Medicina

La «estrategia del pinchadiscos» contra el cáncer de la sangre

Una nueva terapia permite borrar células malignas a la vez que se introducen nuevas sanas en el cuerpo

Virus HTLV-1 casusante de la Leucemia
Virus HTLV-1 casusante de la LeucemiaDREAMSTIMEDREAMSTIME

En la lucha contra el cáncer, nada es sencillo. Menos si se trata de un cáncer tan elusivo como el de las células de la sangre. Desde hace décadas existen terapias relativamente efectivas para combatir procesos oncológicos hematológicos. Explicados de manera muy simple, consisten en eliminar las células malignas del torrente sanguíneo del paciente e introducir células madre progenitoras que creen otros corpúsculos sanos en su lugar. El proceso, aunque beneficioso en muchos casos, no deja de tener sus peligros y complicaciones. El enfermo debe someterse a una quimioterapia agresiva que ataca las células enfermas y también muchas sanas. Queda expuesto a un deterioro importante de su sistema inmunitario y solo después de este proceso puede recibir células sanas –mediante trasplante de médula ósea por ejemplo– en un proceso que a veces es complejo.

¿Y si pudiera hacerse todo de una sola vez? ¿Sería la ciencia capaz de lograr una terapia que, al tiempo que elimina las células malignas, introduce las sanas renovadas en un único acto médico? Eso es lo que parece estar a punto de lograr un equipo de científicos del departamento de Biomedicina de la Universidad de Basilea, informa en la revista «Nature».

En varias pruebas realizadas con ratones y con células humanas cultivadas en laboratorio han demostrado que es posible extraer todas las células afectadas por una leucemia mientras se introduce material biológico regenerativo en la sangre.

El autor principal del estudio, el profesor Lukas Jeker, ha utilizado una curiosa metáfora para explicar cómo funciona la nueva terapia: «Imagine que usted es un DJ en una fiesta», dice. «Tiene dos discos delante de usted y mientras baja el sonido de uno va aumentando el volumen del otro para mezclarlos sutilmente».

En el caso de la leucemia, el proceso comienza con la introducción en el cuerpo de un anticuerpo acoplado a un fármaco citotóxico (capaz de matar células). El anticuerpo está creado genéticamente para reconocer la superficie de un tipo de células concreto y unirse a ellas. Se trata de reconocer solo las células de la sangre ya sean sanas o malignas. De ese modo, paulatinamente, los anticuerpos inyectados van uniéndose a células sanguíneas y destruyéndolas. En el mismo proceso, el paciente empieza a recibir un trasplante de células de un donante adecuado.

Lo realmente innovador de esta terapia es el modo en el que evita que los anticuerpos previamente introducidos ataquen también a las células donadas. Para ello, los investigadores han modificado las células del donante mediante ingeniería genética para introducir pequeños cambios en la superficie celular. De ese modo, la molécula atacante no reconoce esas nuevas células como uno de sus objetivos y las deja sobrevivir para que colonicen la sangre del paciente.

En realidad lo que han logrado es crear un «escudo» protector a las células sanas para que no sufran las consecuencias de encontrarse con un anticuerpo asesino.

Esta nueva estrategia puede ser el comienzo de un prometedor camino en la lucha contra los cánceres hematológicos. Sobre todo para aquellos enfermos cuyo estado de salud no les permite someterse al duro proceso de padecer sesiones de quimioterapia y trasplantes medulares consecutivos. El siguiente paso será iniciar los primeros ensayos clínicos con humanos, que se esperan para dentro de, al menos, un año.

Precisamente sobre la quimioterapia, ayer se conoció que los pacientes con cáncer de páncreas que recibieron quimioterapia antes y después de la intervención quirúrgica experimentaron tasas de supervivencia superiores a las que cabría esperar de una intervención quirúrgica seguida de quimioterapia, según nvestigadores de la Facultad de Medicina de Yale (Estados Unidos).

El estudio, publicado en «JAMA Oncology», incluyó a pacientes con adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC), que representa el 90% de los cánceres de páncreas. El PDAC, un cáncer agresivo con una elevada tasa de mortalidad.

Según los investigadores, los resultados son alentadores para el 15-20% de los pacientes con cáncer de páncreas cuyos tumores son operables. El ensayo de fase II de un solo brazo (un solo tipo o régimen de tratamiento) evaluó una forma modificada del tratamiento quimioterápico Folfirinox, tratamiento combinado consistente en leucovorina cálcica, fluorouracilo, clorhidrato de irinotecán y oxaliplatino aprobado en 2011 como tratamiento de primera línea para pacientes con cáncer de páncreas metastásico.