Moscú

España, cuarta en el ránking de muertes por «selfies»

Imagen del perfil de Instagram de un joven ruso que murió semanas después al volver a intentar una foto similiar
Imagen del perfil de Instagram de un joven ruso que murió semanas después al volver a intentar una foto similiarlarazon

El perfil de las víctimas mortales cuando se hacían un "selfie"es de un varón (el 75 por ciento de los fallecidos) de 21 años. En España han muerto 4 personas haciéndose una foto.

Hoy en día es impensable que una persona joven no se haga una autofoto (selfie) y la comparta con sus amigos. Al igual que ocurre con las redes sociales, en las que se muestran imágenes de una vida en la mayoría de las ocasiones irreal, los jóvenes recurren cada vez más a los "selfies"extremos que consisten en ponerse en situaciones de riesgo y fotografiar el momento. Según publica el portal Priceonomics.com, en una semana se menciona la palabra "selfie"365.000 veces en Facebook, 150.000 tuits, pero en Instagram, la red social de fotografías por excelencia, reúne 50 millones de hashtags en el mismo periodo.

Así, es normal ver a jóvenes fotografiándose con animales salvajes, vías del tren, azoteas de rascacielos y en acantilados. Si eso no es suficiente, los hay que deciden hacer acrobacias para rizar el rizo y que la imagen quede lo más espectacular posible. Pero esto tiene trágicas consecuencias. Según una recopilación de noticias realizada por Priceonomics, desde 2014 han muerto 49 personas mientras se hacían una foto. La edad media de las víctimas es de 21 años y el 75 por ciento son hombres. Resulta curioso este último dato porque las mujeres se hacen muchos más selfies que los hombres, pero son ellos los que más ponen en riesgo su vida.

La mayoría de las muertes, un tercio, se producen por caídas desde grandes alturas. Por ejemplo, a finales de agosto del pasado año, un chino de 25 años hacía una ruta y se desvió para situarse en la parte alta de una cascada, pero resbaló y cayó a un barranco. Cuando fue localizado, su teléfono tenía una imagen de su caída. Un mes después, un joven ruso de 17 años se subió a un edificio de nueve pisos cerca de Moscú y se colgó de la repisa, pero su mano resbaló y cayó al vacío para que parezca como si estuviera cayendo. Unas semanas antes había publicado una imagen similar en su página de Instagram. También desde un edificio, esta vez de 20 pisos, cayó una mujer de 19 años en Filipinas porque quería sacarse una foto similar a la que se había hecho un compañero de estudios.

Además de las caídas, ocho personas han muerto arrolladas por un tren o electrocutadas en las vías. En marzo de 2014, un chico se subió a un vagón de carga para fotografiarse e impactó contra una línea de alta tensión de 35.000 voltios. Pocas semanas después ocurrió lo mismo en Kerala, India. También en India, tres universitarios de 20 años de edad murieron al impactar contra un tren cuando intentaban retirarse in extremis para no ser arrollados e inmortalizar el momento.

Jugar con armas de fuego también ha provocado desgracias. Un mexicano de 21 años se disparó en la cabeza mientras se hacía una foto o el piloto de un avión que murió junto a un pasajero al sufrir un accidente de vuelo por retratarse. O el caso de dos adolescentes rusos que posaban con una granada en los Montes Urales y explotó. En España, no con un arma de fuego, pero un hombre murió corneado en el cuello por tratar de hacerse un selfie durante un encierro en Villaseca de la Sagra (Toledo).

Las historias son abundantes, y trágica, y a menudo implican a grupos de adolescentes. En marzo de 2015, siete niños murieron ahogados en un lago en Nagpur (India) después de volcar la barca en la que pretendían fotografiarse. Cuatro más perdieron la vida ahogados en el Canal de Narmada y dos más arrastrados por la marea en una playa en Mumbai.

El ránking está encabezado por India, con 19 muerte, seguida por Rusia (7), Estados Unidos (5), España y Filipinas (4), Portugal e Indonesia (2). Cierran la lista con una muerte cada uno Suráfrica, Rumanía, Pakistán, México, Italia y China.