Zaragoza
El saqueo de catalizadores de coches, un buen «negocio» difícil de perseguir
Bien entrada la noche, un aparcamiento al aire libre, no más de cuatro ladrones y dos sencillas herramientas bastan para extraer en poco más de una hora hasta 30 catalizadores de coches, un dispositivo que esconde metales preciosos y que desde hace unos tres años se ha convertido en un buen “negocio”, informa Efe. Lo sabe bien la Policía Nacional que encuentra en la persecución de este particular saqueo bastantes obstáculos, pues es muy difícil pillar al delincuente con las manos en la masa, en este caso, en el tubo de escape y oculto en los bajos de un vehículo.
Desde el distrito madrileño de Usera, la Policía dio uno de los últimos y exitosos golpes contra estas bandas: cuatro detenidos hace veinte días y, lo más importante para los investigadores, el esclarecimiento de medio centenar de robos de catalizadores.
No ha sido la única operación. Hace tan solo una semana, dos agentes municipales “cazaban” en otro barrio madrileño a dos personas tras saltarse un semáforo. Al registrar el coche descubrieron herramientas y cuatro catalizadores recién sustraídos.
Pocos en comparación con los 29 intervenidos en diciembre a otro grupo que actuaba en el municipio madrileño de Leganés o los cuarenta desmontados por otra banda mientras los dueños de los coches visitaban el Zoo o el parque de atracciones. Fuera de la región madrileña, coches en Zaragoza, Castellón o Burgos también ha sido víctimas en los últimos años.
Una “moda” que, si bien no es de ahora -las fuerzas de seguridad comenzaron a detectar a estas bandas a mediados de 2011- sí que es desde hace relativamente poco se ha consolidado como un delito al alza bastante lucrativo.
El inspector jefe del grupo I de Policía Judicial de Usera explica a Efe las claves. El catalizador es un elemento que viaja dentro de la pieza del tubo de escape, cuesta unos 400 euros (si el coche es de mayor potencia el precio aumenta notablemente) y tiene como misión disminuir la proporción de gases nocivos de la combustión del motor que se emiten a la atmósfera.
Para lograrlo alberga en su interior un panel cerámico impregnado de un recubrimiento de paladio, rodio y platino que, al entrar en contacto con esos gases, generan otros más nobles o menos contaminantes. En ellos reside su valor: Por un solo gramo de platino, explica el inspector, se pagan unos 37 euros, y por el de paladio unos 30.
Si tenemos en cuenta, añade el agente, que cada catalizador contiene, dependiendo del coche, de uno a dos gramos de platino, el botín por cada dispositivo sería, en el mejor de los casos, de unos 80 euros, aunque los gastos de extracción de estos metales son laboriosos y costosos.
Por eso, el saqueo de catalizadores es una actividad controlada por bandas formadas por entre dos y cuatro personas, especialmente de nacionalidad búlgara y rumana, y en menor medida española, que buscan perpetrar robos masivos para obtener cuantos más elementos mejor para venderlos a un intermediario, que finalmente se encarga de extraer los metales y revenderlos.
El inspector jefe revela que por cada catalizador pueden obtener alrededor de 50 euros en coches de la clase turista y llegar a duplicar las ganancias si se trata de un vehículo de alta gama o incluso de tipo industrial.
Desmontar un catalizador no es tarea complicada, tampoco el modus operandi de las bandas. Una persona vigila el aparcamiento, otra aguarda en una furgoneta donde cargan continuamente los elementos sustraídos de los que se encarga una o dos personas.
Aunque existen diversos modos de hacerse con un catalizador, la más común es contar con un gato manual para elevar el coche, acceder a los bajos y extraerlo con una sierra pequeña, si bien es una llave corta tubos la herramienta que últimamente más usan los delincuentes para desensamblar la pieza.
La experiencia en este tipo de robos han permitido a la Policía detectar más víctimas entre los coches de la marca Citroën en sus modelos Xsara y Xsara Picasso, el Peugeot 406 o el Fiat Ducato, aunque lamentan que nunca se podrá saber con exactitud el número de hechos concretos pues muchos afectados no denuncian si su seguro no cubre la reposición del catalizador.
Este es solo un obstáculo para esclarecer el saqueo y perseguir estos hechos, al que se suma pillar in fraganti al ladrón, que lejos de cometer un robo, incurre en una falta de hurto en el caso de que el valor de la pieza no alcance los 400 euros o bien de un delito de hurto cuando supere esa cantidad.
Incluso si se tratara de esta última infracción, la pena no superaría los 18 meses de prisión, sin olvidar que la dificultad de localizar para una citación judicial a los responsables que continuamente cambian de domicilio e identidad.
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