Familia

Elena Zarraluqui: «El divorcio no es una desgracia, sino una oportunidad»

La experta en Derecho de Familia ha escrito «Divorciadas con historia», una recopilación de casos que reflejan la valentía de muchas mujeres.

Elena Zarraluqui: «El divorcio no es una desgracia, sino una oportunidad»
Elena Zarraluqui: «El divorcio no es una desgracia, sino una oportunidad»larazon

La experta en Derecho de Familia ha escrito «Divorciadas con historia», una recopilación de casos que reflejan la valentía de muchas mujeres.

La abogada Elena Zarraluqui es un referente del Derecho de Familia en nuestro país. Pertenece a una saga de juristas de reconocido prestigio. Su padre ha sido su maestro, pero ella ha echado toda la carne en el asador para mejorar su formación y preparación. Acabada su licenciatura en la Universidad Complutense, hizo un intenso «training» en sendos despachos de Inglaterra y Francia. Miembro de la International Academy of Family Lawyers, presenta «Divorciadas con historia» (Esfera de los Libros).

–¿Le ha costado mucho escribir esta obra sin dejar su trabajo?

–Una barbaridad. Ha sido tremendo. Menos mal que cuento con una ayuda fantástica tanto en el despacho como en casa, porque, si no, hubiera sido un absoluto desastre. He dedicado mucho tiempo a leer, documentarme... No desaprovechaba un minuto para escribir o estudiar. Le he robado muchas horas al sueño, a los míos... Los viernes no venía al despacho y me encerraba en casa. Una auténtica locura.

–¿Hay denominadores comunes en todos los divorcios?

–La gente lo pasa fatal cuando se halla en esa fase. Da igual que tú seas el que deje o el que te deje, el infiel o el fiel... El trago siempre es duro porque, al final, lo más importante que tenemos es nuestra familia y el divorcio comprende un conjunto de factores como las personas queridas, el dinero, tu casa, tu vida..., que se ponen patas arriba. Hay otro como es el que, con el paso del tiempo, la gente ve la luz.

–¿El divorcio es una desgracia o una oportunidad?

–Una oportunidad sin lugar a dudas. Depende de la disposición. Es una ocasión para recuperar la alegría y rehacer la vida y la familia.

–¿Alguno de los casos que cuenta en el libro le han recordado algunos de los que usted ha llevado?

–Naturalmente. Los que se relatan se refieren principalmente a mujeres valientes. Yo he asistido a varios muy audaces que se han enfrentado a situaciones terribles y que no le han importado las consecuencias que se podrían derivar porque tenían maridos muy poderosos, o iban a perder posición económica, o hasta estaban dispuestas a renunciar a los hijos.

–¿Cuál es la más dramática de las 15 historias?

–Todas tienen un componente trágico. Viven situaciones sobrecogedoras. La de Urraca de Castilla es brutal. Eulalia de Borbón es una valiente. Octavia fue capaz de educar a los hijos de Cleopatra y Marco Antonio como si fueran suyos. Ingrid Bergman renunció a su hija.

–Si usted las hubiera conocido, ¿les habría recomendado el divorcio antes?

–Desde luego. ¡A todas!

–¿Hay mucha gente que se debería divorciar?

–Sí, pero hay miedos, sobre todo, a la soledad. Sin embargo, la realidad es que es estar solo que mal acompañado. Una mala relación en pareja es terrible.

–¿Y el argumento de que no se separan por los niños?

–Un error absoluto, porque los hijos se dan cuenta del mal rollo. Aunque no vean cómo sus padres se tiran los trastos, lo sienten.

–¿Qué caso de los que narra más le enternece?

–Los de Urraca de Castilla y Eulalia de Borbón.

–Si en vez de un pódium de los divorcios más caros, hiciera un «ranking» más amplio, ¿habría españoles?

–Supongo que sí. Esos tan cuantiosos siempre son pactados, al menos en España. No es lo mismo un tribunal español que uno inglés.

–¿Y usted cuál prefiere?

–Depende de si llevo a un hombre o a una mujer.

–¿Si lleva a un hombre...?

–El español. Los británicos son mucho más generosos con la mujer. Hay una cosa sorprendente en Reino Unido y es que no se acepta el divorcio de mutuo acuerdo. Los efectos, sí.

–Antaño, muchos de los que hoy serían los vip se casaban por conveniencia. ¿Y hoy?

–También, pero no es por conveniencia política, sino económica.

–¿Y la gente corriente?

–También, pero menos.

–¿Los casamientos con bienes gananciales han pasado a la historia?

–No. Se sigue pensando que no es nada romántico hablar de dinero. En el segundo matrinio, la mentalidad cambia. Entonces sí que se hace.