Seguridad marítima
La Guardia Civil pone en marcha la campaña de control de embarcaciones y motos naúticas
Se trata de mejorar la seguridad de los usuarios así como la de los bañistas
La Guardia Civil ha puesto en marcha a nivel nacional las campañas de control de embarcaciones deportivas, de recreo y de motos náuticas, campañas que se prolongarán hasta el próximo 15 de septiembre. Con ellas se pretende mejorar la seguridad de los usuarios de estas embarcaciones y motos, así como la de los bañistas y personas que visitan nuestras costas en el periodo estival.
Entre las acciones que se llevarán a cabo se encuentra el control de los certificados de navegabilidad, de los justificantes de pago de la prima del seguro en vigor y de la titulación náutica precisa en cada caso. Por otro lado, los agentes inspeccionarán establecimientos y negocios dedicados a esta actividad con el fin de concienciar tanto a los profesionales como a los usuarios esporádicos de este tipo de actividades de la necesidad de extremas las medidas de seguridad y evitar accidentes.
Durante la campaña del año pasado, la mayoría de las infracciones detectadas tuvieron que ver con el seguro obligatorio o con la titulación, pero también se elevaron a la Capitanía Marítima denuncias por navegación nocturna, por exceso de velocidad, por falta o caducidad de bengalas o chalecos salvavidas, por exceso de ocupantes o por no haber pasado la inspección técnica, cuando ésta es obligatoria.
En cuanto a la campaña de motos náuticas, cuyo objetivo prioritario es evitar en lo posible los accidentes y de incrementar la seguridad de todos los usuarios de las playas y zonas de navegación y baño, las principales infracciones se centraron en titulaciones o falta de seguro obligatorio.
Las zonas de uso prioritario para bañistas pueden estar balizadas o no, y en función de ello se deberán tener en cuenta las siguientes obligaciones:
--Si la zona de baño está balizada, está expresamente prohibida la navegación deportiva y de recreo, así como la utilización de cualquier tipo de embarcación movida a motor o a vela, con los que solo se podría salir o regresar si existe un canal debidamente señalizado.
--En el caso de que la playa no esté balizada, la zona de baño abarcará una franja de 200 metros de anchura medios desde la propia playa; en esta zona sólo se podrá navegar si se hace perpendicularmente a la playa y a una velocidad inferior a tres nudos, y siempre extremando al máximo las precauciones.
--En caso de que no exista playa, la zona de baño se reducirá a 50 metros medidos desde la costa.
Por otra parte, los que realizan buceo deportivo deben tener señalizada su presencia llevando a remolque y a flote una boya de color naranja; no hay que olvidar que no se puede realizar desde la puesta a la salida del sol ni en condiciones de visibilidad reducida.
En ocasiones la fragilidad de las embarcaciones de recreo, en otras la escasa experiencia de sus usuarios, pero también infortunios como fallos mecánicos o falta de previsión del carburante necesario, e incluso cambios más o menos bruscos de las condiciones climatológicas, hacen que la distancia a la costa pueda llegar a ser insalvable sin ayuda de terceras personas, poniendo nuestra vida y, en su caso, la del resto de tripulantes, en serio peligro.
Los aparatos explotados comercialmente como piraguas, canoas, kayacs, tablas de paddel surf o patines con pedales, podrán navegar en la zona que se inicia a 50 metros de la costa, y hasta un máximo de 200. · El uso particular de este tipo de embarcaciones solo se podrá realizar por fuera de la línea de balizamiento, o sea, a un mínimo de 200 m de la playa, y sin alejarse más de media milla náutica, cuya medida es de 1.852 metros. · Las motos náuticas y tablas de windsurf, también por fuera de la línea de balizamiento, pero hasta a una milla de distancia.
Las tablas de surf y de kitesurf, que centran su riesgo en los posibles impactos de la tabla contra su usuario, otros surfistas y posibles bañistas, en las zonas habilitadas al efecto y sin alejarse más de 200 metros de la costa.
Las estadísticas son contundentes: más de la mitad de las emergencias de las embarcaciones de recreo están motivadas por fallos estructurales o mecánicos. Este dato evidencia la importancia de revisar cuidadosamente la embarcación antes de salir, prestando especial atención al nivel de carburante y al correcto funcionamiento de elementos indispensables como el motor, los sistemas de seguridad a bordo o los equipos de comunicación.
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