Hostelería

Una familia se va de un restaurante tras acabar de comer y el camarero alucina al recoger la mesa: “¿Cómo serán en casa?”

La acción, que sucedió en un restaurante de comida rápida, ha generado un profundo debate en redes sociales

Un camarero limpia las mesas de una terraza con la mascarilla puesta en el centro de Madrid
Un camarero limpiando una mesaJesús G. FeriaLa Razon

La rapidez del servicio, los precios accesibles y la comodidad han convertido a los restaurantes de comida rápida en una opción muy popular en España durante las últimas décadas, especialmente entre los más jóvenes. Especialmente conocidas son las cadenas de hamburguesas, que durante años se han convertido en el principal capricho de los pequeños de la casa a la hora de comer fuera de casa. También permite a los estudiantes que todavía están en fase escolar cenar en un restaurante con sus amigos sin tener que gastar un dinero que muchas veces no tienen.

En estos restaurantes tradicionalmente se pedía en el mostrador, aunque en los últimos años se ha extendido el uso de máquinas que permiten directamente hacer y pagar el pedido o encargarlo y pagar después en efectivo. También se diferencian de los restaurantes clásicos por el final de la comida. Hay varios contenedores para echar la basura que ha sobrado de la comida y dejar las bandejas, lugar donde se sirve en estos restaurantes.

Hay gente que opta por recogerlas mientras que otros directamente se van y las dejan ahí. Para recoger las mesas que quedan sucias, cada cierto tiempo salen desde la cocina para hacerlo. Uno de ellos se encontró con una situación surrealista y que ha generado mucho debate al ir a ello. 'Soy Camarero', autor del libro 'Soy camarero. El cliente NO siempre tiene la razón', y usuario muy activo en 'X' publicó una imagen de lo que se encontró.

Esto se encontró un camarero al recoger la mesa

Cuando fue a recoger la mesa, este camarero no solo se encontró la bandeja con los envoltorios, algo bastante habitual, sino que vio que alguien había pintado con kétchup varias caras e incluso un órgano reproductor masculino. Se aprecia como se habían usado hasta cuatro sobres de kétchup para hacer los dibujos. El esperpento no acaba ahí sino que hay líquido sobre la mesa e incluso un pan de hamburguesa que hace de pelo de una de las caras.

La imagen es complicada de ver, sobre todo para los amantes de la limpieza y el orden. El autor de la publicación comentó la imagen mordiéndose la lengua y con un tono irónico: "Qué divertido...". Otros fueron más contundentes: "¡Qué asco! Cómo serán en casa?". Otros tenían claro los culpables: "La culpa es de los padres. Hoy no educan a los hijos como antes. La prueba está en que los tienen todo el día con el teléfono, tablet u ordenador para que los dejen tranquilos. A mí, cuando era pequeña, mi padre no tenía que decirme nada. Con una mirada bastaba, teníamos más respeto". Sin embargo, nadie asegura que ni siquiera fuera un niño el autor de los dibujos.

No es la única mala experiencia

La publicación generó multitud de comentarios. Algunos, además de opinar, contaron otras experiencias que también muestran la mala educación de algunos clientes: "Me pasó algo parecido trabajando en una terraza. 10 personas. Clientes habituales. Se lo dije a mi jefe y se asomó. Le llevó una bayeta a uno de los padres, que se negó a limpiarlo. Les invito a marcharse llamándoles de todo. La mesa la tuvimos que limpiar con manguera a presión".