Violencia de género

El empleo, clave contra la violencia de género

La jornada «Testigos del cambio», organizada por Clece, abordó el giro en la lucha contra la violencia machista tras un año de mayor sensibilización social.

Beatriz Naveira, Daniel Moreno, Amparo Echávarri y Laura Madriuga
Beatriz Naveira, Daniel Moreno, Amparo Echávarri y Laura Madriugalarazon

La jornada «Testigos del cambio», organizada por Clece, abordó el giro en la lucha contra la violencia machista tras un año de mayor sensibilización social.

Una de cada siete mujeres en el mundo ha sufrido violencia de género alguna vez en su vida y más de 600 millones viven en países donde la violencia doméstica no es considerada ni siquiera un delito, según datos oficiales de la ONU. Unas cifras más que alarmantes y que han disparado todas las luces rojas. Hoy se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha en la que toda la sociedad debería aprovechar para reflexionar y buscar soluciones que detengan en seco esta situación. En este sentido, la empresa de servicios Clece se ha convertido en un ejemplo a seguir, ya que promueve el empleo como un elemento clave para que las víctimas de violencia de género recobren la normalidad, logren una autonomía económica, recuperen su autoestima y eviten que las situaciones de violencia se reproduzcan. Estas son algunas de las conclusiones que se pusieron sobre la mesa en la jornada sobre violencia de género organizada esta semana por la filial del Grupo ACS. Bajo el lema «Testigos del cambio», el encuentro quiso reflejar el actual punto de inflexión en la lucha contra la violencia de género tras un año marcado por hitos como el Pacto de Estado o la movilización social. La jornada contó con profesionales de los ámbitos de la administración, las entidades sociales, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la Justicia, los medios de comunicación y la empresa, que aportaron su personal visión de la situación.

María Jesús Ordóñez, delegada del Gobierno para la Violencia de Género, tomó la palabra para presentar de forma retrospectiva los importantes avances de los últimos años en la lucha contra esta lacra. «Con ayuda de las organizaciones sociales, asociaciones de mujeres, medios de comunicación y empresas hemos dado un cambio positivo». En ese camino, el Pacto de Estado aprobado en septiembre de 2017 significará un «antes y un después» en la protección a las víctimas.

Por su parte, Beatriz Naveira y Laura Madruga, miembros de la Unidad Central de Familia y Mujer de la Policía Nacional (Ucfam) explicaron pormenorizadamente el protocolo de atención a las mujeres y el funcionamiento del Sistema VioGén. «En el momento de poner la denuncia se tiene que informar en todo momento del procedimiento. A veces es difícil explicarles muchas cosas porque están aturdidas», explicó Naveira. De ahí la importancia de la especialización y formación en género que se exige a los agentes. La complejidad del problema se puso de manifiesto al afirmar que tras la denuncia «muchas veces se tienen que volver al domicilio. Muchas no tienen trabajo, dependen económicamente del agresor y éstos lo utilizan como violencia económica», aclaró Madruga.

Para muchas de estas mujeres dar este paso es un «acto de heroicidad», resaltó Amparo Echávarri, vocal de la subcomisión de la Violencia de Género de la Abogacía General del Estado, que ve fundamental que las víctimas «tengan a su disposición un abogado especializado a su servicio las 24 horas y los 365 del año».

La periodista Marta Pastor, directora del programa de Radio5 «Ellas Pueden», cerró las intervenciones de la mañana con la ponencia «Momento histórico, un clamor global», en la que hizo referencia a un año protagonizado por la movilización social. «En 2017 se vivió un hartazgo máximo y en 2018 se ha pasado a la movilización general. Granito a granito va eclosionando», expuso la periodista.

La jornada se reanudó por la tarde abordando otro ámbito de interés: el acceso al mercado laboral de las mujeres víctimas. Para Daniela Macías, delegada social de Clece, «aún existen muchos prejuicios como que el maltratador se va a presentar en el centro de trabajo, que son mujeres débiles o frágiles o que se pueden generar situaciones de agravio comparativo con sus compañeros», explicó. Estos prejuicios son los que Clece intenta derribar con su proyecto social gracias al que 240 supervivientes trabajan en su plantilla. «Entendemos que no hacemos un favor a las mujeres cuando la contratamos. Somos una empresa. Necesitamos trabajadores competentes y en igualdad de oportunidades. Si es buena y está preparada para el puesto tendrá una oportunidad en Clece», concluyó.

El alférez de la Guardia Civil Daniel Moreno fue el encargado de cerrar la jornada hablando de los nuevos escenarios de violencia de género abiertos con las nuevas tecnologías. «Se amenaza, insulta y hostiga a las víctimas o se facilitan otras agresiones tales como obtener información personal de la víctima, suplantar la identidad, vigilar, seguir y controlar. «Estos son escenarios especialmente preocupantes. Los nativos digitales no tienen conciencia de todo lo que se comparte en redes y los riesgos que entraña». Moreno advierte de que en las redes, como en la vida, «se deben tomar todas las precauciones que sean posibles».