Vida

Las españolas, con la mayor esperanza de vida de toda la OCDE

El informe de la OCDE con datos de 2021 corrobora que las mujeres viven más que los hombres y la diferencia es de 5,4 años

Dos mujeres se protegen del sol y de calor con abanico y parasol durante este miércoles en el que se viven altas temperaturas en este inicio de Otoño.
Dos mujeres se protegen del sol y de calor con abanico y parasol durante este miércoles en el que se viven altas temperaturas en este inicio de Otoño. MorellAgencia EFE

Las mujeres siguen viviendo más años que los hombres y, sobre todo, las mujeres españolas. Así lo ha desvelado el último informe 'Health at a Glance 2023' publicado por la OCDE este martes con datos del año 2021. Según el documento, si comparamos la esperanza de vida media de los ciudadanos de los 38 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las mujeres españolas se alzan con el primer puesto. En concreto, las españolas tienen una esperanza de vida media de 88,5 años frente a los 83 años de media de la OCDE en mujeres.

Este informe arroja otros datos relevantes, como que, a los 65 años, la esperanza de vida de las ciudadanas de nuestro país es la más alta (23,5 años más). El dato más bajo en la población femenina se sitúa en República Eslovaca (17,1 años más). Además, señala que España supera la media de esperanza de vida de los países de la OCDE tanto en hombres como en mujeres ya que la esperanza de vida media es de 83,3 años, solo siendo superada por Japón con 84,5 años, y la media de la OCDE se sitúa en 80,3.

Así, se corrobora que las mujeres viven más años que los hombres. En todos los países de la OCDE hay una diferencia de 5,4 años en la esperanza de vida entre ambos sexos siendo la esperanza de vida de 83 años para las mujeres y de 77,6 años para los hombres en 2021. Estas diferencias están especialmente marcadas en los países del centro y este de Europa. En el caso de los hombres, a los 65 años, la esperanza de vida de los islandeses es mayor (20,5 años más). La más baja para los hombres está en Letonia (12,7 años más).

Según la OCDE, esta diferencia en la esperanza de vida se debe a los estilos de vida y, concretamente, a la exposición a factores de riesgo como el tabaco, el alcohol o la dieta no saludable. Además, influye que los hombres son más propensos a tener muertes violentas como los accidentes o el suicidio. De la misma opinión es María Sáinz, médica especialista en Medicina Preventiva y Salud y presidenta de Asociación de Educación para la Salud (ADEPS). “Influye que la medicina preventiva ha calado, que empezamos a ejercer los estilos de vida saludable desde antes y en todas las etapas de la vida”, indica.

Para explicar la alta esperanza de vida de la mujer española, la especialista señala que partimos de una cultura comprometida con el ejercicio de hábitos saludables: correcta alimentación, movimiento, buenas relaciones sociales… Aun así, hemos mejorado. “Las mujeres ya no tienen prejuicios de ir a los reconocimientos ginecológicos y lo hacen de una manera rutinaria desde bien jóvenes”, apunta. Además, están más comprometidas con los seguimientos crónicos de las patologías que van surgiendo a lo largo de los años. Otro aspecto que, según la experta, ha permitido aumentar la esperanza de vida es el hecho de tener menos números de hijos.

La doctora advierte que esta longevidad que hemos conseguido como una conquista social y del estado de bienestar, “se puede perder si no se sigue fomentando todos esos puntos de anclaje que hemos estado aumentando: la educación para la salud en la escuela, en el entorno laboral y social, el tema del conocimiento de la prevención de riesgos y el control de las enfermedades crónicas”.

De la misma opinión es Ester López Jiménez, geriatra del Hospital Perpetuo Socorro de Albacete. “Los hábitos de vida, empezando por la dieta y, sobre todo, por el ejercicio físico, mejoran esa
fragilidad que a veces acompaña a nuestras personas mayores, especialmente a los hombres”. Y es que, según explica, “las mujeres que están llegando ahora a edades nonagenarias y octagenarias son mujeres que han trabajado en casa, por lo que han tenido una influencia social, cultural y psicológica diferente a la de los hombres. Al no jubilarse, han mantenido una actividad física hasta bien entrada una edad evitando deterioro tanto funcional y físico como cognitivo y psicológico”. En línea con esta palabras, Teófilo Martínez, terapeuta ocupacional y coordinador del centro de día Neurovida Avenida, apunta que "las personas mayores tienen mayores probabilidades de sufrir alguna enfermedad que repercuta en el funcionamiento cognitivo, y este aumenta en ambientes poco estimulantes.

De ahí, la importancia de la estimulación cognitiva que ayude a evitar o retrasar una disfunción cognitiva mejorando la calidad de vida".