Esta es la ciudad española invadida por ratas y serpientes: "Temo salir a la calle"

Pocas cosas generan más rechazo que ver una rata cruzando una acera o una serpiente deslizándose entre los matorrales de un parque. Cuando en las ciudades aparecen este tipo de animales, es un claro síntoma de desequilibrio y suciedad. Cuya presencia multiplica el riesgo de enfermedades.

Quienes viven en barrios afectados por este fenómeno no lo cuentan como una simple molestia, sino como una experiencia angustiante. Acostumbrados a que una ciudad sea limpia y habitable, ver estos animales hacen que se transforme en una jungla insalubre. Y lo peor es que no se trata de casos aislados, cada vez son más los municipios que ven proliferar estas especies en plena vía pública.

¿Qué ciudad española tiene ratas y serpientes?

En los barrios del Rieral y el Molí, en Lloret de Mar, los residentes llevan semanas advirtiendo la presencia constante de ratas y serpientes. Las primeras se dejan ver incluso durante el día, algo inusual en una especie que suele huir del contacto humano. Y las segundas, que salen directamente de la riera, son cada vez más numerosas. Muchos vecinos apuntan al estado actual del canal como origen del problema, y esque está repleto de vegetación, agua estancada y un entorno propicio para que estos animales hagan su hogar en mitad de la ciudad.

Además del asco o miedo que puedan provocar, lo cierto es que esta situación entraña riesgos sanitarios reales. Las ratas pueden ser portadoras de enfermedades como la leptospirosis o el hantavirus, mientras que algunas serpientes, aunque no siempre venenosas, pueden generar accidentes graves. Las denuncias vecinales no han dejado de crecer, y varios colegios de la zona han reportado la aparición de roedores incluso dentro de sus instalaciones.

¿Qué ocurrió con el canal de Lloret de Mar?

Todo comenzó con buenas intenciones. El Ayuntamiento de Lloret de Mar quiso transformar la riera en un espacio verde, alejado del hormigón y más integrado con el entorno natural. Bajo el lema “Adiós al hormigón”, el proyecto pretendía mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad de la zona, colaborando con universidades y empresas especializadas en bioingeniería del paisaje. Sin embargo, lo que sobre el papel sonaba como una gran iniciativa, en la práctica ha derivado en una proliferación incontrolada de fauna indeseada.

La eliminación del canal de hormigón y la “naturalización” del cauce han creado un hábitat perfecto para reptiles y roedores. Aunque desde el consistorio aseguran que hay prevista una limpieza selectiva de la vegetación seca, lo cierto es que muchos vecinos sienten que el problema ya se les ha ido de las manos. Para algunos, la transformación ecológica ha terminado convirtiéndose en una amenaza para la seguridad y la salubridad del entorno urbano.

¿Cuáles son las soluciones?

Los expertos coinciden en que este tipo de situaciones no se resuelve con soluciones rápidas. Se necesita una intervención integral que combine control de plagas, limpieza constante, revisión de infraestructuras y una gestión adecuada del urbanismo verde. Naturalizar los espacios urbanos es una tendencia positiva, pero debe hacerse con criterios técnicos rigurosos y sin perder de vista los posibles efectos secundarios.

Mientras tanto, los vecinos de Lloret de Mar siguen conviviendo con una realidad incómoda. Ven cómo sus calles se llenan de animales que no deberían estar ahí y cómo las promesas de regeneración se tornan en frustración. Lo que parecía un avance urbanístico se ha convertido en un reto de salud pública. Y el resto de ciudades harían bien en tomar nota.