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No es para la ensalada: por qué recomiendan la mezcla de aceite de oliva y vinagre y para qué sirve
Un truco casero cada vez más popular combina dos ingredientes de cocina para devolverle brillo y vida a los muebles de madera

El aceite de oliva y el vinagre blanco son habituales en cualquier despensa. Sin embargo, más allá de su uso culinario, estos productos esconden un potencial sorprendente: juntos pueden convertirse en un eficaz limpiador natural para el hogar. Lo que tradicionalmente se asocia con ensaladas o marinados, la ciencia doméstica lo ha reconvertido en un remedio ecológico para cuidar muebles, especialmente los de madera barnizada.
La tendencia hacia los productos de limpieza sostenibles ha hecho que resurjan fórmulas como esta, que ya empleaban generaciones anteriores antes de la llegada de los aerosoles industriales. Su éxito radica en la química simple de ambos ingredientes: la acidez del vinagre disuelve la suciedad, mientras que el aceite hidrata y protege la superficie.
¿Por qué funciona la mezcla entre aceite y vinagre para limpiar?
El vinagre blanco contiene ácido acético, un compuesto que actúa como desengrasante natural. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), este tipo de vinagre es seguro y biodegradable, y ayuda a eliminar bacterias y restos de grasa sin necesidad de químicos agresivos. Cuando se combina con aceite de oliva, rico en ácidos grasos y antioxidantes, se obtiene una mezcla capaz de limpiar y nutrir la madera al mismo tiempo.
El aceite crea una fina película que evita que la superficie se reseque, algo esencial en materiales orgánicos como la madera, que tienden a perder humedad con el tiempo. Así, este remedio casero no solo limpia, sino que también protege el brillo natural del mobiliario, dándole un aspecto renovado.
Cómo preparar y aplicar el limpiador natural
El procedimiento es sencillo y económico. Para obtener resultados visibles, basta con seguir unos pocos pasos:
1. Preparar la mezcla.
Combina partes iguales de vinagre blanco y aceite de oliva virgen extra. Algunas fuentes recomiendan añadir unas gotas de aceite esencial de limón o lavanda para mejorar el aroma y reforzar el poder desinfectante.
2. Probar antes en una zona discreta.
Siempre es aconsejable hacer una pequeña prueba en una parte poco visible del mueble. Así se verifica que el acabado (barniz, laca o sellador) no reaccione de forma negativa.
3. Aplicar con suavidad.
Humedece un paño de microfibra con la mezcla, sin empaparlo, y pásalo siguiendo la dirección de las vetas de la madera. Esto evita rayaduras y distribuye el producto de manera uniforme.
4. Pulir el resultado.
Tras unos minutos, pasa otro paño seco para retirar el exceso de aceite y lograr un brillo natural. Si se aplica con regularidad, los muebles mantienen una textura más suave y un color más uniforme.
¿Cuándo evitar este truco?
Aunque se trata de un método seguro y respetuoso con el medioambiente, no todas las superficies son compatibles con la mezcla. El vinagre, incluso diluido, puede dañar materiales sensibles como el mármol, la pizarra o el granito, debido a su leve acidez. Según el Instituto Nacional del Consumo, en estos casos es preferible recurrir a limpiadores neutros o simplemente agua tibia y jabón suave.
Tampoco debe aplicarse en maderas sin tratar o enceradas, ya que el aceite podría oscurecerlas de forma desigual y atraer más polvo. En esos casos, los expertos recomiendan optar por ceras naturales o aceites minerales específicos para ese tipo de superficie.
Muchos productos de limpieza comerciales contienen cada vez más compuestos químicos, el uso de soluciones caseras como esta ofrece una alternativa respetuosa con el entorno. Además, resulta considerablemente más barata: ambos ingredientes pueden encontrarse en cualquier supermercado y su rendimiento es alto.
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