Día de la Mujer

Y el feminismo, aun enfrentado, inundó las calles

Las reivindicaciones del 8-M coparon ayer todas las capitales españolas. El Gobierno de coalición no disimuló en Madrid su ruptura y las ministras del PSOE y Podemos acudieron por separado

Que el Gobierno de coalición está atravesando uno de sus momentos más críticos no se le escapa a nadie. Pero al ser precisamente a cuenta de temas relacionados con la cartera que dirige la Ministra de Igualdad, Irene Montero, y precisamente después de uno de los enfrentamientos más bestias en sede parlamentaria, podría decirse que se veía venir que la celebración de este Día Internacional de la Mujer que se conmemora cada 8 de Marzo iba a ser uno de los más tensos. Y así ha sido.

Si ya por la mañana Montero sufrió en un acto los abucheos de un grupo de feministas contrarias a la Ley Trans, por la tarde, su «núcleo duro» –encabezado por Ángela Rodríguez Pam, Lilith Vestrynge y Victoria Rosell– y ella acudieron a la manifestación de Madrid por separado a las ministras socialistas que, junto a Begoña Gómez (esposa del presidente del Gobierno), estaban en la cabecera de la marcha «oficial». Era evidente que no querían una foto juntas tras en tenso desencuentro protagonizado apenas unas horas antes (la tarde anterior) en el Congreso, durante la propuesta de reforma de la polémica ley del «Solo sí es sí». Después de insultarse abiertamente con calificativos como «traidores a la causa», «infames» o «mentirosos», no querían posar juntas. Y aunque quisieron ir a la misma marcha, la «oficial» (Comisión 8-M), las políticas parecían solo representar esa fractura del movimiento feminista que hay en la calle y que, por segundo año consecutivo, ha organizado dos marchas diferentes en la manifestación.

La recién probada Ley Trans (que el año pasado ya era tema de enfrentamiento en el movimiento) o la abolición de la prostitución (las que se consideran «trabajadores sexuales» se sienten excluidas de las reivindicaciones), son otras de las cuestiones que fracturan un movimiento que hasta no hace tanto se mostraba unido a pesar de que siempre se han reconocido diferentes corrientes.

A pesar de todo este ambiente de tensión y enfrentamiento entre las mujeres (las hay que pedían la dimisión de la ministra Montero), ayer las calles de las principales capitales españolas, especialmente las de Madrid, se volvieron a llenar de miles de mujeres denunciando que, a día de hoy, sigue siendo necesaria la reivindicación de la igualdad no solo en derechos y libertades sino en todos los aspectos de la sociedad para que cada vez seamos más conscientes de cuánto ha calado el patriarcado en nuestra cultura y que todavía queda mucho por hacer. «Lo contrario del feminismo no es el machismo, es la ignorancia», fue una de las pancartas que se vieron.