Estudio

España lidera los porcentajes de baja cualificación de jóvenes en Europa

Pese a las mejoras recientes, el 24,2 % de los jóvenes españoles entre 25 y 34 años no pasa de la ESO, casi el doble que en la UE, según un estudio de la OCDE

España lidera los porcentajes de baja cualificación de jóvenes en Europa
España lidera los porcentajes de baja cualificación de jóvenes en EuropaOCDE

El panorama educativo cambia poco en España. Y, si lo hace, es muy despacio. Por eso hay problemas que se vuelven crónicos y que se ven reflejados años tras años en los informes internacionales con conclusiones que sacan los colores a nuestro país cuando se pone el foco en el talón de aquiles de la educación española. Y uno de ellos es que España sigue teniendo uno de los porcentajes más altos de adultos y jóvenes con menos formación en toda la OCDE, a pesar de las mejoras recientes. Dicho de otro modo: lideramos los porcentajes de baja cualificación en Europa entre jóvenes. Así, en la franja de 25-34 años, el 24,2 % tiene como mucho la ESO y no continúa estudiando FP o Bachillerato, un porcentaje que es el doble que en la OCDE (12,7 %) y UE25 (11,4 %), según refleja el estudio “Panorama de la Educación, indicadores de la OCDE”, que ha sido dado a conocer hoy.

“Algo hemos mejorado, pero aún queda un trecho importante por recorrer porque la proporción es el doble de jóvenes españoles que se encuentran en esa situación y que, en consecuencia, van a tener más dificultades para lograr un trabajo de calidad que les pueda generar satisfacción. Van a tener más problemas para lograr un empleo. Esto es una cuestión negativa para ellos y para el conjunto de la sociedad porque necesitamos que cada vez más jóvenes continúen con sus estudios más allá de la etapa obligatoria”, señala Ismael Sanz, de la URJC/Funcas.

El problema para Antonio Cabrales, profesor de Economía de la Universidad Carlos III, es que el mercado laboral ha mejorado y eso puede resultar muy tentador para jóvenes que prefieren dejar los estudios para trabajar. Para cambiar el modelo productivo hay que tener gente más formada. La productividad lleva décadas sin crecer y, si no lo hace, tampoco subirán los salarios. Esto pasa mucho por hacer la FP más atractiva y más dual, porque, aunque ha tenido impacto, no es suficiente”.

En esta línea, el estudio de la OCDE evidencia que la FP de grado medio sigue siendo una opción que no escogen todavía suficientes alumnos, pese a que se están batiendo récords de matriculación, porque la mayoría del alumnado sigue optando por Bachillerato, lo que genera un desajuste entre oferta educativa y mercado laboral ya que para muchos puestos de trabajo se necesita esta formación intermedia. Una singularidad española es que, el 39% de los alumnos ingresa por la vía de los ciclos de FP superior a la universidad, un porcentaje muy por encima de la OCDE (16%) y de la UE (10%), un dato que no está claro si interpretarse como positivo para los expertos. "Somos un país que ha hecho una apuesta muy decidida por la FP de grado superior, pero el resto de países no lo ha hecho. Hay que estar atentos a esto por si nos estamos equivocando", subraya Sanz.

El informe vuelve a reconfirmar la idea de que cuanta más formación tenga una persona, mejor sueldo podrá llegar a tener, aunque menos que en otros países de Europa. Aquellos que tienen un título universitario, perciben de media un 49% más que quienes han completado la segunda etapa de secundaria (4º de ESO, FP básica y de grado, y Bachillerato), una ventaja salarial algo menor que en la OCDE (54%) y la UE25 (51%).

Los titulados en ciclos de FP superior ganan un 11% más que quienes tienen secundaria superior, frente al 40% en el caso del grado y al 76% con máster o doctorado, cifras algo inferiores a las de la OCDE (17%, 39% y 83%).

El estudio revela otro dato interesante. Tradicionalmente, se ha dicho que los hijos de padres con mayor formación obtienen mejores resultado académicos, pero también ocurre que hay padres que no completaron la ESO y que, sin embargo sus hijos han logrado obtener una titulación universitaria. Uno de cada tres progenitores sin la ESO tienen hijos con un grado universitario (30%), un porcentaje por encima de la media de la OCDE (26%).

Población adulta con educación universitaria en función del nivel educativo de sus padres
Población adulta con educación universitaria en función del nivel educativo de sus padresOCDE

Escolarización infantil

España tiene unas tasas de escolarización infantil muy elevadas: el 32,9% de los menores de 2 años estaban matriculados en programas formales de educación infantil, muy por encima de la media de la OCDE (22%). Esto es muy positivo porque "aumenta las posibilidades de tener un buen desarrollo académico, social y laboral", detalla Sanz. Sin embargo, esas bondades que se le atribuyen luego no se constatan en los estudios internacionales de educación cuando esos alumnos van avanzando en su itinerario académico y se aprecia que la tasa de abandono sigue siendo elevada. ¿Cuál es la causa? "Una explicación es que no estén recibiendo Educación Infantil precisamente los que más lo necesitan, que son los niños de entornos vulnerables".

El informe también repara en un dato interesante: somos uno de los países en los que más ha caído la población de cero a cuatro años, pero en los próximos diez años vamos a ser uno de los países en los que esta población más va a crecer por la emigración.

Salud mental

El Panorama de la Educación 2025 introduce por primera vez un bloque dedicado a la salud mental como resultado social de la educación. Una de las conclusiones es que la educación ya no solo abre las puertas laborales, sino que también mejora la salud, la felicidad y la calidad de vida por los hábitos que se incorporan. El informe constata que el 51% de las personas con educación superior declaran tener una salud "excelente" o "muy buena", frente al 37% que solo ha alcanzado la ESO, un porcentaje ligeramente inferior en España (48% y 40%, respectivamente). Sin embargo, el informe también subraya que "la salud autopercibida puede estar condicionada por factores culturales, expectativas personales, normas sociales o diferencias en la interpretación en los niveles de salud". Y pone énfasis en la necesidad de analizar los hábitos de consumo diario de tabaco que, aunque ha bajado considerablemente en Europa, es algo muy arraigado.

Sanz, no obstante, no deja de sorprenderse por el hecho de que "los españoles tengamos una salud autopercibida menor que el resto de la OCDE cuando somos el segundo país del mundo, después de Japón, con la esperanza de vida más alta y las previsiones son que, en 2030, encabecemos el ranking mundial".