La Razón solidaria

En Canicross también somos campeones del mundo

La atleta Leire Fernández acumula kilómetros junto a Bolt, con el que tiene una gran complicidad fuera y dentro de las competiciones

Leire Fernández y su can «Bolt» urante sus entrenamientos salen a correr por la montaña para conseguir ese vínculo necesario para competir en Canicross
Leire Fernández y su can «Bolt» urante sus entrenamientos salen a correr por la montaña para conseguir ese vínculo necesario para competir en Canicrosslarazon

La campeona más joven del mundo de Canicross es Leire Fernández. Una implacable atleta donostiarra que con tan sólo 19 años ya ha competido en el campeonato de España, el Europeo y el Mundial.

La campeona más joven del mundo de Canicross es Leire Fernández. Una implacable atleta donostiarra que con tan sólo 19 años ya ha competido en el campeonato de España, el Europeo y el Mundial. En su historia acumula junto a Bolt, su fiel compañero perruno, un gran número de kilómetros por el monte. Leire vive en Rentería, pero los fines de semana se escapa al monte donde marcha con Bolt, «el gran protagonista de esta historia», asegura. Estudia fisioterapia y es una apasionada de la carrera por la montaña, pero junto con Bolt, el Canicross se ha convertido en el hobbie más apasionante de sus vidas.

Leire comenzó paseando por su ciudad, cuando se percató de un cartel sobre la competición, «al ver que mezclaba la montaña con los perros pensé: esto me tiene que encantar», asegura la joven. El Canicross es una disciplina en la que el perro lleva un arnés que va unido a los corredores por una línea de tiro. Se trata de un deporte en el que prima más el trabajo psicológico que el físico. En esta disciplina es vital generar un vínculo especial con el animal, «en Canicross disfrutamos mucho de cómo el perro llega a entenderte, la complicidad que se genera es brutal y es lo que hace que al final Bolt sepa leer el terreno. Todo esto son cosas que cuando llegas a meta emocionan», cuenta pletórica la triple campeona.

Cabezón, desalentado y diferente, así es Bolt, el alaskano «cuellilargo» que llegó a la vida de Leire hace seis años. «No he conocido un perro igual, vino conmigo cuando tenía un año. Su dueño decía que no tiraba bien, que no servía para competir. Sin embargo, aunque no es un perro nada mimoso o cariñoso, es muy receptivo y atento», relata orgullosa la corredora. El Canicross no sólo es el principal entretenimiento de Leire, sino también de Bolt, tanto que «mi padre le pone un cubo con comida y yo me voy con el arnés a la puerta y no se lo piensa dos veces, sale corriendo conmigo. El punto de ilusión que ha cogido por correr es impresionante, lo disfruta y le encanta», comenta Leire a LA RAZÓN.

Aunque esta joven atleta es una gran apasionada por los animales, nunca había llegado a hacerse cargo de uno. Conoció a Bolt en esta competición donde mezcla la pasión por correr con su afición por los animales. «Bolt y yo hemos llegado a tener tanta complicidad que le animo para que llegue a meta conmigo y sé que él lo va a dar absolutamente todo por mí», relata la corredora. El binomio hombre-perro es lo que hace especialmente atractiva esta práctica deportiva. Disfrutar de la naturaleza en compañía de los mejores amigos del hombre e incluso descubrir junto a ellos una afición como es correr, a nivel personal aporta mucho a atletas como Leire. Aunque para esta joven Bolt es el profesional de este equipo, «realmente yo soy el paquete, el 10%, Bolt es el 90 por cien, es quien tiene todo el mérito de nuestras carreras», afirma.

Ahora Leire se prepara para el campeonato mundial del Canicross, aunque en esta ocasión no será Bolt quien la acompañe, «Bolt ya se jubila, se sucesor es Elant. Va a ser una locura porque nos la jugamos todo en ese campeonato, pero confío mucho en él y se que va a dar la talla», concluye la joven atleta.