Sucesos
El matrimonio caníbal que vendía carne a restaurantes
Entre los dos, devoraron a 30 personas en 17 años. Su tortuoso pasado sale ahora a la luz.
El pasado de 11 de septiembre, Roman Khomyakov, un trabajador de la construcción, paseaba por la calle Gastello de Krasnodar, al sur de Rusia, cuando se topó con un teléfono móvil. Al ver la galería de fotos se encontró con un espectáculo dantesco: entre las imágenes, el «selfie» de un hombre con una mano humana en la boca, una mujer desmembrada, varias cabezas... Horrorizado, entregó el teléfono a la Policía, que no tardó en identificar al propietario. Aquí comienza el relato de la truculenta historia protagonizada por Dmitry y Natalia Baksheev, la «pareja caníbal» que ha conmocionado al planeta.
Dmitry, de 35 años, trabajador que se ganaba la vida haciendo reparaciones domésticas, fue citado en la comisaría local bajo el pretexto de que querían devolverle el móvil. Al principio, opuso una fuerte resistencia, pero finalmente fue arrestado. Como era de esperar, negó ser el autor de los asesinatos: simplemente, se había encontrado con los restos humanos en una zona cercana a su casa y sólo los había fotografiado a modo de «recuerdo». Luego, se explayó un poco más: «Metí algunos en la mochila, los llevé a casa, los puse en un recipiente con agua, les tomé fotos y me fui a dormir».
Al día siguiente, los policías hallaron los restos de una mujer en los alrededores de la Escuela Superior de Aviación Militar de Krasnodar, donde también se encuentra la vivienda del Dmitry y Natalia. El hallazgo fue aún más siniestro que el de las fotos: los agentes encontraron siete paquetes con carne humana y conservas en la nevera. Y más fotografías, esta vez de partes humanas laboriosamente cocinadas, así como de videos tutoriales para caníbales. Una de las imágenes databa de 1999... Estaríamos ante casi 20 años de prácticas caníbales.
A Dmitry no le quedó otra opción que confesar. Concretamente, relató su último crimen. Se trataba de Elena, una vecina de 35 años. Según su relato, la joven se encontraba con el matrimonio bebiendo alcohol en un terreno abandonado y cercano a su vivienda. De repente, surgió una discusión entre ellos: Dmitry acabó con su vida y Natalia le ayudó a desmembrarla.
¿Qué papel ha jugado Natalia en todo este tiempo? La pareja de Dmitry, una enfermera con experiencia que trabaja en la Escuela de Aviación, habría sido su fiel compañera en esta «cacería» de personas desde que contrajeron matrimonio, y que fue emprendida por Dmitry cuando era poco más que un adolescente: 30 personas devoradas en 17 años. Es más: los agentes creen que no se habrían limitado al consumo propio y que Natalia podría haber abastecido con los restos sobrantes a los reclutas de su propia escuela, así como a varios restaurantes. Los vecinos relataron que Natalia vendía pasteles artesanales a varios negocios cercanos. Y cuando le preguntaban qué ingredientes usaba, ella respondía: «Con lo que me voy encontrando». Estuvo a punto de trabajar en un restaurante como cocinera y proveedora de «carne», pero fue rechazada al no contar con un certificado. En todo caso, la Policía, de momento solo ha identificado a siete víctimas.
El pasado de Dmitry y Natalia ha salido estos días a la luz, en un intento por buscar, en su tortuoso pasado, respuestas que puedan explicar una vida tan abominable. Hijo de padres drogadictos, Dmitry fue adoptado a los dos años y medio por Vladímir y Svetlana, una pareja con problemas para dar a luz. El padre, un trabajador de la construcción, declaró al portal livekuban.ru que, desde temprana edad, Dima, como le llamaban cariñosamente, «actuaba de manera extraña». Cuando la pareja pudo por fin concebir a una niña, Dmitry, reticente y poco comunicativo, se las arregló para convivir con su hermana y jugar con ella. Sin embargo, la personalidad de Dima cambió drásticamente cuando su madre adoptiva murió de cáncer. Poco después, ya adolescente fue encarcelado por robo, siendo condenado hasta cuatro veces. Vladímir trató de ayudar a su problemático hijo y le consiguió varios trabajos, pero le duraban poco. La relación con su padre y su hermana empeoró en 2013, cuando se casó con Natalia.
«Nos parecía que esa mujer era muy mala para Dima (...) me di cuenta en el momento en que la vi. Después la vi tres veces y estaba borracha, era agresiva y gritaba. Ellos peleaban todo el tiempo», cuenta Lyubov Nikolayevna, segunda esposa de Vladímir y madrastra de Dmitry. Vladímir se enteró de que su hijo se había casado hace poco tiempo. Había perdido el contacto con él. Solo sabía que Natalia trabajaba como enfermera y que había sido despedida por emborracharse.
Pero Natalia no siempre fue así. Según algunos colegas, solía ser una buena trabajadora. Su primer esposo la abandonó llevándose con él al único hijo de la pareja, que ahora debe tener unos 20 años, y con el que no tuvo más contacto. La mujer se casó por segunda vez con un oficial de la escuela militar y fue entonces cuando empezó a beber. Al enviudar, se sumergió aún más en el alcohol.
Fue despedida de su trabajo, aunque se las arregló para recuperarlo. «Natalia siempre fue ordenada, una buena estudiante (...) pero fue abandonada, destruida». Una ex compañera de estudios asegura que gozaba de una «vida feliz, pero ha tenido que pasar por situaciones muy complicadas». La encargada de una tienda cercana a la vivienda de los Baksheev dijo que la pareja acudía allí constantemente para comprar alcohol. Según su versión, Natalia era la que estaba al mando, «era obvio que ella era mayor, a veces le gritaba o lo llamaba ‘‘estúpido”». Hablaba en tono alto y era «escandalosa», mientras que «él permanecía en silencio la mayor parte del tiempo». «Cuando se supo que habían hallado fragmentos humanos cerca, inmediatamente pensé en los Baksheev. Daban la impresión de ser gente disfuncional y peligrosa», dijo otra dependiente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar