Prevención

«El problema no es la nicotina, sino la combustión»

«El problema no es la nicotina, sino la combustión»
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El tabaco tradicional, tal y como lo conocemos hoy en día, ha generado uno de los mayores problemas de salud en todo el mundo. Sin embargo, un gran número de expertos afirman que los productos de tabaco que funcionan por calentamiento reducen la cantidad de sustancias nocivas hasta en un 95%.

Son miles las personas que a diario realizan el esfuerzo de dejar de fumar en cualquier punto del planeta. Sin embargo, todos sabemos la enorme dificultad que supone lograrlo y que la gran mayoría de fumadores acaba recayendo. De hecho, según la propia OMS, en 2025 seguirá habiendo más de mil millones de fumadores. Actualmente, existen mejores alternativas al cigarrillo. Una de ellas la podemos encontrar en el tabaco calentado, un producto innovador que se presenta con el potencial para reducir el daño frente al de combustión. Para conocer mejor su funcionamiento, sus ventajas y las diferencias con el tabaco tradicional, LA RAZÓN, en colaboración con Philip Morris, organizó un debate en el que participaron el doctor Hugo Liaño, profesor de Neurología de la Universidad Autónoma de Madrid; José María Recalde, experto en Tecnología sanitaria y la doctora María Luisa Romero, responsable de Deshabituación Tabáquica en Atención Primaria. Todos ellos son expertos en la salud y en tratamientos especializados contra los efectos negativos de este hábito.

La nicotina es uno de los ingredientes del tabaco más popularmente conocidos y es el culpable de que el tabaco sea considerado muy adictivo. Es un componente orgánico que en el momento en el que se inhala tarda tan sólo 10 segundos en llegar al cerebro. Antiguamente se pensaba que principalmente tenía consecuencias tóxicas para el sistema cardiovascular, pero recientemente se ha comprobado que posee un gran poder de adicción. Para el profesor de Neurología en la Universidad Autónoma de Madrid, esta sustancia es «una droga que dificulta dejar de fumar» y, en su opinión, sólo los que tienen una personalidad fuerte o que fuman ocasionalmente lo consiguen. Este ingrediente esencial del tabaco tiene una gran capacidad de estimular ciertos receptores cerebrales, como la acetilcolina, e, incluso, lo podemos encontrar en alimentos tan básicos como el tomate o la patata en una cantidad marginal.

«Hay que dejar de fumar»

La doctora María Luisa Romero asegura que «se ponen todos los medios para que la gente deje de fumar». A su consulta llegan continuamente pacientes que buscan desesperadamente algún método para abandonar el hábito. El uso de productos que contienen nicotina como parches o chicles fue muy popular en el momento en el que salieron a la venta, pero sus resultados no han sido del todo eficaces. Por lo tanto, ¿hay alguna otra alternativa para que el hecho de fumar no sea tan perjudicial para la salud? Los expertos señalan que el principal problema que encontramos hoy en día es la propia combustión de los cigarrillos convencionales. Por cada calada que el fumador realiza, el cigarro puede llegar a alcanzar hasta 700 grados centígrados que activan más de 7.000 sustancias tóxicas, de las cuales 600 son potencialmente cancerígenas. En definitiva, Hugo Liaño asegura el verdadero daño lo produce la combustión y no la nicotina como años atrás se pensaba.

No hay duda de que el tabaquismo se ha convertido en un problema de salud pública, no sólo nacional sino también internacional. José María Recalde explicó que, a partir de los 35 años, un fumador pierde tres meses de vida por cada año que fuma, por lo que su esperanza de vida se reduce en 10 años. Además, en España se producen más de 55.000 muertes al año por enfermedades relacionadas con el tabaco. Por todo esto, el experto en Tecnología Sanitaria criticó que el sistema público no financie los tratamientos para dejar el tabaco cuando, además, existe un importante deseo de abandonarlo en buena parte de la población. Ni siquiera las farmacéuticas están poniendo de su parte y las investigaciones que se están realizando son totalmente privadas. Según el doctor Liaño, «nadie se atreve a hablar de los estudios sobre los efectos positivos de los productos que funcionan por calentamiento por la importante industria que hay detrás de ellos».

Nuevo paradigma

Hasta ahora, la única alternativa que existía encima de la mesa era «abandona el tabaco o muere». Actualmente, las dos opciones posibles son «abandónalo o reduce el daño». Recalde recordó que las estrategias destinadas en el pasado a renunciar al tabaco y a dar a conocer los aspectos perjudiciales del mismo fueron exitosas, y que ahora estamos ante un nuevo cambio de paradigma que nos lleva a las nuevas alternativas, que son el cigarrillo electrónico y el tabaco calentado.

En el mercado tenemos a disposición una gran variedad de dispositivos que contienen nicotina y otras sustancias como vapeadores o cigarrillos electrónicos, pero cuyo contenido todavía no está normalizado. Al no tener todos ellos un contenido homogéneo, resulta difícil llegar a una conclusión que diga exactamente cuáles son exactamente sus beneficios.

Los estudios toxicológicos realizados, hasta el momento, han revelado que esta nueva técnica de fumar por calentamiento puede llegar a reducir hasta en un 95% la cantidad de sustancias dañinas que genera el tabaco convencional. Además, estos productos también constituyen un freno para quienes son sensibles de iniciarse en el hábito de fumar, con un cálculo aproximado que no llegaría al 1% de fumadores potenciales.

Los dos componentes más peligrosos de los cigarrillos por combustión son el monóxido de carbono y el alquitrán. El primero es el causante de las patologías cardiovasculares y el segundo del desarrollo de todos los tipos de cáncer relacionados con el tabaquismo. Asimismo, la responsable de Deshabituación Tabáquica en Atención Primaria recordó lo peligrosa que es la combustión para los denominados fumadores pasivos. «Inhalar el humo del tabaco aumenta las posibilidades de infarto en más de un 30% y también incrementa los índices asmáticos», aseguró.

Muy involucradas

Fuera de España, algunas sociedades como las nórdicas, británica o japonesa están más involucradas en la lucha contra el tabaquismo. Según Hugo Liaño, en Reino Unido han apostado fuertemente por el uso del cigarrillo electrónico hasta tal punto que su venta está disponible en los propios hospitales. El experto apuntó que lo verdaderamente importante en este caso es que fue el Colegio de Médicos el que tomó la iniciativa para conocer y certificar los efectos positivos de estas alternativas. En Japón el consumo de este producto es todo un éxito con un porcentaje que alcanza el 20% del total del mercado de productos del tabaco.

La principal diferencia con España es que todos estos países están comprometidos en la lucha contra el daño que produce el tabaco tradicional, gracias en parte a la colaboración de organismos oficiales, pero todavía faltan estudios que corroboren con precisión los beneficios positivos del calentado. Lo que es evidente es lo dañino que resulta la combustión y no sólo en el tabaco, ya que en algunos países de Asia oriental se fuma otro tipo de hierba que, debido a la combustión, contiene los mismos índices cancerígenos que los cigarrillos que conocemos en nuestro entorno.