Sucesos

El aristócrata francés fugitivo que mató a su familia y a sus perros y los enterró en el jardín

Xavier Dupont fue detenido el viernes en el aeropuerto de Glasgow con una imagen radicalmente distinta y con un pasaporte robado

Xavier Dupont
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La huida durante los últimos ocho años finalizó el pasado viernes en Glasgow. El conde Xavier Dupont viajaba con un pasaporte robado y su aspecto había cambiado de forma radical. Aun así, lograron detenerlo.

La familia Dupont de Ligonnès desapareció de forma repentina a principios de abril de 2011. Durante esos días, nadie vio a Xavier, ni a su mujer Agnes ni a sus cuatro hijos de entre 13 y 21 años. La misteriosa desaparición alertó a las autoridades, que registraron la casa familiar situada en Nantes el día 21. Bajo una terraza localizaron los cuerpos sin vida de la mujer, de los cuatro hijos y de los perros de la familia. De Xavier, que posee el título nobiliario de conde, no había rastro.

Agnès Dupont de Ligonnès, de 48 años, y sus cuatro hijos: Arthur, de 21 años, Thomas, de 18 años, Anne, de 16 y Benoît, de 13 años, habían sido drogados y asesinados posteriormente mediante varios disparos de rifle en la cabeza, probablemente entre el 3 y el 5 de abril. La autopsia determinó que se trató de una "ejecución metódica". Los investigadores lanzaron una orden de busca y captura internacional sobre Xavier Dupont pero nadie sabía a ciencia cierta si estaba vivo o no. Una cámara de seguridad de un banco lo inmortalizó el día 15 de abril y se sabe que llegó a pie y que se alojó en el hotel l Formule 1 Roquebrune-sur-Argens. Desde ese momento, muchas pistas falsas y ninguna evidencia de que se encontrara con vida, informa "Le Monde".

Por ello, tras el hallazgo de los cadáveres investigaron en una vivienda en la que la familia residió en los años 90. Precisamente en abril, pero de 2015, cerca del hotel en el que fue visto por última vez se encontraron unos huesos humanos, pero el ADN demostró que no eran suyos.

Pero la investigación no se detuvo y dieron con datos clave para saber lo que había ocurrido. Xavier acudió 24 horas antes del crimen a comprar un equipo de bricolaje y cal viva. Además, durante los últimos meses estuvo entrenando tiro, con un rifle largo del calibre 22 rifle heredado de su padre. De hecho, consultó con su entrenador para poder utilizar un silenciador con el arma. El 4 de abril, también llamó al jefe de su mujer para decirle que no había ido a trabajar porque se encontraba enferma. También contactó con los colegios y universidad de los niños. Finalmente, para que su plan fuera creíble, envió una carta a sus familiares para explicarles que se marchaba con su familia a EE UU en un misterioso programa de protección de testigos.

Muchas fueron las teorías, especulaciones y líneas de investigación fallidas. Los investigadores concluyeron que dejó Nantes el mismo día de los crímenes y se dirigió al sur de Francia, donde se mantuvo oculto durante un tiempo. Antes de dejar su coche en el aparcamiento del hotel en el que fue visto por última vez, se detuvo en varios restaurantes alejados entre sí, en los que cenó y pagó con su tarjeta. Y ahí se perdió su rastro. Al pie de los Alpes. Los investigadores llegaron hasta su coche 10 días después, pero todas las pistas son vagas. Los testigos hablan de que su vestimenta era de lo más variada. Lo habían visto bien arreglado, con vestimenta informal, con traje de corbata, con cuello alto, con y sin gafas...

Las llamadas a la comisaría de Nantes no cesan. Las pistas sobre su paradero lo sitúan desde el sur de Francia hasta Tailandia. Cada vez que los medios de comunicación dal alguna información del caso, las pistas se multiplican.

La investigación llegó a involucrar a 30 agentes porque parecía que Xavier llevaba una doble vida. Nació en Versalles, donde pasó sus primeros años junto a sus padres. La madre enseñaba religión y el padre huyó de la justicia por problemas con Hacienda. Xavier era un alumno aventajado pero tuvo que dejar los estudios porque su familia estaba arruinada. La fuga de su padre supuso un trauma para él, su hermana y su madre, según publica "Le Monde".

Tras pasar por el ejército comenzó su vida como empresario, pero sus proyectos acababan abocados al fracaso. Su última empresa, Selref, fundada en Nantes en 2003, estaba dedicada al turismo pero tampoco logró consolidarse y cerró en 2007.

Xavier daba la imagen de un hombre "cortés y culto"que se aprovechaba de su supuesto liderazgo empresarial para hacer negocios. Pero en realidad era un estafador. Una ex amante lo denunció porque le pidió 50,.000 euros prestados, que nunca le devolvió y a cambio le mandó una carta amenazadora. Otro de sus amigos también le ayudó económicamente para evitar que la justicia lo embargara.

Llevaba una doble vida. Salía de casa el lunes y volvía los viernes, como si se tratara de un ocupado hombre de negocios, pero en realidad no era así.

En 2018, los investigadores llegaron a ir hasta el monasterio de Roquebrune-sur-Argens, donde se suponía que estaba recluido. Pero nada. Los familiares llegaron a pensar que Xavier había muerto.Consideraban que una persona tan ordenada como él no podría sobrevivir tanto tiempo sin dinero y llegaron a pensar que habría muerto en algún punto de los Alpes, llevándose consigo todos sus secretos.

Pero el trabajo policial acabó dando sus frutos el pasado viernes. Xavier fue detenido en el aeropuerto de Glasgow tras una denuncia anónima. La información llegó demasiado tarde para poder apresarlo en el aeropuerto de París y los investigadores tuvieron que contactar con las autoridades escocesas para informarles de que estaba en un avión con destino a Glasgow. Cuando los agentes escoceses fueron a detenerlo no se resistió y lo describieron como "físicamente irreconocible". Si no hubiera sido por las huellas digitales sería difícil de creer que se tratara de la misma persona a la que estaban buscando. Queda la confirmación por medio del ADN, pero todo parece indicar que se trata de Xavier Dupont. El detenido además de su radical cambio de imagen, viajaba con un pasaporte robado en 2014 y los investigadores creen que ha podido pasar todos estos años en el Reino Unido.