Cantabria

El norte de España, en llamas por el viento del sur

Fuego en los montes próximos a la localidad de Bárcena Mayor
Fuego en los montes próximos a la localidad de Bárcena Mayorlarazon

Lunes negro en la cornisa cantábrica, que concentró más de 160 incendios activos en Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra.

Diez días después de que el norte de España empezara a arder, la jornada de ayer volvió a exigir los mayores esfuerzos a los efectivos antiincendios. El monte vivió su lunes negro particular. Después de que el pasado fin de semana el número de focos se redujera considerablemente, las llamas se reavivaron por unas circunstancias adversas que no dieron tregua hasta media tarde. Las elevadas temperaturas que se están registrando en los últimos coletazos del año junto con las fuertes rachas de viento seco procedente del sur han provocado que ayer se volvieran a contabilizar más de 80 incendios en Cantabria y otros tantos en Asturias, además de que otros focos , dados por extinguidos o controlados, también se reactivaran en Navarra o el País Vasco.

De acuerdo con los datos anunciados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los vientos que ayer soplaron sobre la cornisa cantábrica llegaron a ser de 100 kilómetros por hora y de hasta 130 en las zonas altas. Debido al riesgo que conllevaban tales rachas, Protección Civil y Emergencias emitieron una alerta para aumentar la precaución de cara a la proliferación de incendios en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Navarra. Así, este condicionante impidió que los medios aéreos pudieran despegar mientras que por tierra las labores de extinción hacían que los frentes avanzaran con mayor rapidez y en dirección variable a merced de las intensas rachas. Debido a uno de esos cambios de viento, un grupo de efectivos que actuaba en el municipio cántabro de Viérnoles se vio sorprendido por el avance del fuego quedando cuatro de sus vehículos calcinados o afectados por el fuego sin que hubiera que lastimar daños personales.

No obstante, el riesgo de nivel naranja por fuerte viento establecido por Aemet para algunas zonas de Asturias y Cantabria dio paso, ya en la segunda parte del día, a la llegada de precipitaciones provenientes de Galicia que supusieron un fuerte refuerzo a la hora de atajar las llamas. Así, al cierre de esta edición, en Asturias se registraban un total de 62 incendios, manteniéndose activos 32 de ellos. Los municipios de Cangas de Onís, con ocho focos; Langreo y Llanes, con otros seis cada uno y Piloña, con cuatro, son los más afectados de la región, en la que todavía no se ha realizado ningún cálculo de la superficie total afectada por las llamas, si bien casi toda pertenece a zonas de monte bajo y arbolado. En vista del creciente riesgo que amenazaba el Principado se requirió la intervención de la Unidad Militar de Emergencias, que desplazó a la región un total de 36 efectivos con seis autobombas y otros dos vehículos nodriza. Como señalaron desde el Servicios de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), «el cambio en las condiciones meteorológicas, con lloviznas y descenso de temperatura», fue el que, junto con las labores de extinción de los más de dos centenares de efectivos que se encuentran sobre el terreno –tanto Bomberos del SEPA como miembros de empresas forestales y agentes de Medio Rural–, permitió reducir el número de focos localizados en la región. Sin embargo, la previsión meteorológica para hoy y los próximos días no garantiza la vuelta de un escenario demasiado propicio frente al fuego al no preverse nuevas precipitaciones aunque las alertas por fuerte viento sí sean desactivadas.

Por su parte, el panorama en la comunidad vecina de Cantabria sufrió una evolución similar. Una vez que se rebasaron las horas centrales del día y el viento comenzó a amainar, los focos comenzaron a remitir. Aun así, y tal y como aventuró el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, en la región han ardido «algo más de 2.000 hectáreas» de terreno en la última semana y media. No obstante, gran parte de las llamas se han cebado con el Parque Natural de Saja-Besaya y con el de Los Collados del Asón. Pese a la pérdida ecológica, tampoco se han registrado daños personales y los núcleos rurales no han llegado a correr serio peligro. En cuanto a los municipios cántabros más afectados ayer, Cabuérniga-Los Tojos concentraba 15 focos –sobre todo en alrededores de Bárcena Mayor–, el Valle del Besaya registraba otros 12 y el medio-alto Asón siete. Asimismo, un nuevo frente surgido en el pico de La Capia (Torrelavega) obligó a cortar la línea ferroviaria por la cercanía de las llamas.

Otras regiones amenazadas

El País Vasco mantuvo hasta media tarde el riesgo de incendios, y tuvo su principal foco en el municipio vizcaíno de Berango, donde un frente calcinó más de 120 hectáreas en dirección a la localidad próxima de Sopelana. Dicho foco, localizado en una zona escarpada, se controló a lo largo de la jornada gracias a la intervención de dos hidroaviones solicitados a Medios Ambiente.

Previamente, el frente de Berango había obligado a cortar la carretera que transcurre por el monte Umbe entre ambos pueblos, además de provocar el desalojo de varias viviendas aisladas y amenazar el cementerio y el polígono industrial del lugar.

Por su parte, otro incendio iniciado en Arantza (Navarra) se reactivó y fue propagado por el viento hasta Artikutza (Gipúzcoa), después de haber arrasado más de 130 hectáreas.