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El cambio del clima influye en la evolución de los perros

Un estudio analiza restos fósiles de codos y dentaduras, de 32 especies diferentes

La Razón
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Las variaciones en el clima perjudican y generan consecuencias en todos los aspectos de la vida, dañando directamente a las especies de animales tanto en su desarrollo como en su evolución, que «afecta a los cánidos más que a nosotros», expone Fidel Causse, vicepresidente del colegio de Biólogos de Málaga.

Recientemente, investigadores españoles y estadounidenses han colaborado para demostrar cómo el cambio del clima ha influido en la evolución de los cánidos a lo largo del tiempo. En el estudio publicado en «Nature Communications», han analizado los restos fósiles de perros de hace 40 millones de años, encontrados en Norte América. Las primeras investigaciones revelan que la alteración evolutiva de grupos enteros de depredadores podría ser una consecuencia directa del cambio climático, según el artículo publicado. De igual forma y referido al estudio, «hablamos de perros salvajes y tenemos que saber nuestros perros no evolucionan igual», afirma Causse.

Mientras que hace unos 40 millones de años el clima era muy cálido y arbolado, más tarde la temperatura mundial se enfrió de forma considerable, lo que afectó en gran medida al crecimiento evolutivo de los cánidos. Los perros tal y como afirma el informe son nativos de América del Norte y según muestran los fósiles, las especies de esa época eran parecidas a las mangostas, una especie de carnívoros de pequeño tamaño con un cuerpo delgado, rostro alargado y patas cortas, que estaban bastante bien adaptadas a ese hábitat. Al tener las extremidades cortas tenían dificultades para correr pero conservaban la flexibilidad para conseguir comida sin importar cuál fuera el camino.

Cuando el clima mundial comenzó a enfriarse, pasando de bosques a pastizales, atrás quedaron los perros destinados a las emboscadas que dieron paso a los depredadores que se abalanzaban sobre sus presas. Debido a los cambios sufridos en el clima, los canes debieron adaptarse a las nuevas condiciones del clima. «El cambio climático ha influido por tanto en la evolución de la familia Canidae, que fue cambiando sus modos de caza», según señala el informe. Por ello, mantienen una lucha constante por la supervivencia a medida que su exterior va cambiando. «El clima les afecta, por supuesto que lo hace» sentencia Amparo Fortea, psicóloga canina. A lo largo del tiempo, los animales deben adaptarse al clima de la zona en la que viven. «Esto sucede por selección natural. Se adaptan al clima en que viven, a lo que necesitan, y transmiten esa genética», afirma Fortea. No sólo ocurre con los perros, también sucede con el resto de las especies.

Para llegar a estas averiguaciones, el equipo de investigación, con Christine Janis, profesora de Ecología y biología Evolutiva en la Universidad de Brown en colaboración con el español Borja Figueirido, investigador post doctoral Brown Fulbright y ahora profesor de la Universidad de Málaga, examinaron los codos y los dientes de hasta 32 especies de perros dentro del periodo comprendido entre hace 40 millones de años y hasta hace dos millones de años, en donde se observan las diferencias.

«Se refuerza la idea de que los depredadores pueden ser tan directamente sensibles al clima y al hábitat como los herbívoros», expuso Janis, mientras que para Figueirido «aunque esto parece lógico, no se había demostrado antes», sentenció el español. De ahí lo novedoso de las investigaciones llevadas a cabo.

En las conclusiones Janis es partidaria de mirar «hacia el futuro a cambios antropogénicos». Además, «cabría pensar que el actual cambio climático podría afectar a los carnívoros», sentencia Figueirido, ya que si los canes evolucionaron con el cambio climático sucedido hace 40 millones de años, es probable que suceda lo mismo y estos nuevos resultados podrían predecir los efectos actuales.