Vigilancia

La Guardia Civil detiene a una mujer por maltratar a un perro y tres gatos

Los anumales carecían de comida y estaban infestado de pulgas y garrapatas

El perro que fue rescatado por la Guardia Civil
El perro que fue rescatado por la Guardia CivilGuardia Civil

La Guardia Civil de Gran Canaria ha detenido a una persona por el presunto maltrato y abandono de un perro y tres gatos,

que se encontraban en un estado de salud lamentable y con riesgo de muerte. Los animales, que presentaban una delgadez extrema, fueron hallados en una vivienda en la localidad de Bañaderos, donde se encontraban llenos de pulgas y garrapatas.

La investigación fue llevada a cabo por Patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Santa María y se inició tras recibir información y fotografías de ciudadanos que alertaron sobre el estado deplorable de varios gatos en la vivienda. En la primera visita, los agentes no encontraron a nadie en el lugar, aunque se escucharon aullidos de gato desde el interior. A pesar de los intentos de contactar con la persona responsable, no fue posible acceder a la vivienda.

Ante la imposibilidad de verificar el estado de los animales, se solicitó al Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción Nº3 de Arucas un auto de entrada hacerse cargo de los animales y salvaguardar su vida. Una vez en el interior de la vivienda, los agentes localizaron a la moradora, quien acompañó a la comisión durante la inspección y localización de los animales. En el lugar, se encontró a una perra hembra mestiza de color negro, que presentaba un estado de delgadez alarmante y carecía de

microchip, lo que dificultó su identificación. Este animal se hallaba en condiciones higiénicas deplorables, con suciedad adherida a su cuerpo y una infestación severa de pulgas y garrapatas.

Además, en otras habitaciones de la vivienda se encontraron tres gatos: dos de color marrón y uno gris. Estos felinos también mostraban signos de delgadez extrema, infestación de pulgas y un comportamiento inusual de miedo. Al igual que la perra, carecían de microchips.

La inspección reveló que no había comida ni agua disponible para los animales, lo que sugiere que podrían haber estado consumiendo sus propias heces. Todas las estancias de la vivienda estaban en un estado de total abandono. En la cocina, la nevera estaba llena de alimentos enmohecidos, insectos y restos de comida en estado de putrefacción, junto con cascarones, pan y productos lácteos en descomposición. La cantidad de heces de animal esparcidas por toda la vivienda generaba una

insalubridad considerable. Por todo ello, s eprocedió a su detención por un delito de maltrato animal.