Combustible
Esta ciudad de Europa ha empezado a dejar de vender diésel
Cuatro gasolineras se han visto perjudicadas por esta nueva medida que supone dos tercios de las ventas
En la actualidad se están implementando mecánicas más sostenibles para vivir en un mundo menos contaminado por los residuos de los vehículos. El cambio climático es algo que preocupa, tanto para el presente como para el futuro, y las ciudades ya están empezando a tomar cartas en el asunto y restringir la venta del diésel en sus gasolineras.
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, los vehículos emiten dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero que perjudica gravemente la salud del planeta tierra. Es uno de los principales responsables del calentamiento global y, por consiguiente, del cambio climático. No solo eso, también contamina el aire que es respirado por todos los ciudadanos, algo que supone unos efectos muy negativos.
Un informe de esa misma agencia aseguró que, en 2019, el transporte fue el responsable de casi la cuarta parte de las emisiones de CO2 en la UE, de las cuales el 71,7%% provino del transporte por carretera. Según el Pacto Verde Europeo, para alcanzar la neutralidad climática, habría que disminuir un 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte para el año 2050.
El Parlamento Europeo asegura que "el transporte por carretera representa aproximadamente una quinta parte de las emisiones de la UE", concretando que los coches "son el principal contaminante, con un 60,6% del total de las emisiones del transporte en carretera de Europa". Como remedio a estas negativas cifras, el Parlamento anima a los ciudadanos a reducir la "tasa de ocupación media de 1,6 personas por coche" y optar por la opción de viajar mediante el "transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie".
Esta es la ciudad que va a dejar de vender diésel
Desde Francia, más concretamente en París, se ha comenzado a limitar la venta del diésel en las estaciones de servicio, marcando así un antes y un después en la transición hacia un futuro con menos emisiones. Desde el pasado 1 de octubre, los ciudadanos franceses ya se han encontrado gasolineras en las que no se ofrece este tipo de combustible; una medida llevada a cabo por el Ayuntamiento de París que espera que en unos años se expanda por más ciudades y regiones de su país.
Han sido cuatro las gasolineras, pertenecientes a la empresa TotalEnergies, que no han renovado sus licencias de distribución de diésel; otras 10 sí que se lo ofrecen todavía a sus clientes. La ciudadanía, en base a esta decisión, se ha mostrado en total desacuerdo porque ese tipo de gasolina es de uso mayoritario, al igual que en España. De hecho, la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, ha asegurado que van "a prohibir todos los vehículos diésel a partir de 2025".
Según el diario francés Le Parisien, esas cuatro gasolineras estaban comercializando diésel (también conocido como gasoil o gasóleo) por un volumen estimado de casi 750.000 llenados de depósitos a nivel anual, una cifra que representa el 50% de la distribución de este combustible en la ciudad.
Una medida que afecta a muchos
Los franceses ya eran conocedores de la intención de limitar el diésel en su país desde el año 2020. Incluso, esta medida ha tardado en entrar en vigor debido al atraso que sufrió con motivo de los Juegos Olímpicos de París, ya que se requería una amplia flota para cubrir las necesidades de transporte de la capital; ahora que ya ha terminado este evento se ha podido seguir adelante con los planes.
Durante el comienzo de la época de la pandemia del Covid-19, el consistorio de París decidió poner punto y final y no utilizar vehículos que funcionen con gasóleo en su flota oficial. Sin embargo, cuerpos de seguridad públicos como por ejemplo la policía o los bomberosaún siguen conduciendo coches diésel.
París quiere prohibir la circulación de vehículos diésel en sus calles para el 2030, y ya se ha puesto en marcha para que en ese año se cumpla con su deseo. Los ciudadanos son los que más van a sufrir las consecuencias de esta nueva implantación, pero las entidades públicas tendrán que buscar nuevas alternativas basadas en otro tipo de vehículos y, a día de hoy, las empresas que ya no puedan vender este tipo de combustible perderán un dinero que tenían asegurado por valor de dos tercios de sus ventas.
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