrentan a una pena de 18 años de prisión. «Si fuera un homicidio involuntario, serían tres, pero Basterra no las tiene todas consigo. «Antes me decían: “No se preocupe, está más claro que el agua”». Ahora ya no oye esa frase. ¿Que cree que juega en contra de Alfonso? El hecho de que vaya a ser juzgado por un jurado popular. «Tengo dudas de que el veredicto sea correcto. Aquí no hay experiencia en los jurados. En las películas americanas sale muy bien, todo muy bonito. Es cierto que han hecho una criba tremenda, buscando a las personas adecuadas y que ha sido muy difícil reunirlo. Pero la Prensa y la opinión pública se han cebado en la culpabilidad de los padres».
Basterra reconoce que la relación con su hijo no es buena. No ha hablado con él durante los dos años que lleva encerrado en la cárcel de Teixeiro. «Está enfadado conmigo. No he conseguido hablar con él. Sólo lo hecho con su abogada. A él también le han sembrado dudas. Debe creer que me hecho millonario por cobrar de la televisión», dice el abuelo de Asunta, en referencia a algunas programas que le pagaron por su presencia. Y se pregunta: «¿Dónde ha ido a parar ese dinero? A la cárcel. Algo se ha quedado en mi bolsillo, para mis cosas. Pero lo que tengo ahorrado, que son cuatro perras, ha ido para Alfonso. Y para mis otros dos hijos, porque ninguno de ellos se gana la vida», asegura. «No tengo ninguna fortuna, aunque en su día coticé bastante y cobro 1.400 euros de pensión», añade.
De esta forma, le manda cada semana algunas cantidades a Alfonso, «porque no se pueden mandar de golpe». A veces son 100 euros, otras 150, otras 200... «En dos años es una “fortunita”. Le habré pasado 3.000 o 4.000 euros. Le he pagado alguna factura pendiente... No tengo ninguna obligación, pero es mi hijo, y aunque sólo sea para comprar tabaco... Alfonso no tiene un duro; la que tiene dinero es ella».
Al parecer, Basterra ha tenido problemas en prisión y se ha visto involucrado en alguna pelea. Algo ha oído su padre, pero al no tener información de primera mano, tampoco sabe con certeza lo que está siendo para su hijo la estancia que lleva en la cárcel de Texeiro. «Sé que está allí realizando una labor. Le han puesto a cargo de un taller de orfebrería, de cerámica... Y también está dando clases a otros presos. Rosario está dando clases también como maestra. Pero es lo que me han dicho. Llevar dos años en prisión, con las ‘‘joyas’’ que habrá por ahí, tiene que ser muy duro. Y no te digo ya si, además, eres inocente», concluye.
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