Medio Ambiente
El diluvio nacional
Frente a la sequía de 2012, volvemos a los temporales de lluvias de los años 50 y 60. El marzo más lluvioso de la historia deja dos muertos y pone en alerta diez cuencas
Llueve. Y mucho. Es más, no se había registrado un mes de marzo con tanta agua desde que existen datos.
Llueve. Y mucho. Es más, no se había registrado un mes de marzo con tanta agua desde que existen datos. Es decir, desde 1947. Como explican desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), «éste es el mes más lluvioso desde que se creó la base de datos. Acabaremos el mes con 150 litros por m2 y los últimos 50 se han recogido coincidiendo con los nueve días finales del mes». Pero, no es sólo que llueva y que los españoles no hayan podido abandonar el paraguas durante 30 días, sino que, gracias a este marzo pasado por agua se rompe la racha de sequía en la que entrábamos después del nefasto año hidrológico (del 1 de octubre al 30 de septiembre del año siguiente). El meteorólogo Ángel Rivera ha comparado el balance hídrico de esta Semana Santa con la del año anterior y resuelve que «en 2011 sufrimos un déficit de precipitaciones de alrededor de un 40 por ciento, fruto de varios meses anteriores muy secos. Este año, sin embargo, tenemos un superávit de mas del 30 por ciento». Lamentablemente, una de las consecuencias más graves de este goteo constante ha sido la muerte de dos personas en Ciudad Real. Fallecieron en la madrugada de ayer tras desplomarse el puente de la localidad de Fuencaliente sobre el que circulaban un camión y un turismo en los que viajaban los fallecidos. ¿El motivo? La crecida del río Yeguas.
Rivera tiene claro que el motivo de este incremento del nivel de los ríos recuerda a «un temporal de lluvias antiguo, tal como hace mucho tiempo que no se daba, si excluimos el invierno 2009-10, sobre todo durante los meses de enero y febrero». El experto explica que durante los años 50, 60 y 70, en nuestro país, «eran mucho más frecuentes que ahora estos periodos de vientos de Poniente con el paso sucesivo de borrascas atlánticas» durante largos periodos. Pero, hace más de 40 años la cosa cambió y las borrascas atlánticas decidieron tomar otro rumbo «y se desplazaron más al norte», por lo que la recogida de agua en el centro y sur de la Península disminuyó drásticamente, aunque los temporales fríos no dejaron de sucederse, pero no llenaban acuíferos, ni embalses, ni ayudaban a los agricultores. Hoy, al contrario, estos «almacenes» de agua están a rebosar y se espera que muchos de ellos rocen el cien por ciento de su capacidad porque, como dice la Aemet, «en los próximos días va a seguir lloviendo».
Aunque la lluvia sea bienvenida siempre, el exceso de H2O en un país que tiende a la sequía y que no cuenta con todas las infraestructuras necesarias para afrontar un temporal que dura ya un mes es sinónimo de desbordamientos. Así, Protección Civil alertó ayer del riesgo de desbordamiento de los ríos de diez cuencas españolas. Sólo se salvan las riberas del Júcar y del Segura, que no presentaban peligro.
Julio Pajares, comisario de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), una de las más afectadas por las continuas precipitaciones, aseguró ayer a LA RAZÓN que «todo el tramo inferior del río podía sufrir desbordamientos. Es más, en su paso por Toro ya se han producido y en todo el tramo desde Tordesillas hasta Zamora existen probabilidades» de que el agua sobrepase los límites del río. Otro de los ríos con más problemas es el Pisuerga, que «en su paso por Valladolid supera su nivel más alto». Este incremento produjo otro accidente a última hora de ayer cuando un joven cayó al río. Al cierre de esta edición, los equipos de Emergencia aún no le habían localizado. Aunque el caudal baje mañana, el miércoles y el jueves volverá a incrementarse porque las precipitaciones se instalarán, de nuevo, en la meseta central. Estas lluvias se sumarán a los 531 litros por metro cuadrado que ya se han acumulado en España desde octubre del año pasado.
Desde la CHD insisten en que «no se han producido incidentes graves gracias a la importante labor de retención que realizan los embalses. Si no existieran sufriríamos más catástrofes. Es más, en la ribera izquierda del río tenemos más problemas por la falta de estas infraestructuras. El que está planificado en Arlanza aún no se ha construido y ayudaría mucho durante estos periodos de intensas lluvias. Y aún nos queda el deshielo...», apunta. La realidad es que desde finales de la semana pasada, varios de estos almacenes de agua han tenido que abrir sus compuertas para evitar desbordamientos. La Serena, en Badajoz, el de mayor capacidad de España y el tercero de Europa, abrió sus compuertas por segunda vez en su historia.
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