Salud
Un estudio demuestra que ayudar a los demás dos horas a la semana contribuye a frenar el deterioro cognitivo
En aquellas personas que ayudan a la comunidad la tasa de deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento se reducía entre un 15 y un 20 por ciento
Un equipo de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos) ha descubierto que las personas que realizan acciones de voluntariado regularmente o ayudan de manera informal a vecinos, familiares o amigos ven retrasado su deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento.
El estudio, publicado en 'Social Science & Medicine', analizó a más de 30.000 adultos en EEUU y confirmó que, entre aquellas personas que prestaban este tipo de acciones a la comunidad, la tasa de deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento se reducía entre un 15 y un 20 por ciento. El beneficio era más sólido entre quienes dedicaban de dos a cuatro horas a la semana a ayudar a otros.
"Lo que me llamó la atención fue que los beneficios cognitivos de ayudar a los demás no eran solo mejoras a corto plazo, sino acumulables con el tiempo gracias a una participación sostenida, y estos beneficios eran evidentes tanto para el voluntariado formal como para la ayuda informal. Además, una participación moderada de tan solo dos a cuatro horas se asoció sistemáticamente con beneficios significativos", ha destacado el profesor adjunto de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en la UT Sae Hwang Han, quien dirigió el estudio.
La investigación es novedosa porque es una de las primeras que analiza tanto voluntariado formal como otras ayudas al alcance de todos en el día a día, que pueden incluir acciones como acompañar a un familiar a una cita médica, cuidar a los hijos de un amigo o arreglar el césped de un vecino.
"A veces se asume que la ayuda informal ofrece menos beneficios para la salud debido a su falta de reconocimiento social", ha apuntado Han. Pero, de hecho, "fue una grata sorpresa descubrir que proporciona beneficios cognitivos comparables a los del voluntariado formal", ha resaltado.
Para el estudio, los autores utilizaron datos longitudinales de la población estadounidense que desvelaron que el deterioro cognitivo relacionado con la edad se ralentizó a medida que las personas comenzaron y mantuvieron conductas de ayuda. A partir de estos hallazgos, han sugerido que puede haber mayores avances en el cerebro de aquellos que integren las conductas de ayuda en su rutina, año tras año.
Al contrario, los datos mostraron que quienes dejaron de prestar estas ayudas por completo vieron afectado su deterioro cognitivo de forma negativa. "Esto sugiere la importancia de que los adultos mayores participen en algún tipo de ayuda durante el mayor tiempo posible, con los apoyos y adaptaciones adecuados", ha aseverado Han.
Otro estudio reciente, también dirigido por Han, descubrió que el voluntariado atenuaba los efectos adversos del estrés crónico sobre la inflamación sistémica, una vía biológica conocida relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia. El efecto fue especialmente pronunciado en personas con niveles más altos de inflamación.
En conjunto, los hallazgos de ambos estudios sugieren que las acciones de ayuda y voluntariado pueden mejorar la salud cerebral, ya sea reduciendo el desgaste fisiológico asociado al estrés o fortaleciendo las conexiones sociales que aportan beneficios psicológicos, emocionales y cognitivos.
En el contexto de una sociedad que envejece y la creciente preocupación por la soledad y el aislamiento, los hallazgos también proporcionan una base importante para seguir involucrando a las personas en este tipo de actos, incluso una vez iniciado el deterioro cognitivo.