Incendios

Galicia respira tras dos semanas en llamas

Después de once días, hoy se controlaba el fuego de Larouco, el peor de la historia de la Comunidad, mientras que la UME y el Ejército permanecerán desplegados “el tiempo que sea necesario”

Varios camiones militares tratan de extinguir un fuego, a 17 de agosto de 2025, en Retorta, Laza, Ourense, Galicia (España). El gran incendio de Larouco (Ourense), el mayor de la historia de Galicia por su dimensión de 30.000 hectáreas, se ha dado por estabilizado a las 11.25 horas de este sábado. De esta forma, los incendios activos pasan a ser cuatro, que suman 22.110 hectáreas. 23 AGOSTO 2025;FUEGO;BOMBEROS;INCENDIO;EMERGENCIA;;PIXELADA Adrián Irago / Europa Press 17/08/2025
Estabilizado el incendio de Larouco (Ourense)Adrián IragoEuropa Press

Es un olor punzante, mezcla de la resaca del fuego con la humedad de la tierra quemada. Una leve chamusquina que empapa las fosas nasales antes de permanecer, un rato, grabada en el cerebro. Molesta, como las hileras de rocas negras que, salpicadas aquí y allá, sortean los esqueletos de los árboles. En Oia, Pontevedra, el fuego, uno de los últimos declarados en Galicia durante estas dos semanas de infierno, no ardió demasiado, aunque sí lo suficiente como para llevarse por delante 60 hectáreas.

Peor suerte corrieron, ya se sabe, otros incendios, como el Larouco, que en la tarde de ayer era por fin controlado tras devorar, a lo largo de once días, más de 30.000 hectáreas, que es algo así como quemar de una sola vez toda el área metropolitana de Vigo o llenar de fuego 42.000 estadios de fútbol. Cifra redonda que sitúa a este incendio orensano como el peor de la historia de Galicia desde que hay registros.

Con Larouco estabilizado, el balance de la Consejería de Medio Rural mejoraba este sábado: cinco incendios activos. En Orense, el de Carballeda de Valdeorras además de los de Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso, donde sólo uno de los tres focos seguía vivo. A esta lista se añaden el de Vilaboa, en Pontevedra, con 60 hectáreas, y el de Carballedo, en Lugo, con 50.

En este escenario, la ministra de Defensa, Margarita Robles, aseguraba hoy desde Galicia que la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército de Tierra seguirán desplegados el tiempo “que sea necesario” para sofocar los últimos focos y vigilar el territorio. “No solo hasta que se hayan extinguido los incendios, sino hasta que podamos respirar un poco más tranquilos”, subrayó tras visitar la base de la Brilat, en Vilaboa.

En una línea similar, la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, solicitaba expresamente la colaboración del Ejército en la fase posterior a la extinción, para asegurar los cortafuegos y minimizar el riesgo de arrastres de tierra y ceniza hacia núcleos de población cuando lleguen las lluvias. “Son los mejores profesionales para ayudar en esa labor de reconstrucción”, defendió.

El parte meteorológico para hoy ofrece más luces que sombras: se esperan nieblas y lloviznas en el oeste, apertura de claros por la tarde en la franja atlántica, pero también riesgo de tormentas en el interior de Lugo y Orense, precisamente en algunas de las zonas más castigadas por las llamas. Las temperaturas seguirán altas en el sur, con valores que superarán los 36 grados en los valles del Miño y del Sil.

Previsiones que confortan, en cierta medida, a brigadas, vecinos y militares en una Galicia con las cicatrices vivas que dejan tras de sí el fuego y el miedo. No en vano, en la vecina Portugal ayer mismo perdía la vida un zapador forestal como consecuencia de las graves heridas que sufrió el pasado martes cuando trabajaba en la extinción del incendio declarado en el municipio de Sabugal, distrito de Guarda, en el noreste del país limítrofe con Salamanca y Cáceres.