«En una tarde hemos perdido 26 años cuidando ovejas»

Roberto Párraga conoce bien el monte. A sus 31 años, este acebano pasa largas jornadas en la Sierra de Gata entre su trabajo para curar los pinos del Nematodo y la ayuda que presta a su padre en el cuidado de las ovejas y las cabras que desde 1989 se dedican a cuidar «para subsistir». Cuando el fuego se acercó a la zona en la que pasta su rebaño, su padre se vio cercado por el fuego y salvó su vida al adentrarse en una zona ya quemada. «Eran las ovejas o él», cuenta el hijo. A Roberto le avisaron en cuanto pudieron y corriendo fue a intentar salvar a los animales. La Guardia Civil no le dejaba pasar, pero se valió de los caminos que siempre ha conocido. De las 80 ovejas y 10 cabras que tenía, sólo pudo salvar a un puñado de borregos que estaban separados de sus madres. Y de sus perros, aún le faltan dos después de que hoy aparecieran otro par y le dieran una pequeña alegría. «Mira que he visto incendios, pero espero no volver a vivir lo de estos días. Con el viento que hacía, era impresionante», relata sobre el negro monte en el que sus ovejas quedaron calcinadas. En el centro de un paisaje desolador se lamenta: «Mi padre empezó con seis corderas como las que nos han quedado ahora. Son 26 años que se han perdido en una tarde. Y otro problema es el ganado que ha sobrevivido, ¿Dónde va a comer ahora?».

Roberto no duda en referirse a las noches en las que el viento amenazaba con llevar el fuego a sus puertas como un verdadero «infierno». Y, de la misma forma, también reclama mayor efectividad de los medios que han combatido las llamas. «Espero que se depuren responsabilidades y que el presidente de la Comunidad declare esto como zona catastrófica», puntualiza. Y, sin embargo, el paisaje que tiene ante sí no consigue achantarle. «Lo veía venir. Sabía que el día que se preparara una de éstas no iba a quedar nada. El monte está muy sucio. Pero nosotros volveremos a empezar, como tenga que ser, pero volveremos a empezar», reitera.